Investigación científica

Grifols encuentra una fórmula para ralentizar el progreso del alzhéimer

Grifols encuentra una fórmula para ralentizar el progreso del alzhéimer

El laboratorio farmacéutico español Grifols ha presentado hoy en Barcelona los resultados de su ensayo clínico AMBAR (Alzheimer Management By Albumin Replacement). En la presentación, el Dr. Antonio Páez, Director Médico de Grifols y responsable del Programa Clínico AMBAR, ha destacado que los resultados son positivos y muy relevantes en el caso del grupo de pacientes con alzhéimer en estadio moderado.

Un algoritmo para detectar criminales es criticado por criminólogos

Un algoritmo para detectar criminales es criticado por criminólogos

Sin embargo, la investigación, que no ha sido comprobada por otros investigadores del sector, ha sido criticada por criminólogos, pues creen que la inteligencia artificial puede crear prejuicios en el sistema judicial. “Este artículo no mira el comportamiento de la gente, sino que mira condenas criminales”, ha dicho Susan McVie, profesora de criminología cuantitativa en Edinburgo. Ha añadido que “los jurados probablemente van a condenar más a personas que tienen cierta apariencia o visten de cierta manera. Lo que este estudio podría estar detectando son los estereotipos que llevan a la gente a ser elegida por el sistema judicial en lugar de su parecido con algún condenado”.
Los creadores del estudio dicen que el algoritmo identifica aspectos faciales clave, como la curvatura del labio superior o la distancia entre los ojos, que son comunes entre los condenados. Pero McVie dice que puede que solo haya identificado patrones en el tipo de personas que son condenadas por un jurado humano.

Descubren el primer tejido cerebral fosilizado de un dinosaurio

Descubren el primer tejido cerebral fosilizado de un dinosaurio

El fósil muy probablemente pertenece a la especie del Iguanodon, un dinosaurio herbívoro que presenta varias similitudes cerebrales con los cocodrilos y las aves de hoy día. Se cree que el dinosaurio cayó en un pantano o ciénaga poco profunda durante el Período Cretáceo y quedó enterrado bajo el sedimento. Allí, los minerales del agua estancada -muy ácida y con poco oxígeno- comenzaron a reemplazar el tejido blando del cráneo preservándolo durante millones de años. «Las posibilidades de preservar tejido cerebral son muy bajas, por lo que el hallazgo de este ejemplar es realmente asombroso», indica Alex Liu, uno de los autores de la investigación.

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