Vida, muerte y milagros laicos de UPyD
«Los medios siempre etiquetaron como ‘el partido de Rosa Díez’, sin dejar nunca claro si ese ‘de Rosa’ significaba que ella pertenecía al partido o el partido le pertenecía a ella»

«Los medios siempre etiquetaron como ‘el partido de Rosa Díez’, sin dejar nunca claro si ese ‘de Rosa’ significaba que ella pertenecía al partido o el partido le pertenecía a ella»
«El problema de UPyD es que fue un verdadero partido de izquierdas o centro-izquierda: un partido progresista frente a la izquierda (y la derecha) reaccionaria»
«Se ha cargado a Ciudadanos, antes se cargó a UPyD. Se carga a los mejores»
Si el constitucionalismo nunca se ha unido bajo las mismas siglas es porque eso es cosa de populismos. Los que defienden la democracia liberal saben que hay que debatir entre ideas y programas, en lugar de buscar la adhesión tribal que alienta la existencia de un nosotros y un ellos.
Los bilbaínos que acudieron a una conferencia de título, en principio, poco atractivo (“La pedagogía social como programa político”), pero impartida nada menos que por el filósofo José Ortega y Gasset, tuvieron allá por 1910 el privilegio de escuchar en primicia una frase que se acabaría convirtiendo en todo un lema para nuestro país. Se trata del célebre “España es el problema y Europa la solución”: una idea que al regeneracionismo de inicios de siglo apasionó, la II República ambicionó, los antifranquistas contemplaron con esperanza y nuestra democracia actual ha elevado casi al rango de dogma.
Puesto que es verdad, otros no lo hicieron y nos costó caro, conviene decirlo: fue UPYD quien se querelló contra Bankia por su salida a Bolsa y quien denunció la existencia y el uso de las tarjetas Black… además de presentar otra serie de denuncias por corruptelas, corrupciones, mala gestión o ilegalidades varias cuando concluimos que no quedaba otro remedio que recurrir a la vía legal.
Durante el Consejo de Ministros celebrado el pasado viernes, el Gobierno de España destituyó al delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, y lo sustituyó por Javier de Andrés, parlamentario vasco y portavoz del PP en las Juntas Generales de Álava, quien fue diputado general del territorio entre 2011 y 2015. La decisión es una nueva cesión del Gobierno de España (de éste y de todos los anteriores) al PNV, otro guiño de esos que los supuestamente constitucionalistas llevan años realizando a los partidos nacionalistas y, en concreto, de nuevo al PNV, no vaya a ser que estos se enfaden y con sus 5 diputados en el Congreso rompan la baraja. Días atrás, Carlos Urquijo fue «cazado» comprando un CD en un «top manta», la excusa perfecta para satisfacer la exigencia de los jeltzales.