Las incógnitas del 'caso Biondo', la muerte más extraña de la última década en Madrid

La muerte de Mario Biondo sigue rodeada de incógnitas. Una década después de que una asistenta encontrara su cuerpo colgado con un pañuelo de seda en una estantería de su casa en Madrid, el caso vuelve a estar de actualidad. La culpa es de una serie de tres capítulos que estrena Netflix este jueves. La familia colaboró al principio, pero desistió cuando se enteró de que su productor era Guillermo Gómez, antiguo representante de Raquel Sánchez Silva, la mujer del camarógrafo italiano a la que acusan de estar detrás de lo sucedido.

Los padres de Biondo siguen defendiendo que no se trató de un suicidio, sino que su hijo fue asesinado. En mayo presentaron una nueva denuncia ante el Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid para pedir la reapertura del caso, confirman sus abogados a THE OBJECTIVE. Apenas ofrecen detalles del escrito, aunque precisan que han sido denunciadas dos personas que podrían tener relación con la muerte, que sigue rodeada de misterio.

La noche anterior al fatal desenlace, el 29 de mayo de 2013, la pareja había tenido una fuerte discusión. La presentadora quería quedarse embarazada y, según su declaración, pidió a su marido que dejara la cocaína. Su consumo le había producido oligospermia, una baja concentración de espermatozoides en el semen eyaculado. Al día siguiente Sánchez Silva tenía un viaje programado, así que Biondo se quedó solo.

Las llamadas a Biondo

El camarógrafo italiano llamó a un camello y sacó 110 euros de un cajero, aunque nunca se encontraron tras su muerte. Algunos lo sitúan de madrugada en un prostíbulo, pero su familia lo descarta. También niega que consumiera estupefacientes. Biondo no se presentó a trabajar el día siguiente. Tampoco respondió a las llamadas telefónicas de su esposa, lo que encendió las alarmas. Sánchez Silva llamó entonces a la asistenta, que encontró su cadáver.

La Justicia española cerró el caso en 2016 tras desestimar el recurso de apelación de la familia de Biondo, cuya muerte califican de suicidio. Así lo determinan las autopsias realizadas, aunque los padres de la víctima denunciaron al prestigioso forense Paolo Proccacianti, autor de la segunda necropsia, por posibles irregularidades. Se especuló incluso con que podrían haber analizado los restos de otro cuerpo.

Las primeras investigaciones indicaban que detrás de la muerte se escondía una práctica sexual. Sánchez Silva alimentó esa tesis al asegurar que, de pequeño, su marido jugaba a estrangularse con su hermana, aunque esta lo negó. Además, reveló que había pensado varias veces en suicidarse. Unas declaraciones que desataron la guerra con la familia de Biondo, que fue condenada a pagar 3.000 euros a la presentadora por una falta de vejaciones vertidas en redes sociales tras comentarios como «qué pronto se ha consolado la viuda alegre».

El caso Biondo también se archivó en Italia en agosto del año pasado, aunque en esta ocasión con una particularidad: el juez afirmó en sus conclusiones que «pudo tratarse de un asesinato, pero no lo podemos demostrar». La Fiscalía de Palermo echó más leña al fuego al sostener que el camarógrafo «fue asesinado por autores desconocidos que simularon un suicidio».

Diferentes tesis

Los investigadores señalan que existen diversas pruebas que permiten mantener esa tesis. En primer lugar, un golpe en el occipital, el hueso que cubre la parte posterior de la cabeza. La mayoría de los forenses declinan que fuese determinante en la muerte de Biondo.

Otra contradicción es la postura en la que apareció su cuerpo, atado con un pañuelo de seda en una estantería del salón con las piernas apoyadas en el suelo. En un intento desesperado por demostrar que su hijo no se suicidó, Santina D´Alessandro, la madre de Biondo, publicó una imagen que alimentó la polémica. El debate del asesinato cobró más fuerza.

Durante esos días, la revista Interviú reveló que el italiano buscaba un vídeo pornográfico de su esposa. La familia cree que Biondo descubrió algo la noche de su muerte y que su esposa era tan poderosa que consiguió que le protegieran para que nadie descubriera la verdad. El criminólogo Óscar Turruella apunta en Diario de un agente de homicidios a las contradicciones que se vertieron en el proceso judicial.

Turruella revela en el libro que la escena en la que apareció Biondo era «claramente homicida». Y explicó: «Cualquier experto en homicidios sabe que es imposible encontrar el cadáver en la posición en la que se encontró el cuerpo». El antiguo policía judicial deja abierta la posibilidad de que el italiano hubiese fallecido en otro emplazamiento.

El informe de Palermo

El investigador privado, que realizó un informe para el juzgado de Palermo a petición de la madre de la víctima, pone el foco en los cables del televisor, que habían sido desconectados. Uno de ellos estaba enrollado sobre el mueble en el que apareció colgado el cuerpo. Además, revela que se borraron 900 gigas de datos del ordenador de Biondo a las pocas horas de su muerte.

Turruella acaba de irrumpir en la promoción de la serie de Neflitx. Ha lanzado un vídeo sobre lo que, en su opinión, se podrá ver en Las últimas horas de Mario Biondo. Comienza recordando que está producido por el exmánager de Sánchez Silva, algo que les ocultaron a los participantes. A continuación menciona que la plataforma estrenó recientemente una reality con la presentadora, lo que «podríamos llamar como cerrar el pack».

El antiguo Mosso d’Esquadra recuerda el timo que sufrieron los padres de Biondo cuando una empresa estadounidense les ofreció datos técnicos para demostrar que la noche en que murió su hijo no estaba solo. «Yo le dije (a Santina) que no era posible la geolocalización». Turruella sostiene que el documental «nos van a intentar vender esa historia» pero no contará «las tantísimas contradicciones de la viuda», que era a ella a quien supuestamente le gustaba jugar a los juegos de asfixia y el papel de su primo.