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Así es la terapia metacognitiva como estrategia para combatir la depresión y la ansiedad

Este trastorno también tiene efectos físicos en el cuerpo y sus órganos, como el bazo o el hígado

Así es la terapia metacognitiva como estrategia para combatir la depresión y la ansiedad

La terapia metacognitiva se basa en el modo de percepción de los pensamientos | Julia Taubitz (Unsplash)

En el ámbito de psicoterapia una de las corrientes más importantes es la de las terapias cognitivas. Este enfoque sostiene que el malestar psicológico deriva no tanto de la realidad en sí, sino de la manera que tiene el sujeto de interpretarla. Un giro en esta, que además podría ayudar a las personas con ansiedad, es lo que plantea la terapia metacognitiva. Esta, además de tener en cuenta los pensamientos disfuncionales del paciente, también trata el modo en el que este percibe esos pensamientos propios.

El psicólogo Adrian Wells es quien ha desarrollado esta terapia, que tiene en cuenta la metacognición del paciente. Esto es porque asume que este aspecto de la psique es el responsable de que el individuo pueda tener un control saludable de su propia mente. El objetivo de esta terapia, según indica el medio Psicología y Mente, es eliminar todos aquellos modos de pensamiento que deriven en creencias disfuncionales.

A su vez, esto aumenta las herramientas psicológicas que tiene la persona para hacer frente a los problemas. Esta estrategia intenta conseguir esto haciendo consciente al paciente de sus propios pensamientos automáticos. Es decir, conseguir que piense en qué está pensando y cómo lo está haciendo.

Efectividad de la terapia metacognitiva

La terapia metacognitiva cuenta, en la actualidad, con cierto respaldo de evidencia científica. Son varios los estudios que han encontrado que puede ser efectiva frente a cierto tipo de trastornos psiquiátricos. Hace poco también se ha llevado a cabo un estudio sobre pacientes en rehabilitación cardíaca, publicado en el medio especializado PLOS One.

Esta investigación concluyó que el enfoque de la terapia metacognitiva con autoayuda podía reducir los niveles totales de ansiedad y de los síntomas depresivos. En general, la psicoterapia (dentro de la cual hay muchos enfoques diferentes) ha pasado a ser en las últimas décadas una parte fundamental a la hora de abordar los trastornos psicológicos. Además, tienen prioridad frente a los psicofármacos, que son un complemento de la misma.

Síntomas que provoca la ansiedad

La ansiedad tiene efectos físicos en el cuerpo. Foto: Pixabay
La ansiedad tiene efectos físicos en el cuerpo. Foto: Pixabay

La ansiedad no solo afecta a nivel psicológico; también se sintomatiza en el cuerpo. Algunos de sus efectos son:

  • Reacciones del hígado

Las épocas de estrés y ansiedad hacen que el sistema suprarrenal produzca una cantidad excesiva de cortisol, la conocida como hormona del estrés. Al generar esta hormona, el hígado produce más glucosa, el azúcar energético de la sangre que se encarga de las reacciones naturales del cuerpo. La mayoría de las personas pueden absorber esta cantidad extra de azúcar sin problemas. No obstante, para quienes tengan riesgo de sufrir diabetes, este azúcar adicional podría suponer problemas de salud.

  • Reacciones cutáneas

Un cambio en el flujo sanguíneo puede provocar sudor frío o el enrojecimiento de las mejillas, que son una respuesta inmediata del cuerpo ante una situación de estrés. Cuando una persona experimenta ansiedad, el sistema nervioso simpático envía más sangre a los músculos, lo que también puede llevar a acelerar el envejecimiento de la piel. Otros síntomas pueden ser la transpiración e incluso un aumento de la histamina, que puede provocar inflamaciones.

  • Problemas de garganta

Las situaciones de estrés suelen causar, de forma inmediata, que la voz sea más ronca. La ansiedad provoca la desviación de los fluidos a las zonas fundamentales del cuerpo, lo que hace que aparezcan espasmos en los músculos de la garganta. Esto, al mismo tiempo, produce tensión y rigidez, lo que reseca la garganta y dificulta el poder tragar.

  • Tensión en los músculos

Esta tensión, provocada al empezar a sentir ansiedad, ocurre en todo el cuerpo, que lo hace de forma natural y crea presión en los grupos musculares más amplios. El estrés y la ansiedad crónicos suelen aumentar esta tensión, lo que puede dar lugar a dolores de cabeza, rigidez en los hombros, dolor de cuello e incluso migrañas.

  • La actividad del bazo

Aunque el cerebro y el corazón son los órganos de los que más se habla en cuanto a la sintomatización de la ansiedad, no son los únicos. También influye en el bazo e incluso en las células sanguíneas. Ante una situación de estrés, y con el fin de enviar más oxígeno por el cuerpo, el bazo libera glóbulos rojos y blancos adicionales. El flujo sanguíneo también aumenta entre un 300 y un 400% durante este proceso, una forma de prepara el resto del cuerpo frente a las necesidades añadidas.

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