THE OBJECTIVE
María Jesús Espinosa de los Monteros

El SIDA no era pecado

«It’s a sin es una serie que conviene mirar con ojos bien abiertos y con asombro, pues ver a un grupo de personas valientes, alegres y orgullosas hasta el fin no es algo que una vea todos los días»

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El SIDA no era pecado

HBO

¿Cómo nacen las historias y de qué modo se construyen? Explica Albert Sánchez-Piñol en su nuevo libro Les estructures elementals de la narrativa que «la narrativa no nos hace mejores, nos hace». ¿Por qué algunas historias tienen potencial narrativo y otras no? ¿Por qué decidimos contar algunas casi mientras suceden y a otras no les prestamos atención? ¿Qué debe tener una buena historia para ser narrada? Pensaba en esto mientras veía la serie It’s a sin en HBO, el nuevo trabajo de Russell T. Davies que ya nos deslumbró con Years and years.

Lo que narra It’s a sin es la llegada y difusión del virus del SIDA en la Inglaterra de los años ochenta. Es curioso comprobar de qué modo se cuenta el SIDA con respecto a cómo se narra ahora la Covid-19. Si la pandemia actual se ha colocado en el primer plano de las televisiones, radios, medios y redes sociales del mundo, el SIDA nació ya con cierto halo secreto, misterioso, pecaminoso, como el propio título indica.

No es casual que el estreno de la serie se produzca ahora, cuando la empatía del espectador no puede ser más desbordante. Nunca habríamos entendido tan bien el pavor y la inconsciencia con la que se narra la serie y que amenaza a sus protagonistas. Nadie quiere creerse que tal enfermedad existe. Todo, dicen, son rumores infundados. En la serie de Davies se deja bien claro de qué modo la condición marginal de las víctimas propició el desprecio de las instituciones y la prensa durante su primera etapa. Una ignorancia que se ha ido extendiendo a lo largo de los años que han sucedido a aquella plaga, casi un genocidio. Ahora que vivimos instalados en la prisa de que las vacunas lleguen a todos de una manera rápida, ¿se imaginan aquellos que murieron sin saber que la vacuna para su enfermedad tardaría más de treinta años en llegar? Todavía la estamos esperando. Para cuando llegue, todos se habrán muerto.

Si de algo podemos sentir orgullo en este año funesto es de cómo las mejores mentes científicas del mundo se han puesto a trabajar con un único objetivo. Si de algo podemos seguir avergonzándonos es de no haber podido ayudar a esos hombres y mujeres que murieron, tal como la serie muestra, llenos de vida pero estigmatizados. Quizás ahí, en esa capacidad lumínica e refulgente que se desprende de la serie, con unos personajes cuya sed de vida parece imbatible. El SIDA (y no la Covid-19) puede entenderse como una plaga que estigmatizó a quienes la padecían. Por eso It’s a sin es una serie que conviene mirar con ojos bien abiertos y con asombro, pues ver a un grupo de personas valientes, alegres y orgullosas hasta el fin no es algo que una vea todos los días.

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