THE OBJECTIVE
Manuel Pimentel

La segunda carrera del ejecutivo

«La figura de ‘Senior Advisor’ es de enorme utilidad para aquellos profesionales que se plantean desarrollar una actividad complementaria tras la jubilación»

Opinión
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La segunda carrera del ejecutivo

Ilustración de Alejandra Svriz.

Son muchos los babyboomers los que, tras años de trabajo en puestos ejecutivos de empresas, tanto privadas como públicas, se plantean desarrollar una actividad profesional complementaria en sus últimos años de ejercicio o en los primeros tras la jubilación. No les apetece a entrar a formar parte del estresante engranaje del runrún empresarial cotidiano. Son conscientes de que atesoran un gran patrimonio personal, en forma de conocimiento, sabiduría, perspectiva y contactos, que pueden resultar de extraordinaria utilidad para los directivos de otras empresas a la hora de tomar decisiones, marcar rumbos estratégicos, solucionar problemas o abrir puertas de posibles clientes importantes. Pues bien, a esa nueva actividad complementaria se le llama Segunda Carrera, cada día es más usada, resulta más importante y se expresa en forma de participación en consejos – tanto de administración como asesores -, o en forma de Senior Advisor, que es la figura, todavía desconocida, pero de enorme futuro y utilidad, que abordaremos en las presentes líneas.

Asistí recientemente a la presentación del excelente informe, Senior Advisor. Sacando partido a la experiencia, realizado por la firma de headhunters exec avenue. Se celebró en el espectacular espacio que Caixabank negocios posee en la Plaza de Colón de Madrid. Encontré la sala repleta, con rostros de veteranos que reflejaban una viva atención. Era evidente que el tema interesaba… y mucho, además. ¿Por qué? Pues, sobre todo, porque los que ya tienen 50 ó 60 se saben útiles y quieren seguir apoyando proyectos. Les motiva la actividad y, también, una retribución que, sin duda alguna, bien les vendrá.

Recapitulemos. La generación del babyboom ya ha sobrepasado la cincuentena. Acumula sabiduría y se encuentra con el vigor y deseo de acometer nuevos proyectos. También, en parte significativa, precisa de mantener un cierto nivel de ingresos. Bien sea por inquietud, vocación, deseo, llamada, prestigio o simple necesidad, la segunda carrera es una opción estimulante que les aguarda. Pero, ¿qué es la segunda carrera? Como su propio nombre indica es la dedicación profesional a una actividad diferente a la que venía desarrollando habitualmente. Esta segunda carrera puede desarrollarse en ocasiones, como veremos, en paralelo a la actividad ordinaria o de manera sucesiva, una vez finalizada ésta. Esta segunda carrera no suele conllevar relación laboral, sino que, normalmente se desarrolla como freelance, es decir facturando como autónomo o a través, en su caso, de una sociedad profesional personal.

El concepto de segunda carrera que barajaremos en estas líneas no contempla la actividad empresarial propia, esto es, la de que aquellos que deciden crear o participar en empresas, sino que se centra en la de aquellos que deciden asesorar profesionalmente a otras empresas bien sea bajo las figuras de consejero –tanto del consejo de administración como el asesor-, o como la de la figura conocida como Senior Advisor. Utilizo la definición que proporciona el mencionado informe de exec avenue: «Un Senior Advisor es un profesional, normalmente en su segunda carrera, que posee conocimientos, experiencias, marca personal, contactos y relaciones de valor y que quiere seguir aportando valor, ofreciendo esos activos al servicio de otros proyectos, a través de una o varias relaciones mercantiles con una o varias sociedades, a tiempo parcial y sin exclusividad, es decir que esta actividad se puede compaginar con otras de segunda carrera, siempre que no se produzcan conflictos de interés entre las diferentes actividades realizadas».

«El ‘Senior Advisor’ suele aconsejar verbalmente a la consulta puntual o durante la reunión concertada con periodicidad regular»

Mi admirado amigo Alfonso Jiménez, un auténtico visionario, es quién impulsa el debate sobre la segunda carrera en España. Por eso, desde su actual responsabilidad en exe avenue, está dando a conocer las ventajas de los consejos asesores y los seniors advisors, enriqueciendo la antigua y exclusiva obsesión por los consejos de administración. Llegar a ser miembro de un consejo de administración de una gran empresa, sobre todo de una cotizada, constituye un auténtico objeto del deseo para muchos ejecutivos, que lo asocian con alto prestigio y elevada remuneración. Pero, como siempre ocurre, no es oro todo lo que reluce. Los puestos en consejos de administración son muy limitados, no siempre están bien retribuidos y, encima, supone el contraer una alta responsabilidad personal, acentuada con las sucesivas leyes de transparencia y responsabilidad corporativa. La opción de consejo asesor, que toma fuerza, es más flexible, supone una menor responsabilidad, y más libertad para aportar valor. Pero es precisamente la figura de Senior Advisor la que será más usada en el futuro, tanto por empresa como por profesionales.

Las funciones de un Senior Advisor son muy similares a las de un Consejo Asesor, aunque más flexibles, ya que se organizan de modo individual y no colectivo. Para la empresa usuaria, es más fácil el recurrir a un Senior Advisor que a un consejo, aunque se pierde la riqueza del debate y del contraste de opiniones consustancial a la dinámica del consejo. El uso está más desregulado, pues, además de reuniones periódicas, se puede echar mano en cualquier momento para un asesoramiento puntual.

No se debe confundir el papel del Senior Advisor con el de consultor. Normalmente, el consultor trabaja en equipo, estudia el caso y presenta una solución o propuesta concretada en unos documentos, nos es el caso del Senior Advisor, que suele aconsejar verbalmente a la consulta puntual o durante la reunión concertada con periodicidad regular o al requerimiento del directivo que lo contrata. La denominación genérica de Senior Advisor toma también el nombre de Of Counsel en despacho de abogados o consultoras o de Senior Patner en el de fondos.

El estudio aborda una cuestión esencial. ¿Para qué contar con los servicios de un Senior Advisor? ¿Qué se espera que aporte? La primera respuesta es la de disponer de profesionales relevantes, con capacidad de aportación de ideas basadas en su experiencia, también las del apoyo y contraste de opiniones en la toma de decisiones para hacer crecer la empresa o para superar una crisis, para complementar las competencias o conocimientos, con la consiguiente aportación de valor a un costo razonable. La visión a la hora de aprobar decisiones estratégicas o la función de abrir puertas y aportar una red de contactos también son valoradas, así como el aportar reputación y prestigio a la empresa, el apoyo comercial y el complementar -y, en su caso, cuestionar-, las competencias y el funcionamiento de la dirección de la empresa.

En resumen, que estamos ante una figura de creciente interés para profesionales, directivos y empresas, que tendrá un acusado desarrollo. Los interesados en desarrollar esta segunda carrera deben prepararla con tiempo, ya que el prestigio, la marca personal y la sabiduría no se improvisan el último día. Recomiendo a los interesados que se hagan con el informe de exe avenue, les resultará de máxima utilidad.

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