THE OBJECTIVE
Marta Torent López de Lamadrid

No somos cobayas, señora Colau

«Actúe ya o al menos tenga la decencia de decir públicamente que nos entiende, que ocupar casas ajenas no es un derecho, sino un acto inadmisible e injusto»

Opinión
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No somos cobayas, señora Colau

Un grupo de okupas en Barcelona.

Apreciada Sra. Colau. Corrijo, nada de apreciada. Asisto con estupor día tras día al constante desatino de pacificación de distintos barrios de nuestra ciudad, con el inevitable mareo que conllevan sus cortes de calles, cambios de sentido y posterior restablecimiento de sentidos originales, ante el fracaso de dichos experimentos. Que no somos cobayas, señora Colau. Asisto también con hastío a las incesantes obras, como si la ciudad estuviera preparándose para las próximas olimpiadas, meramente ciclistas, claro está; es usted una maga de la deconstrucción. Francamente, ínstenos a ir en burro, quizá sea lo más rápido, eficaz y disuasorio para quienes aún tenemos la malsana costumbre de desplazarnos en coche a muchos sitios. ¿Va usted en coche, señora Colau? ¿Tal vez en burro con chófer? 

Aun así, esto no es nada comparado con el caldo que hierve, a punto de desbordarse, en nuestro barrio de La Bonanova. Sus acciones e inacciones atufan señora Colau; corrijo, Colau a secas, mejor así. Apestan a electoralismo. Sepa usted que se está gestando una batalla campal, que cientos de vecinos estamos solicitando más vigilancia policial día y noche, tales son la tensión y la angustia que se palpan a causa de los okupas que malviven (porque eso no es vivir) atrincherados en El Kubo y La Ruina, casas que, me permito recordarle por si se le ha olvidado, no son de su propiedad; los mismos okupas que salen de noche armados con hachas y varas de hierro, andan por la calle con la cara tapada y sendas porras en sus mochilas, y roban y amenazan en comercios y a los transeúntes.

«¿Por qué no se lleva los okupas a su casa?»

¿Cómo se permite usted tolerar semejante situación? Aquí lo trágico no es que usted pierda o gane las elecciones, sino que está desasistiendo a un barrio entero de vecinos que, la hayan votado o no, tienen derecho a caminar seguros por sus calles. Digo yo, Colau… ¿por qué los okupas no ocupan su casa cuando usted salga a trabajar? O mejor, ¿por qué no se los lleva a su casa? Así, al caer la tarde podrá celebrar el feliz reencuentro cocinándoles un buen arroz; pagando usted, claro. Y todos contentos. 

Lamentable situación y penosa gestión, Colau, por no mencionar ese mirar para otro lado tan propio de la mayoría de los políticos, vicio al que usted no es precisamente ajena y que sinceramente da asco. Actúe ya o al menos tenga la decencia de decir públicamente que nos entiende, que ocupar casas ajenas no es un derecho, sino un acto inadmisible e injusto. Tan inadmisible como que usted no condene la okupación, los robos, las amenazas ni las palizas… Dígalo en voz bien alta para que lo oigamos todos los vecinos, los de este barrio y los de toda nuestra Ciudad Condal.

Hasta el jueves, Colau. ¿Nos veremos el jueves? Sea valiente y venga, tengo curiosidad por ver de qué lado está. Pero no lo haga en coche, dicen que no será fácil acceder ni aparcar por la zona. Consejo de una vecina del barrio. 

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