Leo en la Wikipedia que las ventosidades se componen en su mayor parte de nitrógeno, hidrógeno, dióxido de carbono, metano y oxígeno, y que su característico mal olor se debe a una proporción muy reducida de ese conjunto de gases –inferior al 1 %–, formada por distintos compuestos del azufre y del ácido butírico.
Uno de los recuerdos cinematográficos más dulces que tengo de mi infancia es ver de forma casi compulsiva la película E.T. El Extraterrestre, de Steven Spielberg. La felicidad que me producía ver a este feo alienígena en la pantalla no se puede describir con palabras. Elliot y E.T. me inspiraban una ternura inconmensurable, y me fascinaba ese nivel de empatía y complicidad de llegar a sentir lo mismo hasta enfermar.
Hoy tiene uno que ponerle el «presunto» a cualquiera, porque las querellas vuelan y jugarse el tipo tiene su gracia pero no hay que abusar