Tony Adkins es un neurocirujano infantil que trabaja en el Hospital Infantil de Orange County. El doctor es famoso por el curioso método con el que intenta que sus pacientes se olviden un poco de su enfermedad: el baile. Adkins, que ya ha sido bautizado por internet como The Dancing Doc (el doctor que baila, en castellano), empezó a bailar con sus pacientes como forma de terapia y a compartir sus vídeos en la red hace un año. Comenzó a hacerlo cuando se dio cuenta de que era la única manera de que sus pacientes se volvieran a sentir como niños.
Su método se ha vuelto viral cuando el empresario y político estadounidense Khary Penebaker compartió uno de sus vídeos recopilatorios en Twitter la semana pasada.
There is so much beauty in the world pic.twitter.com/0qtR3wqZlY
— Khary Penebaker, Fx (@kharyp) 31 de octubre de 2018
Según cuenta el propio neurocirujano, la música y el baile le ayudaron mucho cuando era pequeño y vivía en un barrio conflictivo donde la violencia estaba a la orden del día. «Ahora utilizo lo que me ayudó a mí para calmar a mis pacientes», ha dicho a The Orange County Register.
«Hay estudios que demuestran que los efectos de reír, sonreír e interactuar con otras personas son mucho más eficaces para nuestra salud que algunos medicamentos contra el dolor», ha explicado a The Daily Mail. Además ha asegurado que bailar también tiene valor clínico, porque le permite evaluar las capacidades físicas de movilidad de sus pacientes y la evolución del proceso de recuperación.
Adkins no solo se ha vuelto viral en internet, sino que se ha ganado la confianza de los pacientes en la vida real. De hecho, muchos padres y niños piden que los atienda Tony específicamente. «Nos piden al doctor que baila», ha contado una enfermera a The Orange County Register. «Tony alegra toda habitación en la que entra. Un niño que lleva semanas sin sonreír, sonríe», ha añadido.
Su cercanía con los niños también es aprobada por Michael Muhonen, el director del departamento de Neurocirugía del Hospital Infantil de Orange County, que opina que los bailes son como «una inyección de morfina para aliviar el dolor».»Bailar con Tony les distrae de la enfermedad y del dolor que están experimentando», ha asegurado.
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