Ébola

Excalibur

Excalibur

Hay que ver cómo somos los españoles. Se ha armado un lío increíble por la muerte del perro mascota del marido de la enfermera internada con ébola. Hemos salido en las televisiones de medio mundo como seres crueles, inhumanos, faltos de sentimientos, dispuestos a sacrificar a un pobre perro.

Emergencia

Emergencia

Voy a esforzarme en escribir con prudencia y sentido común, algo que se presupone al periodista pero no siempre cumplimos. Esto es porque como humanos se nos escapa la imperfección entre tecla y tecla, más si leemos en la fotografía “emergencia”.

El virus del miedo

No se trata, pues, de una histeria sino de una historia estúpida más o menos bien urdida para desgastar al gobierno del PP. En las redes sociales se llega, incluso, a pedir la dimisión de la ministra Ana Mato.

Insignificantes

Insignificantes

Decía Aristóteles que la naturaleza nunca hace nada sin motivo. Y no hay nada más espectacular que apreciar sus procesos, de los que nosotros formamos parte. Una ínfima parte. Jamás superiores a ella, sólo un eslabón de la cadena.

Presunto sentido común

Ni soy médico ni experto en epidemiología, lo cual me sitúa en un plano parecido al de la Ministra de Sanidad. De tal forma que mi acercamiento a lo que sucede con el ébola lo hago desde mi presunto sentido común, si es que lo tengo.

De mal en peor

Ya no puedo más. Estoy empezando a perder la paciencia y la confianza en el ser humano. A veces pienso en emigrar a cualquier pueblo de esos medio abandonados, y pasar de este perro mundo que parece no tener remedio.

Una sonrisa difícil de esbozar

Una sonrisa difícil de esbozar

“Stop ebola” pide un niño con un cartel. Que paren este infierno, quiere gritar esa inocencia diminuta que desde que llegó a la vida solo ha visto muerte. Porque esto no para, y si sigue así (por ahora nada parece apuntar a lo contrario) esta criatura habrá vivido más años en el infierno que en el cielo.

Padre Manuel

Padre Manuel

Es muy fácil escribir sobre el Hermano Manuel, pero muy difícil en un momento como este. No porque Manuel esté enfermo de ébola, porque además se curará, sino porque tenemos la mala costumbre de dramatizar y matar al protagonista antes de tiempo.

La lucha del miedo y la piedad

La lucha del miedo y la piedad

El horror ante la enfermedad despoja de humanidad a los sanos. El miedo mata la piedad. Por esoss on algo más que héroes quienes han acudido en socorro de los abandonados y desahuciados en los países más afectados y desafían allí el contagio y la muerte.

Un texto de bar

Los problemas mundiales se viven siempre, pero no muchos tenemos la ‘suerte’ de sufrir asesinatos terribles y decisiones tremendas: “Obama quiere acabar con el IE: bombas sobre Siria y 475 militares para apoyar a Irak”.

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