Carta abierta a Penélope Cruz
«Los jueces no tienen ninguna responsabilidad en la desprotección de las mujeres ante el sistema judicial español. La tendría, en todo caso, el gobierno»
Estimada Doña Penélope Cruz,
Le envío a usted esta carta abierta en referencia a las palabras que dijo usted en la alfombra roja de los Premios Goya, cuando señaló usted que «lo que más nos está fallando es un sistema judicial» y que, «cuando una mujer coge la fuerza para denunciar no siente el apoyo».
El sistema judicial español falla. Por supuesto. Pero no por machismo. Sino porque el sistema judicial español está a la cola de Europa en falta de medios y en celeridad.
Ya hace nueve años, nueve, Jueces para la Democracia presentaba una demanda en la Audiencia Nacional contra el Ministerio de Justicia por la escasez de medios. Denunciaban que el Ejecutivo aprobaba plazas para nuevos jueces y, sin embargo, no ponía en marcha nuevos juzgados. Hoy, casi diez años después, en 2013 las Islas Baleares necesitarían 21 juzgados más para resolver todos los casos que se han anuncian.
El presidente de Tribunal Superior de Justicia de Canarias denuncia que existe un colapso total de la justicia en Canarias, porque no hay medios. En Madrid, más de 4.000 procedimientos suspendidos colapsan la Justicia en Madrid, y el Decano del ICAM ha anunciado un colapso total de la justicia en Madrid que se producirá en breve.
No voy a ir especificando provincia por provincia, pero en España los asuntos pendientes de tramitación crecen un 18,5% y rozan los cuatro millones. Las previsiones del CGPJ para el cierre de 2023 hablan de casi un 30% de aumento de los asuntos pendientes de resolución. En solo un año se han reducido un 11,2% las sentencias y el aumento de demandas y denuncias ha sido gradual. La cuestión es que tenemos casi un 100% menos de sentencias que hace 10 años. El CGPJ requiere 374 plazas judiciales más entre juzgados y magistrados. Y reprocha a Justicia su portazo a un tercio de los refuerzos en los juzgados.
Actualmente hay hasta 32 meses de espera desde que una denuncia se admite a trámite hasta que existe una sentencia. Pero el año que puede pasar desde que se interpone la demanda o la denuncia hasta que se admite. Es decir, que puede haber cuatro años desde que uno denuncia o demanda hasta que recibe el fallo. Qué pueden llegar a cinco años en la resolución de los asuntos más complejos. Cinco años.
Imagine usted a la mujer que ha presentado una denuncia por acoso y que encuentra que han pasado ya tres años desde que presentó la denuncia y que aquí no sucede nada. Se lo cuento porque es mi caso. Y porque en mi caso iba avalado por casi 3000 tweets y numerosos mensajes personales. Ya han pasado tres años desde que denuncié y dos desde que el caso se admitió a trámite. A saber cuándo tendré una sentencia, pero luego continuará el drama.
La Justicia se ve incapaz de cumplir sus propias sentencias, de forma que incluso aunque finalmente sentenciaran a mis acosadores estos probablemente ni cumplirían su pena ni pagarían su multa, porque no habría forma de reclamarlo. El sistema es incapaz de emitir decisiones rápidas y de cumplir con los calendarios que ha marcado la propia sentencia judicial.
Ahora hablemos del cine español. Hablemos dea manera española de denuncia el acoso y el abuso sexual que impera en la industria del cine español, como usted probablemente sabe de primera mano mucho mejor que yo. ¿Cuál ha sido? Organizar una caza de brujas. Se ha optado por señalar mediáticamente a una persona determinada. Y esto va a ir en contra de las víctimas por dos razones.
La primera, que se rerevictimiza a la víctima. Se trata de un sistema muy endogámico y diecisiete personas, como bien señala el artículo, conocían la identidad de la víctima que habla en el primer testimonio. Obviamente ahora su identidad es conocida por cientos de personas, entre ellas yo.
Si esa mujer no quería que su nombre figurara en su testimonio, porque tenía miedo de que pudiera recibir represalias, ya les digo yo que ha conseguido todo lo contrario de lo que pretendía. Su de verdad en el cine español una mujer que denuncia el acoso sexual de un hombre se queda sin trabajo, ahora mismo la mujer del primer testimonio estará en paro. Porque toda la industria conoce su identidad. Podrían haber impreso su nombre en mayúscula y en negritas, que el resultado habría sido el mismo.
Lo mismo sucede con la mujer que aportó el tercer testimonio. Es decir por mucho que hayan ocultado su nombre esas dos mujeres, ya están identificadas y ya están señaladas.
Pero, además, en el hipotético caso de que hubiera un juicio, estas mujeres tendrían más posibilidades de perderlo después de este artículo, ya que la abogada o abogado del señor López del Rey, alias Vermut, podría aducir que, al hacerse una campaña mediática antes de querer resolver el asunto en juzgados, lo que latía allí era un deseo de venganza, puesto que no será difícil probar que este artículo ha redundado en la pérdida de trabajo del señor López del Rey y en su descrédito a nivel social, y muy en particular dentro del entorno en el que vive, se mueve se relaciona y trabaja.
En cristiano, que no se le sería fácil a la abogada del señor López del Rey convencer al jurado de que el artículo era una venganza personal para hundirle la vida al Señor López del Rey y no un intento de ayudar a las víctimas. O de frenar la comisión de determinadas conductas en el cine español.
Pero por otro lado se trata de una medida completamente ineficiente puesto que no se va a la raíz del problema.
En empresas americanas y en empresas en las que yo he trabajado existe un protocolo contra el acoso sexual que implica de forma clara que se prohibirá cualquier relación entre un jefe y su subordinada. Esto se hace precisamente para evitar el acoso sexual. Y también el nepotismo. En el artículo de El País se decía que estas mujeres se acercaban a este hombre porque les prometía trabajo. Dos de ellas, de hecho, consiguieron trabajo. Un trabajo en el que estaban a las órdenes del hombre que las sedujo y esto era conocido por todos los que estaban en esa productora.Como bien se explica en el artículo.
Sí existiera una norma en el las productoras españolas, o en toda la industria del cine español, que impidiera que una mujer tuviera sexo con alguien que estuviera jerárquicamente por encima de ella en una organización laboral, este truco de prometer trabajo a cambio de sexo no tendría ningún sentido.
Pero hay que recordar que por cada mujer que dice sí al hombre que le ofrece trabajo a cambio de sexo hay una que ha dicho no y que se ha quedado sin trabajo. Yo ponía en otro artículo el ejemplo de un campo de concentración en el que la presa tiene sexo con su carcelero a cambio de una ración extra de comida. La presa es una víctima y lo hace por desesperación, pero también le está quitando la comida a otra persona, en un entorno en el que hay escasez de comida. Es decir, que no solo la mujer que es acosada sexualmente es una víctima.
También lo es la mujer a la que no se la considera lo suficientemente bella o deseable y que por lo tanto no recibe ofertas de trabajo. Usted conoce la industria del cine español mucho mejor que yo y se habrá dado cuenta ya de lo sorprendente que es que haya un superávit de mujeres normativamente bellas frente a un montón de hombres que no son normativamente atractivos. Bastaba con echar un vistazo a los invitados de la gala para ver la desproporción.
En el artículo se reconoce que una de las víctimas trabajaba en una situación de falsa autónoma. Esta práctica, muy común en las productoras españolas, implica que la víctima está en una situación de desprotección. Porque no se reconoce una relación laboral entre ella y la persona que le acosa, de forma que si le denuncia no tiene ningún derecho a una indemnización, ni mucho menos a recibir prestación por desempleo.
Pero si vamos más allá, resulta que la gran mayoría de los productoras recurren a este sistema de falso autónomo por la simple razón de que el gobierno pone tan difícil contratar a un empleado -por los costes asociados que supone- que tampoco les queda más remedios. Y probablemente si se flexibilizara la contratación de empleados en pymes no habría necesidad de recurrir a falsas autónomas ni de colocar a las mujeres en situación de desprotección.
De forma que cuando el dedo señala la luna el tonto mira el dedo. Y si solo vamos a por un caso en particular y no reconocemos el problema estructural tanto de la Justicia Española, como del mercado laboral español, como de la ausencia de protocolos de acoso en la industria laboral española, hacer galas, conceder declaraciones en la alfombra roja o publicar artículos señalando a un hombre en particular no sirve absolutamente de nada.
Voy a repetirlo varias veces:
No sirve absolutamente de nada.
No sirve absolutamente de nada.
Y no sirve absolutamente de nada
Y las mujeres quedan desprotegidas.
La única forma de reducir el acoso sexual y el abuso sexual en los entornos laborales en España pasaría por:
En primer lugar, por implantar protocolos anti acoso en todas las empresas. En todas.
En segundo, por flexibilizar las medidas de contratación laboral en las pymes para que ninguna mujer estuviera trabajando como autónoma o como falsa autónoma. (Pero nuestro gobierno está haciendo absolutamente lo contrario cuando está encareciendo los costes).
Y tercero, dotar al sistema judicial de medidas efectivas para que pudiera funcionar con celeridad.
Por último, estimada señora Penélope Cruz, yo sé que usted NO va a leer este artículo pero si le he titulado al artículo «Carta abierta a Penélope Cruz» es porque mi director me ha dicho que los artículos con el nombre «Carta Abierta A…» se leen más. Y me interesa particularmente contar esta historia. Porque, como le he dicho, hace ya tres años que presenté denuncia por acoso. Esa denuncia se ha admitido, pero sé que pueden pasar años hasta que llegue la sentencia y que además esa sentencia será muy complicada, por no decir imposible, de ejecutar.
Gracias a usted que me ha leído, aunque no sea usted Penélope Cruz.