Ábalos presumía de tener «ascendencia» sobre Armengol y Torres cuando eran barones
Durante la pandemia, los presidentes de Baleares y Canarias eran los dos líderes del PSOE más afines a Ferraz
Era vox populi en el PSOE. Tras el ciclo electoral de 2019, el PSOE consolidó y amplió su poder territorial a nueve barones autonómicos, de los cuales perdió seis en las elecciones autonómicas del 28-M, que motivaron el parapeto de la convocatoria de las generales del 23-J. Eran tiempos de bonanza electoral para el PSOE en los cuales José Luis Ábalos era aún secretario de Organización, Santos Cerdán su mano derecha como secretario ejecutivo de Coordinación Territorial y Adriana Lastra vicesecretaria general del PSOE.
Ábalos tenía el control del aparato, la interlocución territorial de los barones, con relaciones dispares con todos ellos. El asturiano Adrián Barbón, mano derecha de Adriana Lastra, medía las distancias justas con quien fuera el contrapeso de ésta en Ferraz; Emiliano García Page y Javier Lambán constituían el fuerte antisanchista desde Castilla-La Mancha y Aragón; y Ximo Puig, eterno rival de Ábalos en la Comunidad Valenciana, y el extremeño Guillermo Fernández Vara, sanchistas que iban «por libre». Los más afines al número tres del PSOE eran precisamente los dos expresidentes socialistas que hoy están en el ojo del huracán de la trama Koldo: Francina Armengol y Ángel Víctor Torres.
Las relaciones personales son claves para entender el mapa de contrataciones con la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a las Empresas S.L. Según fuentes socialistas consultadas por THE OBJECTIVE, era el propio Ábalos quien «presumía de tener ascendencia sobre Armengol y Torres» hasta el final de sus respectivas presidencias autonómicas tras las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo de 2023. Y es precisamente gracias a esa influencia la que explica que la empresa zaragozana que se convirtió en el proveedor sanitario favorito de Ábalos se implantara con facilidad en las administraciones del gobierno balear y canario, convirtiéndosela en adjudicataria de contratos por valor de 15,8 millones de euros, que están siendo investigados por la Fiscalía Anticorrupción.
En el mapa territorial surgido tras las autonómicas del 2019, Armengol y Torres «eran los barones mas afines a Ábalos», y los más proclives a atender las sugerencias del entonces ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE. Según los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el ex asesor del ministro, Koldo García Izaguirre, se valía de su puesto de confianza para recomendar a las autonomías socialistas de contratar las mascarillas con la empresa de Soluciones de Gestión y apoyo a las Empresas S.L, detrás de la cual están los dos cabecillas de la trama, Víctor Gonzalo de Aldama y Juan Carlos Cueto. Incluso en el sumario de la investigación al que ha tenido acceso este diario apunta a que la influencia de Koldo «surtió efecto» para que Armengol perdonara un pufo a la empresa Soluciones de Gestión por una partida defectuosa de mascarillas. «Bajo este contexto, se han observado indicios que apuntan a la influencia que Koldo ha ejercido en beneficio de Soluciones de Gestión en el contexto de la reclamación dimanante de la Administración balear, a fin de que esta no prosperara y de este modo favorecer a la mercantil y a su titular», señala el magistrado.
Ferraz impuso las listas a los territorios que rechazaron a Koldo
Las informaciones que suceden de los indicios delictivos de Anticorrupción y sus ramificaciones políticas están permitiendo a diversos dirigentes socialistas atar cabos sobre el modus operandi de Ábalos y Koldo en el inicio de la pandemia del Covid en marzo de 2020. «Después de las elecciones de 2019, estaba claro quienes eran los barones mas cercanos» a la dirección en general, y a Ábalos en particular, porque al margen de cuestiones ideológicas, en la relación de Ferraz con los territorios también había recelos personales. «Ábalos no podía ni asomar la nariz en Asturias» donde era Adriana Lastra quien controlaba la federación; al igual que «no podía levantar un teléfono en Castilla-La Mancha o Aragón» porque eran la antítesis de su proyecto político, quienes se habían enfrentado a él en las segundas primarias tras el derrocamiento de Pedro Sánchez en 2016.
Y, sin embargo, fue Koldo quien descolgó el teléfono y se ofreció como mediador entre la administración y la empresa Soluciones de gestión que tenía «cargamentos esperando» en un momento de búsqueda desesperada de material sanitario. Como relató a THE OBJECTIVE, la entonces consejera de Presidencia, Mayte Pérez, recibió la llamada de Koldo pero «no me dijo la empresa. Sabía quién era (Koldo), pero no me amenazó. Me dijo ‘tengo un cargamento que está esperando’. Lo que hice fue derivarle a Aragon en marcha, dónde rechazaron la oferta por cara. Como no se ajustaba, se acabó».
Pérez, actual portavoz del PSOE aragonés fue una de las damnificadas en la última remodelación del PSOE, laminada de la Ejecutiva por haber alzado la voz contra la elaboración de las listas al 23J y la imposición del dedazo de Ferraz. Paradójicamente, la cúpula del PSOE modificó las listas y el resultado de las primarias en las tres comunidades autónomas que rechazaron los contratos sanitarios por mediación de Koldo, a quien Santos Cerdán introdujo en Madrid y en el círculo de José Luis Ábalos: Aragón y Castilla-La Mancha en enero de este año.
Según relatan desde el feudo de Emiliano García Page a THE OBJECTIVE, su gobierno se negó a contratar también con la trama de Koldo, a quien no le sugería confianza. Según consta en la investigación, tras contactar con el servicio de Salud de la comunidad, uno de sus responsables descarto la compra vía mail con estos argumentos: «Sentimos mucho no poder realizarles la compra de mascarillas. La documentación que aporta indica claramente que las mascarillas son defectuosas y por ello no podemos valorar la adquisición». Asturias también rechazó la compra, e incluso la navarra, María Chivite, muy afín a Cerdán, declinó entrar en los negocios del ex asesor de Ábalos, de quien «tiene referencias de él en Pamplona y siempre se ha mantenido a distancia», según las fuentes socialistas consultadas.
«Francina y Ángel Víctor eran de los suyos», especialmente éste ultimo, cuyas ramificaciones con la trama del Tito Berni y la contratación de Plus Ultra para importar mascarillas desde China han levantado internamente las sospechas en amplios sectores del partido. Una afinidad personal y política que continuó incluso con la caída de Ábalos en julio de 2021, cuando fue cesado fulminantemente por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y forzado a dimitir como secretario de Organización del PSOE dos días después. Su inexplicable caída, hasta la publicación de las exclusivas de THE OBJECTIVE, cuatro meses después de su salida del Gobierno, dio lugar a un tiempo de aislamiento interno en el PSOE en el que todos evitaban públicamente acercarse a Ábalos. Pero a lo largo del 2022 y 2023, el diputado por Valencia y presidente de la Comisión de Interior fue rehabilitándose políticamente, a recuperar encuentros con sus fieles que hasta ahora habían seguido las órdenes de condena al ostracismo; comenzó a colaborar como tertuliano en varios programas televisivos y a opinar en los pasillos del Congreso ante las cámaras de televisión.
Torres y Armengol «en la cuerda floja»
Dos años en los que Ábalos dejó claro que se resignaba a su muerte civil, que ni estaba muerto ni acepaba los motivos de su cese fulminante, y que pretendía recuperar el estatus perdido. Y para ello se valía de sus amistades personales y aliados políticos. Entre los primeros, destacan el secretario de organización que le sucedió en el cargo, Santos Cerdán, y el ministro de Transportes que le sucedió en el Ministerio, Óscar Puente. Ambos de la más estrecha confianza. Y en el segundo grupo, se encontraba la presidenta balear, Francina Armengol, y el canario Ángel Víctor Torres, sobre quienes siguió presumiendo de «tener influencia» y que hoy se ven salpicados y «cercados» por la trama Koldo.
Las citadas fuentes socialista creen que ambos se encuentran «en la cuerda floja», especialmente en el caso del ministro de Política Territorial. Las críticas afloran en el PSOE por el «error estratégico» de la expulsión de Ábalos que «nos deja ahora expuestos. No pueden dejar caer a nadie más porque ¿Cuál sería el siguiente cortafuegos?». En el caso de Francina Armengol se le suma un motivo más de peso. Las fuentes socialistas consultadas coinciden con Moncloa en que «no puede caer porque es la tercera autoridad del Estado y ahora mismo no tenemos garantías de tener los votos necesarios para votar a un nuevo presidente del Congreso».