THE OBJECTIVE
Miguel Ángel Benedicto

'Quitanieves' Trump

«El líder republicano ya está en marcha y solo debe evitar que el Tribunal Supremo congele su campaña pues los demócratas tienen un candidato con hipotermia»

Opinión
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‘Quitanieves’ Trump

El candidato a las primarias del Partido Republicano y expresidente de EEUU, Donald Trump. | eUR

Trump comenzó en Iowa a apartar la nieve del horizonte electoral que le conducirá a Milwaukee, donde el Partido Republicano elegirá en julio al candidato que se enfrentará a Joe Biden en las presidenciales de noviembre. 

Ganar los caucus de Iowa no es garantía de ganar las primarias de tu partido y mucho menos unas presidenciales, pero Trump no ha necesitado ni mancharse las manos para quitar la nieve. Ha sido el candidato que menos visitas y mítines ha dado en el Estado rural y ha ganado con una ventaja de 30 puntos sobre sus contrincantes Ron DeSantis y Nikki Haley. Ambos observan como el expresidente se les escapa en la carrera hacia las presidenciales. El gobernador de Florida, una copia de Trump, se quedado como un témpano nada más empezar la competición y tiene poco recorrido. La exembajadora ante la ONU es la única que podría plantarle cara por su carácter duro y competitivo. Haley tiene más apoyos ente votantes con más educación y es menos popular entre los evangélicos. Sin embargo, la exgobernadora de Carolina del Sur debe decidir si está dispuesta a enfrentarse a Trump o ser su ticket electoral en el futuro. Las primarias en New Hampshire y Carolina del Sur nos darán la respuesta. 

Para llegar a la Convención Nacional Republicana de Wisconsin, el expresidente se encontrará con más nieve en el camino. Los 91 cargos y cuatro imputaciones judiciales a las que se enfrenta le obligarán a quitarla a paladas. Sin embargo, para poder ser presidente de los Estados Unidos solo es necesario haber nacido allí, haber vivido en territorio nacional un mínimo de 14 años y tener al menos 35 años. Trump cumpliría con todos los requisitos e incluso estar en prisión no le impediría llegar a la Casa Blanca. Lo único que le podría inhabilitar para el cargo es que el Tribunal Supremo federal decida a partir del próximo 8 de febrero si le permite o no presentarse a las primarias de Colorado y Maine que se celebran en marzo.

«Los nueve jueces del Tribunal Supremo decidirán si el magnate inmobiliario formó parte o no del asalto violento al Congreso»

El Alto Tribunal dirimirá si aplica o no a Trump la sección 3 de la enmienda 14 de la Constitución americana que no permite ocupar cargos públicos a aquellos que hayan jurado la Carta Magna y hayan participado en una rebelión o en una insurrección o prestado apoyo o ayuda a los enemigos de la Constitución. Los Supremos de Colorado y Maine decidieron que esa enmienda podía aplicarse al expresidente por su participación en el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021. Ahora serán los nueve magistrados del Alto Tribunal Federal, de mayoría conservadora, los que decidan si el magnate inmobiliario formó parte o no del asalto violento al Congreso americano. 

Mientras tanto, el quitanieves Trump ya ha puesto en marcha el motor y cuánto peor se pone el clima judicial más potente se vuelve la máquina para lanzar lejos la nieve de las acusaciones. Cada imputación que recibe le hace más fuerte. Comparece en el juzgado, da un mitin para los suyos basado en el relato de la conspiración política desde el Departamento de Justicia y como resultado recibe donaciones millonarias y más apoyo de sus fieles seguidores. De manera premonitoria ya dijo en 2016 en Iowa que podría pararse en mitad de la Quinta Avenida, disparar a la gente y no perdería votantes. La base electoral Trump está en el mundo rural y en la clase blanca trabajadora que se siente despreciada por todos menos por el expresidente. Sin embargo, el magnate inmobiliario ha logrado ampliar su base electoral a hispanos y afroamericanos que muestran un mayor acercamiento a los republicanos. 

En el lado demócrata, el presidente Joe Biden no deja de demonizar a su contrincante republicano, lo que le funcionó a su partido para ganar las elecciones de medio término en 2022 junto a la cuestión del aborto, pero la actual hitlerizacion de Trump y sus seguidores, a los que se presenta como una amenaza fascista a la democracia, alimenta la polarización y ayuda al expresidente a posicionarse como el favorito para la candidatura republicana. Trump no duda en alimentar esa narrativa de héroes y villanos al reiterar el asunto del robo de las elecciones de 2020 y promete indultar a los condenados por los disturbios del Capitolio si llega de nuevo a la Casa Blanca.

«El problema es de los dos grandes partidos que no han sido capaces de emanciparse de sus líderes actuales»

Biden es un presidente impopular para el 57% de los americanos. El líder demócrata está lastrado por sus 81 años y una inflación que comienza a contenerse. En las encuestas el presidente perdería las elecciones con Trump y Haley y solo ganaría a DeSantis por cuatro décimas. En los Estados indecisos, en los que se dirime la presidencia, Trump resultaría el vencedor. Todo recuerda a los años 80 cuando un Jimmy Carter debilitado por el pesimismo económico y la crisis de los rehenes de Irán fue derrotado por un denostado Ronald Reagan, que trajo el optimismo económico al país y el órdago de una Guerra de las Galaxias que terminó hundiendo a los soviéticos. 

El problema es de los dos grandes partidos que no han sido capaces de emanciparse de sus líderes actuales. El Partido Republicano no ha tenido el valor de hacer frente a los ataques a la democracia de Donald Trump y el Demócrata se ha mostrado cobarde para apartar a un Joe Biden con problemas cognitivos, quizás porque son conscientes que la vicepresidenta Kamala Harris no es una buena candidata más allá de California. 

La gerontocracia americana encabeza la carrera hacia las elecciones más importantes del año por lo que representan los Estados Unidos como faro de la democracia en el mundo. Una nueva victoria de Trump pondría a prueba las costuras del sistema americano y su efecto a nivel mundial sería considerable tanto en Europa, donde Putin sigue hostigando a Ucrania; en Oriente Medio, donde el apoyo a Netanyahu sería sin condiciones o en Asia, donde la confrontación con China podría ir a mayores. 

Quitanieves Trump ya está en marcha, solo debe evitar que el Supremo congele su campaña pues los demócratas tienen un candidato con hipotermia.

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