El alimento de la cocina tradicional española que es dañino para el páncreas
Al consumir arroz el nivel de glucosa en sangre aumenta significativamente, lo que puede tener implicaciones en la salud
Con los avances en la ciencia y la tecnología, se ha podido confirmar algunas creencias populares y desmentir otras en diferentes ámbitos, incluyendo la cocina. De hecho, algunos informes sobre alimentos que antes se consideraban saludables, han demostrado lo contrario, lo que ha dejado al descubierto ciertos mitos en torno a la alimentación.
Recientemente, se ha descubierto que el arroz blanco, un alimento nutritivo y muy utilizado en la cocina española, puede tener consecuencias negativas para el páncreas, incluyendo un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Esta información se dio a conocer gracias a un estudio publicado por la revista British Medical Journal (BMJ).
Aumento del índice glucémico
El arroz blanco se obtiene a través de un proceso que implica la eliminación del salvado, una de las tres partes que componen el grano de arroz. Este proceso de blanqueo puede tener efectos negativos, ya que el salvado es el encargado de regular el índice glucémico. Una vez eliminado, el índice glucémico se dispara, lo que puede tener implicaciones en la salud.
Es decir, cuando se consume arroz, el nivel de glucosa e insulina en la sangre aumenta significativamente, lo que puede tener un impacto negativo en el páncreas, el órgano responsable de producir esta hormona. Con el tiempo, la capacidad del páncreas para producir insulina puede disminuir, lo que aumenta el riesgo de padecer una hiperglucemia y otras complicaciones que pueden conducir a enfermedades como la diabetes.
Propiedades del arroz integral
- Es rico en fibra: el arroz integral contiene una gran cantidad de fibra, lo que ayuda a mejorar el tránsito intestinal, reduce el riesgo de estreñimiento y previene enfermedades del corazón.
- Contiene vitaminas y minerales: el arroz integral es rico en vitaminas B, magnesio, hierro y zinc, entre otros nutrientes.
- Tiene un índice glucémico bajo: el arroz integral tiene un índice glucémico más bajo que el arroz blanco, lo que significa que se absorbe más lentamente en el organismo y evita las subidas bruscas de glucosa en sangre.
- Ayuda a mantener un peso saludable: la alta cantidad de fibra y la baja carga glucémica del arroz integral pueden ayudar a reducir el apetito y mantener un peso saludable.
- Es una buena fuente de energía: el arroz integral es una buena fuente de energía gracias a su contenido en hidratos de carbono complejos, que se absorben lentamente en el organismo y proporcionan energía de manera sostenible.
Beneficios del arroz integral
- Previene el cáncer: el arroz integral es rico en antioxidantes y otros compuestos que pueden ayudar a prevenir la aparición de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de colon.
- Fortalece el sistema inmunológico: el arroz integral es rico en nutrientes esenciales como las vitaminas B, magnesio y zinc, que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y a prevenir enfermedades.
- Mejora la salud cardiovascular: el arroz integral es rico en fibra, vitaminas y minerales, lo que ayuda a mantener una buena salud cardiovascular al reducir el colesterol y la presión arterial
La cuestión del arsénico
Varios estudios científicos alertan de que el arroz puede ser una fuente preocupante de arsénico, un metal muy tóxico.
El riesgo es mayor en los arroces cultivados en Asia y América, por las características del agua y el suelo. El problema no sería tan preocupante en los arroces europeos y africanos.
El consumo excesivo de arsénico a largo plazo puede causar efectos perjudiciales para la salud, como daño al sistema nervioso, problemas de piel, diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Por ello, en Europa se han tomado medidas y las cantidades de arsénico en el arroz están limitadas y se controlan desde 2016.
Sin embargo, no se trata de evitar el arroz integral, ya que éste sigue siendo una excelente opción nutricionalmente hablando. Lo importante es consumirlo de forma moderada, variando nuestra alimentación y alternando con otros cereales integrales como la quinoa, el mijo o la avena. También se puede eliminar la mayor parte del arsénico lavando el arroz y cociendolo en agua abundante.