Por qué Junts ha dicho no: la alta traición y la conexión entre Puigdemont y Putin
«Si invitas a tu casa a todos los macarras, ladrones y delincuentes del barrio, lo normal es que la fiesta acabe mal»
En mi artículo publicado antes de que Junts votara no a la ley de amnistía que hoy anunciaba que eso iba a suceder. En realidad me fie de la opinión de mi amigo el abogado Pablo Nieva, que no tiene bola de cristal pero pero tiene una intuición a prueba de bomba, Q.E.D.
En este mundo traidor nada es verdad ni mentira y todo es según el color del cristal con que se mira. Si ayer citaba yo a Tirso de Molina hoy cito a Calderón de la Barca. Y empiezo hablando de los jueces García Castellón y Aguirre, quienes, como en este mundo traidor nada es verdad ni mentira y todo es según el color del cristal con que se mira, para unos son héroes y para otros son poco menos que diablos con cuernos y rabo.
Aquí hay que reconocer el hecho de que el juez García Castellón haya ido un paso por delante encontrando posibles delitos ha hecho que caiga la ley de amnistía . Si llega a esperar (no sé si por plazos de prescripción podía hacerlo, la verdad), y si se hubiera aprobado la ley de amnistía sin incluir entre los delitos amnistíables el de alta traición, Puigdemont lo hubiera tenido muy complicado. Por eso ayer Junts dijo no.
El PSOE asegura que, de la redacción actual de la ley, no se mueven. Ya sabemos lo que pasa cuando el PSOE dice que no va a cambiar de posición o no va a cruzar la siguiente línea roja. Pero, en esta ocasión, no sólo ponen en jaque el sistema español. Es que si meten en la amnistía las injerencias de Putin, ahí están poniendo en jaque a Europa y eso ya es cosa mayor.
¿Suenan tambores de elecciones? Pues parece que suenan cada vez más fuerte y podríamos encontrarnos ante elecciones europeas y nacionales en junio.
En teoría Pedro Sánchez ya es presidente y en realidad podría soplársela que los de Junts no le hayan aprobado su ley de amnistía. Él ya es Presidente, ¿no?. Pues a atrincherarse en su sillón y a otra cosa mariposa.
En teoría podría haberlo hecho… pero en la práctica no puede. Podría seguir, sí, pero hasta para él carecería de sentido. El objetivo de los gobiernos es la aprobación de la ley de presupuestos y es algo a lo que se tienen que enfrentar cada año. Sí, pueden vivir prorrogando los Presupuestos del año anterior, pero eso les impide aprobar partidas de gastos o deuda. En caso de ruptura total del PSOE con Junts, Sánchez no prorrogaría cuatro años la agonía. Hasta el propio Sánchez sabe que no poder contar con una ley de presupuestos que le dé libertad para subir pensiones, convocar empleo público, ayudas, inversiones… supondría una presidencia sin sentido. La ley de presupuestos significa gobernabilidad del estado, y Junts no está por esa labor. Así que no hay opción a romper con la ley de amnistía y luego hacer como si nada con las demás leyes.
En en fondo estaba cantado. Si invitas a tu casa a todos los macarras, ladrones y delincuentes del barrio, lo normal es que la fiesta acabe mal.
Pero ….¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Anteayer conocíamos que el juez García-Castellón, juez instructor de la Audiencia Nacional, había decidido prorrogar seis meses la investigación del ‘caso Tsunami’ . Y lo había decidido precisamente el día antes del debate clave de la amnistía. García – Castellón subrayaba que el objetivo de la plataforma Tsunami Democratic era «subvertir el orden constitucional».
Manuel García-Castellón ha decidido analizar el auto dictado por el juez Joaquín Aguirre sobre las injerencias de Rusia y la «extrema derecha alemana e italiana» durante el referéndum ilegal del 1-O.
La alianza de los separatistas con Rusia con el objetivo de atentar contra la seguridad del Estado español supondría la comisión de los delitos de traición y contra la paz o la independencia del Estado. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 estaría estudiando imputar este delito a Puigdemont. Y ésa y no otra fue la razón por la que, aterrados, los separatistas de Junts decidieron no firmar la ley de amnistía: porque dicha ley no listaba entre los delitos amnistíables el delito de alta traición, y eso supondría dejar a Puigdemont en calzoncillos. No solo a Puigdemont sino a varios de sus asesores y consejeros.
El juez Joaquín Aguirre, instructor del ‘caso Voloh’ ,que investiga sobre la trama rusa relacionada con el procés, concedió una entrevista en la televisión alemana. En su intervención habló sobre cómo Rusia trató de desestabilizar Europa entre 2017 y 2019 apoyando al independentismo catalán.
Joaquín Aguirre está investigando los contactos entre los separatistas catalanes, Rusia y la extrema derecha italiana y alemana. La historia es mejor que una novela de Le Carré y nos ofrece una buena perspectiva sobre la capacidad del Kremlin para identificar y explotar las debilidades en los estados democráticos.
Echemos la vista atrás. El 27 de octubre de 2017, el entonces presidente del Gobierno de Cataluña, Carles Puigdemont, se marca un órdago a la grande: la Declaración Unilateral de Independencia. El día anterior, mira tú qué casualidad tan grande, Puidgemont había recibido a puerta cerrada a un enviado del presidente ruso, Vladimir Putin.
Las investigaciones de Aguirre se refieren a los contactos de los independentistas catalanes con «súbditos de nacionalidad rusa, alemana e italiana», algunos con cargos diplomáticos, así como a sus relaciones «con los servicios secretos rusos» o con partidos de extrema derecha. Aguirre concluye que estos partidos estaban interesados en establecer «relaciones políticas y económicas» con una Cataluña independiente en el contexto de una desestabilización de la UE.
Los archivos de los chats de los asesores más cercanos a Puidgemont demuestran que al menos desde enero de 2018 los separatistas catalanes habían intentado establecer contactos con empresarios rusos. Cuando a Puigdemont le detienen en Alemania en los chats se discute sobre la fianza que habrá que poner sobre la mesa. En particular, se hace referencia a la recepción de 56 Bitcoins. Es decir, 425.000 euros.
Pero ¿de dónde viene ese dinero?. A Aguirre le preocupa que provenga de Rusia. Y lo piensa así porque aparece un manuscrito de un hombre de confianza cercano a Puigdemont en el que se esboza el proyecto de un nuevo modelo económico basado en Bitcoin. Y en dicho manuscrito, según la investigación, «el nombre Putin juega un papel destacado».
Siempre según la investigación de Aguirre, ya en 2017 un emisario del presidente ruso había viajado a Barcelona y había ofrecido a los activistas independentistas catalanes varios miles de millones de dólares. Pero no se los ofrecía gratis, evidentemente. A cambio, Cataluña se convertiría en la «Suiza de las criptomonedas» para Rusia. Incluso se habla de que Moscú ofrecía apoyo militar a Puigdemont para su declaración de independencia.
En los chats de los separatistas catalanes se habla de frenar el proyecto del gasoducto Midcat desde España a Francia. En particular, se hace referencia a la posibilidad de que Rusia pague a Cataluña «una suma anual para impedir el desarrollo» de la infraestructura. Además, se hace referencia a un «nuevo orden mundial», argumentando que «quien domina Asia, domina el mundo». Y se discute sobre el papel de China, la desvinculación del dólar en el comercio internacional de materias primas y el eje Moscú-Pekín-Teherán. También se mencionan las discusiones en Moscú sobre una «alianza ruso-alemana».
Afirma Aguirre que los asesores de Puigdemont habían coincidido en que el expresidente catalán no debería bajo ningún concepto criticar las posiciones de Putin hacia el disidente ruso Alexei Navalny ni las del líder de Bielorrusia, Alexander Lukashenko. Aguirre cree que estas recomendaciones de los asesores de Puigdemont constituyen un claro indicio de contactos entre los separatistas catalanes y altos representantes del Kremlin.
Pero ¿quién financiaba la operación? ¿De dónde salió el dinero para pagar la fiesta de los disturbios catalanes tras la DIU? La investigación de Aguirre informa que Jaume Cabaní, asesor de Puigdemont, abrió una cuenta online en un banco alemán en octubre de 2017, pocos días antes de la declaración de independencia de Barcelona. En esta cuenta se depositaron más de 350.000 euros. Cabaní afirma que la cuenta era para uso personal. 350.000 euros para uso personal. Ahí lo dejo.
En cuanto al origen del dinero, Cabaní aseguraba que los fondos provinieron tanto de su propio dinero como de «pequeñas donaciones». Pequeño detalle a tener en cuenta: desde 2021, el banco en línea donde Cabaní abrió la cuenta está bajo observación de la Autoridad Federal de Supervisión Financiera (Bafin) debido a «deficiencias en la prevención del lavado de dinero y la financiación del terrorismo».
Durante la primavera de 2019 Josep Lluis Alay, asesor de Puigdemont, realizó múltiples viajes a Moscú. El New York Times, nada menos, reveló que durante sus visitas, Alay y su grupo se reunieron con «varios funcionarios rusos, ex oficiales de inteligencia y el nieto bien conectado de un jefe de espías de la KGB», Yevgeny Primakov. La fuente del New York Times es un informe de inteligencia europeo, fechado el 1 de junio del 2023. En dicho informe se aseguraba que Alay, con la ayuda del empresario ruso Alexander Dmitrenko, se reunió con oficiales del servicio de inteligencia ruso tanto en activo como retirados.
Poco después, en 2019, se creó Tsunami Democrático, una plataforma separatista catalana impulsada en teoría por la sociedad civil pero impulsada en realidad por Alay y, a lo que parece, también por los servicios de inteligencia rusos. En uno de sus primeros actos, encabezaron protestas en el aeropuerto de Barcelona que resultaron en disturbios, disturbios y la cancelación de más de 150 vuelos.
A la hora de apoyar a la campaña separatista de Cataluña, Rusia se comportaba como una hidra de varias cabezas. Una de ellas recurría al arma rusa por antonomasia, la más eficaz y la ampliamente utilizada contra Occidente: la difusión de desinformación y el establecimiento de granjas de trolls/bots. Otra podría ser el GRU 29155, una unidad encargada de asesinatos, operaciones de sabotaje en el extranjero, atentados, ciberataques y otras actividades destinadas a desestabilizar países europeos. Se cree que la unidad ha operado en secreto desde al menos 2008, aunque su existencia solo se hizo pública en 2019. Según la web de periodismo de investigación Bellingcat, el agente del GRU Denis Sergeev, también conocido como Sergey Fedotov, viajó a Cataluña varias veces, incluso en vísperas del referéndum de 2017.
Las operaciones de Rusia en Cataluña son sólo una muestra de una campaña más amplia para desestabilizar a Occidente y no sólo debilitar las alianzas, sino también dividir e intentar dividir a los países. Las acusaciones contra Rusia se vuelven más plausibles porque encajan en el patrón de comportamiento del Kremlin. Se utilizaron tácticas similares durante la invasión de Ucrania de 2014, donde Rusia lanzó un ataque multifacético que incluyó de todo, desde el suministro de mercenarios hasta las campañas masivas de desinformación, pasando por financiación a grupos alineados con el Kremlin, ataques cibernéticos y campañas divisivas dentro de Ucrania utilizando medios de comunicación prorrusos.
En la mayoría de los casos, Rusia no crea divisiones, no es el primer responsable de un movimiento secesionista, pero rápidamente se une a ellos como una garrapata que salta sobre un perro para chuparle la sangre. El apoyo a los movimientos secesionistas es sólo una pequeña parte de un objetivo mucho más amplio de influir en la política global.
La Unión Europea es perfectamente consciente de los riesgos que implica el procés para su estabilidad. Las conexiones rusas del independentismo catalán han sido objeto de investigación por la Comisión Especial de la UE sobre injerencias Extrajeras. En su informe (antes citado) insta de manera específica a las autoridades pertinentes a que lleven a cabo una investigación exhaustiva sobre el caso catalán. Y llega a sugerir al Centro Europeo para la Lucha contra las Amenazas Híbridas de Helsinki que realice un estudio específico para este caso.
El espionaje, en su mayor parte, implica encontrar a una persona que sabe algo o tiene algo que otra persona puede inducir a que le entregue en secreto. Eso casi siempre implica una traición, una traición a la confianza. Me da la impresión de que el votante independentista tipo no se da cuenta y nunca se dará cuenta de que ha sido traicionado. De que confió en la independencia convencido de que se abría ante sus ojos un sueño de arcoiris y unicornios cuando en realidad una panda de descerebrados le estaban colocando en una situación potencialmente muy peligrosa. El votante independentista no se da cuenta de lo cerca que estuvo Cataluña de convertirse en Ucrania. Ni arcoiris ni unicornios: bombas, hambre y destrucción. Quién sabe si se dará cuenta algún día. Si tal cosa sucediera, dentro de muchos años, entonces entenderá por qué es más fácil perdonar a un enemigo que a un amigo.