THE OBJECTIVE
Francisco Sierra

«Yo no les voy a mentir»

«Feijóo acudió a ‘El hormiguero’ con un mensaje claro de poner énfasis en todo lo que le separa de Sánchez. Y las mentiras eran un plato muy goloso»

Opinión
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«Yo no les voy a mentir»

Alberto Núñez Feijóo y Pablo Motos en 'El hormiguero'. | Tarek (PP)

Había expectación por la primera presencia de Alberto Núñez Feijóo en un programa de máxima audiencia como ‘El hormiguero’. Nunca había sido invitado antes a pesar de tantos años presidiendo la Xunta de Galicia. Y así se lo ha reprochado varias veces el líder del PP a Pablo Motos. Tan solo 24 horas antes en esa misma silla había estado su contrincante y actual presidente de Gobierno, Pedro Sánchez. 

Venía Feijóo con el programa de Sánchez visto y revisado. Un Sánchez que reunió a casi tres millones de personas para ver su presencia en «ese programa nocturno con tertulia en el que se insulta y ofende a Sánchez», y que según palabras de él mismo es el máximo ejemplo de la derecha mediática. Lo había visto y revisado. Entró marcando un tono coloquial, cercano y con humor gallego. Se notaba la comodidad de la conversación. Tuvo la ventaja de un presentador menos tenso que con Sánchez. También Motos estuvo más cómodo incluso cuando le preguntó por los pactos con Vox y lo que supone la posición del partido de Abascal en dos temas cruciales como la violencia machista y la igualdad y defensa de los derechos LGTBI.

Venía Feijóo preparado para explicar la geometría variable de los populares a la hora de pactar. Y empezó por recordar que Barcelona tiene alcalde socialista por el PP; que, en Durango, Vitoria o la Diputación de Guipúzcoa no gobierna Bildu por los votos a cambio de nada del PP a socialistas y PNV. Recordó que también pactan con Coalición Canaria en las islas o que gobiernan con la abstención del partido de Revilla en Cantabria. 

Lo que ocupaba y preocupaba era Vox. Y la explicación empezó por Valencia. Las únicas opciones según Feijóo eran, tras ganar el PP allí, el pacto con Vox o repetir las elecciones. Dijo y es donde más serio se puso durante el programa que no han cedido, ni van a ceder, ni un ápice en la lucha contra la violencia machista. Quizás por eso repitió en varias ocasiones la expresión «violencia machista» para intentar demostrar que la expresión de violencia intrafamiliar escrita en el pacto está subordinada a las leyes vigentes. 

Insistió en recordar que en Baleares van a gobernar sin Vox y que siguen negociando en Aragón, Murcia y Extremadura. Capote de ayuda para la extremeña María Guardiola, la candidata del PP que ha convertido a Pedro Sánchez en un aprendiz becario en el arte de cambiar de opinión. Ni siete días duró su discurso. Según Feijóo todo se explica por el enfado que tenía la candidata popular con la gente de Vox que rompió lo pactado por órdenes que llegaron desde Madrid.

«»Yo no soy Pedro Sánchez». «Yo si salgo elegido, no les voy a mentir». Dos frases que seguro que volveremos a oír muchas veces a partir de ahora»

Venía Feijóo con un mensaje claro de poner énfasis en todo lo que le separa de Sánchez. Y las mentiras eran un plato muy goloso. Un plato en el que puso medio de Bildu y medio de mentiras para lanzar las dos frases que quería que quedarán en la memoria de la audiencia televisiva. «Yo no soy Pedro Sánchez». «Yo si salgo elegido, no les voy a mentir». Dos declaraciones por encima de todo. De pactos, de sanidad, de economía, de deuda, de paro… De todo lo que según Feijóo no se dice la verdad desde la Moncloa.

«Yo no soy Pedro Sánchez». «Yo si salgo elegido, no les voy a mentir». Dos frases que seguro que volveremos a oír muchas veces a partir de ahora. Dos frases que van a marcar una campaña electoral que hasta ahora venía supeditada a la sucesión de entrevistas de un Sánchez que de nuevo ha conseguido dirigir el discurso en los inicios de la precampaña. Con varios mensajes repetidos continuamente: 

  1. PP y Vox son lo mismo.
  2. Su gobierno lo ha hecho todo bien.
  3. La derecha mediática se ha inventado el sanchismo para atacarle.
  4. Él no miente, solo rectifica y cambia de opinión.
  5. Casi no conoce a Bildu.
  6. Hubo sólo un error, la ley del solo sí es sí, pero se corrigió, y si se tardó fue porque Irene Montero no quería reformarla.

«Feijóo ha superado una prueba importante vista por millones de ciudadanos en máxima audiencia»

Este miércoles Feijóo quiso romper este esquema y salirse del carril para crear uno nuevo en el que ha recuperado aquello que más daño hizo al PSOE en las municipales y autonómicas: Bildu. Y sobre todo el petardazo que supuso el conocer la presencia de condenados de ETA, siete ellos por asesinato, en las listas electorales de Bildu. Ese terremoto rompió la tendencia de la campaña y fue clave para que el PP recuperara discurso y terreno. 

Feijóo superó una prueba importante vista por millones de ciudadanos en máxima audiencia. Pero tiene que superar todavía el ruido de sus pactos con Vox. Ese ruido que se dispara cada vez que se cierra un acuerdo y se sabe de la presencia de negacionistas de la violencia de género, de las vacunas o de la igualdad LGTBIQ+ en puestos claves de los parlamentos autonómicos pactados con Abascal. Vox quiere estar y de paso forzar con ruido y provocación al Partido Popular a ceder posiciones en muchos sitios. Lo que confirmaría el peligro que denuncia Pedro Sánchez en todas sus entrevistas. Es su mensaje principal. El miedo para que el electorado de izquierdas se movilice en su contra. 

La gran duda es si el intento de incrementar el miedo a Vox no puede provocar otro efecto distinto y contrario al deseado por el presidente. Sería el de esos millones de ciudadanos que quieren castigarle como sea, que se planteaban votar a los de Abascal y que ahora decidan con el ruido recapacitar y elegir el voto útil y directo a Feijóo. Parece claro que hay una parte del electorado de Vox cuya prioridad no son tanto sus ideas como la de castigar y echar de la Moncloa a Sánchez. Lo cierto es que además no es la primera vez que el PSOE juega al miedo a Vox. Y les salió mal. En las dos ocasiones acabó consiguiendo el PP dos mayorías absolutas en Madrid y en Andalucía. 

Dicen que las campañas electorales mueven poco la decisión de la mayoría de los votantes. Dicen también que solo un 20% del electorado es el que no decide su voto hasta la última semana. Se dicen muchas cosas, pero lo único claro es que Sánchez está tocado, pero no hundido. Y si Sánchez huele debilidad, muerde y no perdona. Ya lo ha demostrado varias veces y se le ve con ganas de volverlo a intentar. A Feijóo se le veía frenado en las encuestas por el ruido de las negociaciones autonómicas. Nos falta todavía verlos juntos en un cara a cara. Solo habrá un debate electoral a solas de los dos en Atresmedia. Dicen que los debates electorales no hacen ganar, pero sí perder elecciones. De momento, este miércoles Feijóo fue a divertirse a ‘El hormiguero’. Y ha salido airoso.

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