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Economía

Las autoescuelas piden explorar la alternativa privada a los exámenes de conducir

Los sindicatos se oponen al plan, que sospechan que solo traerá complicaciones y dudas sobre la objetividad de la prueba

Las autoescuelas piden explorar la alternativa privada a los exámenes de conducir

Ilustración de Alejandra Svriz.

El sistema de exámenes de conducir español necesita un revolcón. Por un lado, el cuello de botella que se forma en las fechas vacacionales retrasa el momento en el que los jóvenes pueden probar sus dotes en la circulación. Por el otro, este pico obliga a que los funcionarios de la Dirección General de Tráfico deban lanzarse a hacer horas extra, trabajar fuera de lo que hasta hace poco era considerado como su jornada habitual y esquivar las enfermedades y las bajas como si fueran las balas de Mátrix.

Por ello, se buscan opciones. Las posibilidades varían, vienen y van dependiendo del autor de la respuesta a la pregunta. Lo que para algunos se resuelve con un cambio en el sistema para otros debe llegar por un refuerzo de las plantillas. Lo que para unos parece que quedaría rematado con una reforma de la normativa para otros requiere una modificación de las condiciones laborales de los funcionarios.

Una persona circula por las carreteras españolas. Foto: Pixabay.
Una persona circula por las carreteras españolas. Foto: Pixabay.

Privatizar y compaginar los exámenes de conducir

Sin embargo, se ha abierto una vieja nueva puerta: la privatización. La Confederación Nacional de Autoescuelas Españolas (CNAE) afirma que es necesario apostar por una vía mixta que compagine las fuerzas del sistema público y también del privado permitiendo la apertura de espacios concretos -semejantes a los encargados de realizar las pruebas de la ITV- que puedan ejercer las competencias reservadas para los centros de exámenes de Tráfico. De esta forma, los ciudadanos podrían optar por una de las dos opciones y -según CNAE- se reforzaría la economía del sector mientras en paralelo se abre la puerta a ejercer una rebaja de la tensión en las semanas de más afluencia en los centros.

Enrique Lorca, presidente de la patronal de las autoescuelas, explica a THE OBJECTIVE que este modelo ya se ha seguido en otros países como Portugal y se pregunta por qué no hacer lo mismo en España. Indica que para ser viable sería necesario que se establecieran unas normas básicas que tuvieran que atender los centros para asegurar unos mínimos que no pusieran en duda el rigor de las pruebas privadas.

Lo que suena idílico no convence a los sindicatos. La Unión Sindical Obrera (USO) explica a este medio que considera que esta apuesta no puede ejecutarse y reclama que siga manteniéndose la primacía de lo público por delante de otros modelos de cooperación en este ámbito. Rosario Sánchez, examinadora de la DGT en la delegación de Jaén y delegada de este sindicato, señala que de apostar por una doble posibilidad existiría un riesgo de que se dieran fallos de objetividad al determinar que podrían darse situaciones en las que estas compañías primaran el beneficio antes que las competencias del examinado, lo que conllevaría una mala calidad del conductor y el consiguiente peligro para la vida de los demás conductores con los que se cruzara en las carreteras.

CNAE determina que este modelo mixto permite resolver el principal problema de Tráfico: la complicación para atender los picos de demandas que se dan en los periodos vacacionales. La mayoría de los examinados tratan de obtener la licencia en las fechas en las que ponen en pausa sus estudios –Navidad, verano y otros festivos-, por lo que acuden a su autoescuela de confianza en busca de una fecha para ponerse a prueba. A ello hay que añadir que a los funcionarios, como a todo trabajador en España, le corresponden vacaciones por derecho, descansos que se toman en las fechas habituales y que coinciden con estos picos de demanda, provocando los mencionados cuellos de botella.

USO comparte la existencia de este problema, pero reduce su impacto en los exámenes. Indica que existen dos situaciones que han cambiado la forma de repartir las fechas, aunque recalca la instalación del sistema CAPA, una especie de algoritmo que calendariza las pruebas según la autoescuela con el objetivo de repartir los turnos. Si la escuela A se examina hoy, el sistema le otorgaría las siguientes fechas dentro de siete u ocho días, permitiendo una rotación que evita que las grandes cadenas tomen todos los días disponibles.

Madrid se atasca más que Orense

El sindicato añade que también depende mucho del territorio en el que se hagan los exámenes, poniendo el foco en el número de funcionarios y examinadores en el centro. Sánchez afirma que en su puesto, localizado en Jaén, son 12 profesionales autorizados para ejecutar las pruebas, mientras que en su anterior destino, Barcelona, eran 90. El hándicap del personal es especialmente notorio en las vacaciones, cuando el sistema obliga a hacer cabriolas para evitar una reducción dañina en el número de pruebas diarias y fuerza a los profesionales a tener que esquivar las bajas por enfermedad o por fines personales en la medida de la posible por la imposibilidad de cubrir los huecos ante un imprevisto que obligaría a paralizar por completo el centro de exámenes y retrasaría la fecha efectiva de todos los alumnos.

La alternativa que parece encontrar un punto medio entre ambos se encuentra en el número efectivo de profesionales en los centros de Tráfico. Los aumentos de la demanda de examinadores empuja a aumentar el número de pruebas diarias y a cambiar los horarios de los trabajadores, que han añadido el turno de tarde desde la pandemia del coronavirus, cuando se vieron obligados a reformular muchos de los errores del modelo. Por un lado, un aumento de la contratación permitiría desatascar las listas de espera en las fechas clave, mientras que al mismo tiempo mejoraría la calidad en estos puestos de trabajo que, poco a poco, vuelven a pedir ayuda.

No hay 300.000 personas esperando

Por el momento se desconoce cuánta gente se encuentra a la espera de hacer estas pruebas. Hace años circulaba la cifra de 300.000 personas en varios artículos que incluso fueron compartidos por la televisión pública española. Sin embargo, este dato es erróneo y surge de un error de interpretación que toma como candidatos a realizar el examen práctico lo antes posible a las personas que han aprobado el teórico y que pueden realizar la prueba de destreza en los próximos dos años –plazo que les otorga la Administración para poder hacerlo-, hayan o no comenzado con las clases acompañadas de la mano de los profesores de las autoescuelas españolas.

Lo que sí que parece claro es la necesidad de no tensionar más el modelo. Los sindicatos recalcan que debe emprenderse poco a poco la búsqueda de una solución, especialmente porque no va a poder solventarse en una semana las taras que adolece el modelo desde hace 20 años -bajo la tutela de diferentes gobiernos de distinto color político-.

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