La Feria ARCO cierra su 38 edición como "la mejor de la última década"
Con un incremento del 8% de visitas profesionales respecto al año anterior y un crecimiento del 3% de visitantes, que superan los 100.000 asistentes
Con un incremento del 8% de visitas profesionales respecto al año anterior y un crecimiento del 3% de visitantes, que superan los 100.000 asistentes
La obra ‘Presos Políticos en la España Contemporánea’, también de Sierra, fue retirada de ARCO el año pasado
Desde la retaguardia, lugar de resistencia, Iván de la Nuez plantea un controvertido ensayo que recorre el territorio del arte contemporáneo.
Se ha presentado en Lima la 38ª edición de ARCOmadrid, Feria Internacional de Arte Contemporáneo, que organiza IFEMA y se celebrará del 27 de febrero al 3 de marzo en Madrid.
En la antigua fábrica de cuerdas de Lisboa, la Cordoaria Nacional, se ha tejido esta última semana la tercera edición de ARCO en la capital portuguesa. Un evento que ha logrado emanciparse de su hermana mayor, ARCO Madrid, y que ofrece una visión y una experiencia radicalmente distintas de las que brinda la cita española. Por el edificio histórico, situado en una zona alejada del centro –cerca de Belém– pero en boga gracias, en parte, a la presencia del nuevo Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología, el MAAT, han pasado decenas de galeristas, coleccionistas y curiosos en general para admirar las obras de los 72 expositores que han estado presentes.
La hermana portuguesa de la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid, ARCOlisboa, cuenta en la edición de 2018 con 72 galerías de 14 países, lo que supone un aumento del 22,5% con respecto al año anterior. De esta forma, el evento, que este año tiene lugar del 17 al 20 de mayo en la capital lusa, se desprende del estigma de ser la cita satélite de la feria madrileña. ARCOlisboa empieza a emanciparse.
Los promotores de la Feria de Arte Contemporáneo ARCO Lisboa han presentado hoy la tercera edición de este evento, que se celebrará del 17 al 20 de mayo en la capital portuguesa y que busca consolidarse como un foco cultural dentro de la escena del arte contemporáneo europeo.
El Reina Sofía ha adquirido en ARCO 2018 veintitrés obras que firman los artistas Rosa Barba
Arranca la 37ª edición de ARCO Madrid, la cita que pone en el mapa del arte a la capital española, que se celebra entre el 21 y el 25 de febrero. Como principal novedad, este año ARCO no tiene un país invitado, sino que ha invitado a un concepto. “El Futuro” es el nombre que lleva el programa especial que lanza la feria madrileña de la mano de CNP Partners. La elección del eje central de esta edición de ARCO responde “a su voluntad de innovación e investigación constante”, en palabras de Clemente González Soler, presidente del Comité Ejecutivo de IFEMA, que acoge de nuevo a la feria.
Aunar ideas, creatividad y valores básicos como la libertad en el amor y la igualdad, además de centrar la mirada en el futuro, es el objetivo de Absolut Manifesto. La más célebre marca sueca de vodka presenta su festival de arte y música electrónica en Madrid sobre la base de creer firmemente en la creatividad como motor de progreso.
El mundo del Arte, que a veces parece tan inaccesible, mueve millones y millones de euros cada año. No es, desde luego, una industria a menospreciar. Para ser un poco más accesible, especialmente para los más pequeños, ha nacido el KSMoCA (King School Museum of Contemporary Art), un Museo de Arte Contemporáneo dirigido por niños.
Si uno piensa en arte contemporáneo, rápido le viene a la mente el MoMA neoyorquino. El gran santuario de arte moderno de Occidente, que alberga algunas de las obras maestras de este campo, y que acoge a aproximadamente 2,5 millones de personas cada año, se queda pequeño. Ya lo hizo en 2004, cuando fue inaugurado el nuevo MoMA, con casi el doble de espacio que el anterior. Ahora, esta gran galería emprende de nuevo una expansión para seguir siendo el gran estandarte de la cultura contemporánea.
En los últimos capítulos de la era Gutenberg, poco influyen los debates sobre la inminente muerte o final supervivencia de la palabra impresa: seguimos amando los libros. Decía Ray Bradbury que «los libros sólo tienen dos olores: el olor a nuevo, que es bueno, y el olor a libro usado, que es todavía mejor», y es porque hemos asociado su perfume a una experiencia placentera que vuelve a activarse con su contacto. Los libros son objetos vivos que se acumulan, se pierden, se regalan, reaparecen, envejecen y al ser leídos, vuelven siempre a renacer sin perder su inconfundible aroma.
Pedro Sandoval y Juan Gerstl quieren sacar el arte a la calle. Están trazando un plan y la entrevista no interrumpe la animada charla entre los artistas venezolanos: “Una gran estructura en el espacio público con la que la gente pueda interactuar”. Su energética bienvenida recuerda que la Historia del Arte está pasando ahora mismo si entre contemporáneos anda el juego. Tratándose de ellos idear significa crear, querer es poder y el trecho de la idea al hecho parece ínfimo.
La feria ARCO, el ineludible “día de la marmota” del arte contemporáneo, vuelve a situar a Madrid como centro de gravedad del contexto artístico español y de paso, de la opinología…
ARCO Madrid, la Feria de Arte Contemporáneo más importante del sur de Europa, que tendrá lugar entre el 22 y el 26 de febrero, aterriza de nuevo en Madrid. Con ella, como cada año, llega el revuelo mediático patrio –es la única vez en el año que los medios españoles centran su atención en el mundo del arte-, llegan los coleccionistas en busca de la nueva joya de su corona, y los contactos entre profesionales, fundamentales para el correcto desarrollo de su labor.
Lo conocen como ‘el hombre invisible’. Utiliza el mismo método de maquillaje que un francotirador para camuflarse en el entorno, pero no utiliza armas.
¿Puede la geometría encapsular paisajes de la memoria?, ¿cómo hacer de un poema una realidad palpable y duradera?, ¿es posible traducir las piezas de una autobiografía a un lenguaje tan estético como universal? Preguntas en la intersección entre el pensamiento y la técnica sobrevuelan la obra de Juan Gerstl (Caracas, 1985), acompañando tanto al visitante como al artista en un itinerario compartido.
Justo después de ser presentado en el Pabellón Español en París, el Guernica inició un peregrinaje que lo llevaría por algunas ciudades del norte de Europa y Estados Unidos como reclamo antifascista recaudatorio para el Comité Nacional de Ayuda a los Refugiados Españoles, hasta que en 1958, la obra maestra y sus dibujos preparatorios fueron depositados en el MoMA, siguiendo la voluntad de Picasso de que permanecieran allí hasta que la democracia volviese a España. Tras su llegada a España, el ‘Guernica’ se instaló en el Casón del Buen Retiro de Madrid, donde permaneció hasta julio de 1992, momento en el que se trasladó al Reina Sofía, de cuya colección permanente forma parte en la actualidad a pesar de los insistentes reclamos por parte del hasta ahora director del Prado, Miguel Zugaza, por su recuperación.
Con la exposición Piedad y terror en Picasso: el camino a Guernica, el Museo Reina Sofía celebrará el citado 80 aniversario, así como también los 25 años de la llegada del simbólico cuadro a la institución. Con cerca de 150 obras del artista, procedentes de los fondos de la colección del museo y de más de 30 instituciones de todo el mundo, entre las que se encuentran el Pompidou de París, la Tate Modern de Londres o el MoMA y el Metropolitan Museum de Nueva York, esta retrospectiva celebrará al autor y la obra que mejor consiguieron transmitir de forma estética, directa y universal, la barbarie de la guerra.
Cuando el arte toma la palabra, el ansia de libertad consigue transformar la censura en denuncia y el cautiverio en activismo. La mentira de “lo que no te mata te hace más fuerte”, puede convertirse en verdad; quien ha sido amordazado gritará luego más fuerte, y quien estuvo encadenado podrá hacer de la expresión artística pura agitación.
«No entiendo que esta cosa sea considerada arte» se escucha en el Pompidou, «no es bonito, no me dice nada ni tienen ningún valor» oímos en la Tate, «eso podría hacerlo yo» dicen, o al menos piensan, los visitantes en ciertas salas del MoMA o el Reina Sofía. El desprecio, la incomprensión y la incredulidad que provoca la sensación de no ser capaz de ver “el traje nuevo del emperador” hacen que frases como estas resuenen cada día en museos, galerías y ferias de arte contemporáneo.
El Premio Turner se otorga desde 1984 cada año a un artista británico menor de 50 años, que haya expuesto o presentado su trabajo en los últimos doce meses. Está dotado con 40.000 libras de las que 25.000 se llevará el ganador, que se conocerá en diciembre, y 5.000 cada uno de los finalistas. Este martes se inaugura en la Tate Britain una exposición conjunta de los cuatro finalistas de esta edición: Michael Dean, Anthea Hamilton, Helen Marten y Josephine Pryde. La favorita este año es la creadora londinense Anthea Hamilton, cuya obra es el sugerente trasero que encabeza estas líneas. La obra de Hamilton está a caballo entre la escultura, la instalación, la performance y el vídeo que «seducen al espectador con combinaciones cósmicas de imágenes, materiales y palabras», según palabras de la Tate. La artista está nominada por su exposición individual Lichen! Libido! Chastity! (¡Liquen! ¡Libido! ¡Castidad!) en el Sculpture Center de Nueva York.
Y es que el estado policial está tan globalizado y extendido, que da pánico ver con qué docilidad y temeridad lo hemos asumido. Es como aceptar el derecho de pernada, aún viviendo en una democracia
Inicia sesión en The Objective
Crea tu cuenta en The Objective
Recupera tu contraseña
Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective