THE OBJECTIVE
Joaquín Jesús Sánchez

El acabose

«Ante la amenaza fantasma de un gran apagón no ha salido nadie con un cartelón de ‘the end is near’, sino un montón de señores que compran latas de atún y paquetes de macarrones»

Opinión
Comentarios
El acabose

Europa Press

El majara clásico del fin del mundo tenía su encanto. Al menos, su extravagancia estaba a la altura de su chaladura: calendarios cabalísticos, buen rasurado craneal y el carné de socio de alguna secta que más pronto que tarde celebraría una fiesta con chupitos de cianuro.

Como se sabe (¡es un clamor!), las buenas costumbres se han perdido. El tuteo se ha comido al trato cortés, no se cede el paso en las puertas y ante la amenaza fantasma de un gran apagón y el subsiguiente colapso civilizatorio no ha salido nadie con un cartelón de the end is near dando campanazos, sino un montón de señores que compran latas de atún y paquetes de macarrones.

Los preparacionistas son unos fulanos con almacenes de víveres y pertrechos por si se va todo a la mierda. La cosa no tiene ningún glamur: un sótano lleno de pastillas potabilizadoras, fósforos, navajas, walki talkis y la comida que tendría en la despensa un universitario. Gente que amortiza bien los envíos gratis del Amazon Prime. El plan hace aguas por muchos sitios. El primero y más obvio es que si la civilización se va por el sumidero, tan pronto acabe el pillaje en los supermercados, empezará la caza de preppers. Tiene que ser difícil pasearse por la Castellana con una mochila gigante, un casco de minero y dos paquetes de papel higiénico sin llamar la atención.

La segunda cosa es aún más elemental. Si todo se va al traste, ¿para qué demonios quieres alargar la agonía? Si la alternativa a la muerte es subsistir en una choza alimentándome de escarabajos asados en un camping gas, barritas energéticas y mi orina pasada por un filtro de café, prefiero caer fulminado tan pronto suene la primera trompeta del apocalipsis. Sinceramente, el armagedón tiene pinta de ser una cosa incomodísima y, mira, yo no estoy hecho para alimentarme de fabada de bote ni para compartir agua de un charco filtrada con un calcetín.

Además, imagínate una humanidad compuesta por survivalistas de esos: rednecks vestidos con conejos desollados y señores en la crisis de la mediana edad que en vez de comprarse un deportivo se han gastado los ahorros en botes de melocotón en almíbar. Quita, quita.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D