Albares elige al cónsul en La Habana que gestionará las nacionalizaciones de cubanos
El ministro se decanta por el exembajador en Emiratos para este puesto. Bernal dirigirá el consulado en Londres y Mourelle será el ‘número dos’ en Nicaragua
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se ha decantado por el exembajador en Emiratos Árabes Unidos, Antonio Álvarez Barthe, para dirigir el consulado general en La Habana que gestionará el mayor número de nacionalizaciones de cubanos en los próximos años, según desvelan fuentes diplomáticas a THE OBJECTIVE tras una reunión del subsecretario, Luis Cuesta, con la Junta de la Carrera -un órgano asesor formado por diplomáticos-.
El anuncio interno en Exteriores se produce cuando han empezado a llegar las primeras solicitudes de nacionalidad con la entrada en vigor de la ley de Memoria Democrática, en la que miles de descendientes de españoles podrán tramitar la obtención del pasaporte aunque sus antecesores lo hayan perdido o renunciado a él por razones políticas, ideologías de creencia o de orientación e identidad sexual.
El subsecretario comunicó a la Junta de la Carrera los puestos en el exterior que quedaron vacantes por diversos motivos -un ‘bombito’, en el argot de los diplomáticos- y que llevaban asterisco por orden expresa de Albares. Es decir, aquellos casos en los que el ministro no espera a conocer el parecer del órgano asesor para decidir quienes los ocuparán.
Junto con la decisión de Álvarez Barthe para dirigir el consulado de La Habana, se informó de que Rosario Bernal será la próxima cónsul general en Londres y que Diego Mourelle ocupará la segunda jefatura en la embajada española en Nicaragua. La primera era la cónsul adjunta en Bruselas cuando se produjeron las explosiones de 2016 en el aeropuerto de Zaventem que fueron reivindicadas por el Estado Islámico y en las que murieron 35 personas.
Albares cubre la vacante en Nicaragua
Por su parte, Mourelle es un joven diplomático -aprobó la oposición en 2020- que acompañará a la recién nombrada embajadora, Pilar Terrén, en uno de los destinos más complicados en el extranjero en estos momentos. Ha sido la primera vez que el puesto de segundo en la embajada de Nicaragua llevaba ese asterisco. Ello obedece, según reveló la web especializada The Diplomat in Spain, a la situación que vive el país centroamericano, en el que su presidente, Daniel Ortega, ha borrado cualquier oposición, encarcelando a números dirigentes de partidos opositores y a periodistas.
Las elecciones presidenciales celebradas en noviembre del pasado año, que perpetuaron en el poder Ortega, no fueron reconocidas por el Gobierno español, que las calificó de burla. España llamó a consultas a su entonces embajadora en Managua, Mar Fernández-Palacios, en agosto de 2021, tras unos insultos contra nuestro país lanzados por Ortega.
En marzo de este año, después de que familiares de los opositores explicaran a Albares que preferían que hubiera en el país representantes diplomáticos extranjeros para que sean testigos de lo que allí sucede, el Gobierno decidió la vuelta de la embajadora, pero el régimen de Ortega se negó.
Como consecuencia de ello, el embajador de Nicaragua en Madrid, Carlos Midence, abandonó España. Finalmente, en julio, las autoridades nicaragüense aceptaron el envío de una nueva embajadora, la citada Pilar Terrén, aunque mantienen la embajada de Nicaragua en Madrid con una encargada de negocios, Milagros Urbina, al frente.
Albares también nombrará próximamente a José María Ferré, Bernardo de Sicart y Marcelino Cabanas nuevos cónsules en Burdeos, Marsella y Perpiñán, respectivamente. Mientras, Laura Corchón dirigirá el consulado de Porto Alegre (Brasil) y Pedro Calvo-Sotelo la consejería cultural en el consulado de Nueva York.
El ministro de Exteriores también tiene decidido que Pablo Pérez Guerreira sea el próximo subdirector general para Oriente Próximo. Su plaza vacante en Quito de consejero cultural se cubrirá con una comisión de servicios hasta el reparto de puestos en el exterior del próximo año -el llamado ‘bombo’-.