Solo para vagos: siete trucos de los expertos para adelgazar en invierno sin apenas esfuerzo

La cuesta de enero no solo hace mella en el bolsillo, sino también en nuestros pantalones favoritos, por lo que adelgazar se torna prioritario al comenzar el año. Tras la innumerable cantidad de comidas navideñas, alcohol y azúcar mediante, llega el momento de confrontar la realidad y tomar cartas en el asunto antes de que sea demasiado tarde.

El problema, como suponemos que te ocurre si estás leyendo esto, es que la pereza te invade. Hacer dieta e ir al gimnasio se hace más complicado en invierno, lo sabemos, sobre todo porque con el frío el cuerpo nos ‘pide’ más comida, porque no hemos salido de la espiral de ‘de perdidos al río’ en lo que a nuestra alimentación se refiere y porque enero, de por sí, es el ‘mes de prueba’, aquel en el que vamos haciendo pequeños ajustes pero sin concretar realmente nada.

Por eso, y para que no te estreses (que bastante tienes con lo demás), hoy te vamos a dar algunos consejos de expertos con los que podrás adelgazar poco a poco sin apenas darte cuenta, esto es, sin hacer esfuerzos conscientes para lograrlo. Al final, como bien sabes, el éxito en una tarea concreta radica en ir sumando poco a poco pequeños cambios, y con tu deseo de perder peso no es diferente.

De hecho, tras leer este artículo, te darás cuenta de que llevando a cabo pequeños ajustes en tu rutina diaria podrás recuperar el peso que tenías antes del pasado mes de diciembre y, lo que es mejor, podrás adelgazar todos los kilos que te sobran. Eso sí, lector perezoso, si tienes grasa rebelde acumulada en zonas estratégicas (barriga, caderas, muslos…) en febrero deberás ponerte ya en serio con el plan e introducir cambios más radicales además de los trucos que te vamos a contar.

Ser vago y/o perezoso y adelgazar es posible con estos siete trucos de los expertos

Sí, puedes adelgazar mucho haciendo pequeños ajustes en tu rutina general diaria, pero, obviamente, no esperes milagros ni perder cuatro kilos en una semana. De hecho, las estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) estiman que una persona puede adelgazar de 0,5 a 1 kilo por semana, y que es un ritmo adecuado para conseguir el objetivo final de peso.

¿Y no se puede adelgazar más rápido? Sí, pero hacerlo más lentamente nos proporciona diferentes beneficios:

• Es mejor para la salud, ya que mejora la presión arterial, el colesterol en sangre y el azúcar en sangre.
• Evitamos el temido efecto rebote.
• Nos educamos nutricionalmente y adoptamos hábitos para el futuro.
• Evitamos perder masa muscular en vez de grasa.

Así, pues, a continuación recogemos la información que has venido a leer:

1) Toma sopa antes de las comidas para llenarte

La sopa casera puede hacer maravillas en la mente, el cuerpo, el alma y en los esfuerzos por adelgazar. Al respecto, algunos estudios han relacionado el bajo peso con tomar sopa con asiduidad. Otras investigaciones han demostrado que ingerir este plato puede reducir el hambre y reducir su aparición. Esto puede deberse a la fibra que contiene la propia sopa, que aumenta la sensación de saciedad al retrasar el vaciado gástrico, esto es, la velocidad a la que se vacía el estómago después de comer.

Además de todo ello, tomar sopa ayuda a mantener un buen nivel de hidratación, que es esencial tanto para la salud como para mantener un peso corporal adecuado. De hecho, determinados estudios han comprobado que beber agua ayuda a perder peso porque acelera el metabolismo entre un 24-30%.

Y obviamente, si tu deseo es adelgazar, no todas las sopas valen. Así, debes huir, sobre todo, de toda sopa que se parezca a esto:

• Sopas demasiado espesas: algunos de los ingredientes más populares que se usan para espesar sopas son la leche entera, crema de coco, maicena, pan, queso, yemas de huevo, mantequilla y harina, unos ingredientes no recomendables si queremos adelgazar.
• Algunas de sobre: hay que huir de aquellos caldos que tengan una cantidad muy elevada de sal, que además de ser malo para la figura lo es para la salud, ya su consumo está relacionado con numerosas enfermedades, como osteoporosis, asma, enfermedades renales y el cáncer de estómago. Además, causa retención de agua y edema.
• Las muy grasientas: no debemos elegir ninguna sopa que contenga manteca de cerdo ni grasa vegetal de palma, por razones obvias.

2) Mantente hidratado y bebe bebidas calientes

Muchas veces confundimos el hambre con la sed o el aburrimiento, y en invierno ocurre el doble. Por ello, además de sopas, sería inteligente que recurrieras a infusiones catentitas. De esta forma, no solo te llenarás y ‘matarás’ el hambre, sino que además podrás adelgazar más si eliges infusiones como estas:

• El té negro, que contiene altos niveles de polifenoles y flavonoides, que se ha comprobado que reducen el estrés oxidativo y la inflamación –que pueden provocar cáncer y otras enfermedades graves–, lo que a su vez está relacionado con un menor riesgo de mortalidad.
• El té verde, cuyo consumo se ha relacionado con la pérdida de peso (menos 3,3 kilos en tres meses). Esta otra investigación llegó a la misma conclusión y detalló que beberlo produce disminuciones significativas en el peso corporal, la grasa y la barriga. Todo ello puede deberse a que esta bebida es especialmente rica en catequinas, unos antioxidantes naturales que aceleran el metabolismo y fomentan la pérdida de peso.
• El té oolong: los investigadores aseguran que beber té oolong aumenta la descomposición de la grasa y continúa funcionando incluso cuando una persona está durmiendo. «Como todos los tés, el oolong contiene cafeína, lo que afecta al metabolismo energético al acelerar nuestro ritmo cardíaco. Sin embargo, los estudios sugieren que el consumo de té también puede aumentar la descomposición de las grasas, independientemente de los efectos de la cafeína», explica el autor principal del estudio en un comunicado de la universidad . 

Asimismo, puedes apostar por un café calentito o cualquier otra infusión de hierbas. Eso sí, mejor si no le añades leche ni, por supuesto, azúcar.

3) Tomar un suplemento de vitamina D…

Dado que su exposición a la luz solar puede ser limitada durante los fríos meses de invierno, podrías considerar hablar con tu médico o nutricionista para tomar un suplemento de vitamina D, ya que podría mejorar tu pérdida de peso y disminuir la grasa corporal.

Un estudio analizó a 218 mujeres obesas y con sobrepeso durante un año. Todos fueron sometidos a una dieta restringida en calorías y a una rutina de ejercicios. La mitad de las mujeres recibió un suplemento de vitamina D, mientras que la otra mitad recibió un placebo. Al final de la investigación, los expertos hallaron que las mujeres que cumplieron con sus requisitos de vitamina D experimentaron una mayor pérdida de peso, perdiendo un promedio de 3,2 kg más que las mujeres que no tenían niveles sanguíneos adecuados.

Otro estudio, recogido por Healthline, proporcionó suplementos de vitamina D a mujeres obesas y con sobrepeso durante 12 semanas. Al final, las féminas no experimentaron ninguna pérdida de peso, pero descubrieron que el aumento de los niveles de vitamina D reducía la grasa corporal.

4) … y también de magnesio

El magnesio es uno de los suplementos más consumidos, ya que es un mineral importante que el cuerpo necesita para funcionar, pues ayuda a producir energía, regular el azúcar en la sangre y provocar reacciones químicas necesarias en el cuerpo. Además, impulsa al cuerpo a conducir los impulsos nerviosos, la contracción muscular y el ritmo cardíaco normal al desempeñar un papel en el transporte de calcio y potasio.

Asimismo, el magnesio puede ser útil para adelgazar, ya que regula el nivel de azúcar en la sangre y de insulina en personas con sobrepeso u obesas. De hecho, un estudio de 2013 descubrió que tomar mayores cantidades de magnesio ayuda a controlar mejor los niveles de insulina y glucosa en la sangre. Este mismo estudio también demostró que el magnesio ayuda con la hinchazón y la retención de líquidos.

5) Potencia tu desayuno diario con alimentos proteicos

La ciencia ha determinado que aquellos que comen proteínas tienden a tener menos grasa acumulada en el cuerpo. También se ha demostrado que el consumo de alimentos proteicos ayuda a acelerar el metabolismo hasta en un 30% durante algunas horas después de ingerirlos. Así lo han reflejado numerosas investigaciones, las cuales han demostrado que estos alimentos aumentan más el efecto térmico del cuerpo.

Al respecto, los expertos recomiendan consumir una cantidad sólida de proteínas por la mañana para ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en la sangre y de energía durante el día. Unas buenas proteínas en este caso serían huevos, carne magra, verduras o legumbres.

6) Comienza tus comidas y cenas con verduras (tanto crudas, cocidas… como en ensalada)

Además del truco de la sopa, también deberías comenzar tus comidas con verduras, o irlo alternando: un día caldito, y otro día verduritas. Y ¿por qué? Porque, como imaginarás, se ha demostrado que comer ensalada (o sopa de verduras) antes de una comida reduce la ingesta calórica en esa comida. Te quita el hambre y te llena con menos calorías, pero con el volumen del agua y la fibra». También, si quieres adelgazar rápido, puedes probar con un ayuno de frutas y verduras, como el que ya te contamos en THE OBJECTIVE.

7) Di sí a los alimentos saciantes y controla las porciones

No es plan de sufrir, así que lo suyo sería que, si pasas mucha hambre durante el día, eligieras alimentos ricos en arginina y lisina, los cuales se ha demostrado que provocan sensación de saciedad, como:

• Aguacates
• Lentejas
• Ciruelas
• Albaricoques
• Caballa
• Almendras
• Carne magra

Asimismo, puedes adelgazar sin darte cuenta si empiezas a usar platos más pequeños. De esta forma, comerás menos, ya que tu cerebro ‘pensará’ que está comiendo igual que antes, lo que te permitirá ingerir menos sin apenas esfuerzo.