John McCain: el perdedor ejemplar
A unos pocos hay que agradecerles que, simplemente, se dejasen ver. Porque esas son para los demás raras ocasiones que ya no se olvidan nunca. Me pasa con Messi, a quien he visto un par de veces en persona. Y me pasa con John McCain, a quien vi cuatro veces. Fue en un mismo verano de hará ahora demasiados años; el verano en el que fui becario en el Senado americano.