THE OBJECTIVE
Guillermo Garabito

El amor en los tiempos del ‘Netflix’

Lo mejor del anuncio de boda del príncipe Harry fue un tuit de Magnífico Margarito, entre otros, diciendo: “Qué fuerte me parece el príncipe Harry casándose con Begoña Villacís”.

Opinión
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El amor en los tiempos del ‘Netflix’

Lo mejor del anuncio de boda del príncipe Harry fue un tuit de Magnífico Margarito, entre otros, diciendo: “Qué fuerte me parece el príncipe Harry casándose con Begoña Villacís”.

Aunque lo importante de las bodas suelen ser las previas, como en los combates de boxeo, que es donde está realmente toda la tensión. Y en los parecidos también. En una ocasión cenando en casa con amigos, mi madre –recién entrada por la puerta y saludando al personal- entabló conversación con mi novia y le puso por nombre el de otra de cuando la adolescencia… Las risas trocaron en silencio repentino e incómodo y el silencio no recuerdo ya muy bien en qué. Quizá sea uno de esos mecanismos de supervivencia de la memoria para poder afrontar las adversidades pasadas. Puede que por aquello no me haya casado todavía.

El problema moderno de las monarquías europeas es que se enamoran por televisión. A falta de recepciones y bailes con pompa y oros refulgentes los herederos emplean su tiempo de ocio como el común de los mortales. Ven series americanas y hasta se enamoran de los actores como si tuvieran quince años.

Los periódicos ingleses andan entusiasmados, quizá porque se pensaban que ya no casaban al príncipe Harry. Debe de ser como lo que me dice a mí mi abuela de sentar la cabeza cada vez que puede: “Me muero y no te casamos”. Pero claro, mi abuela no es Isabel II y eso es algo a tener en cuenta. Porque lo siguiente notable que hay que saber de las bodas –y lo digo yo que no me he casado nunca– es que lo importante jamás son los novios. Uno se casa, aparte y si me apuran, con la familia. Y cada familia tiene sus cosas, quizá menos que la Familia Real británica, pero sus cosas.

Me encargan hablar de la noticia y ya se sabe que de todo hay que tener una opinión, incluso de las bodas reales. A mí la noticia en concreto me parecía muy bien, vamos que me resultaba igual, hasta que leí que por estos asuntos de congraciarse con la Corona y hacer más fácil lo de su relación Meghan Markle abandonaba la serie “Suits”, que es una serie a la que me alisté en “Netflix” para dormir la siesta. Y yo con la serie a medias…

Dalí era monárquico por aquello del ADN, pero a él la monarquía inglesa no le había descabalado la serie con la que lograba conciliar el sueño.

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