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Andrés Suárez brilla con luz propia en el Teatro de La Luz de Madrid

A ritmo de sus éxitos de ayer y de hoy, los madrileños han cantado, bailado y vibrado junto a Andrés Suárez en el Teatro de La Luz de Madrid.

Andrés Suárez brilla con luz propia en el Teatro de La Luz de Madrid

A ritmo de sus éxitos de ayer y de hoy, los madrileños han cantado, bailado y vibrado junto a Andrés Suárez en una noche «mágica» en el Teatro de La Luz Philips Gran Vía, lleno hasta la bandera. A las 21.00 en punto salía al escenario el ferrolano para presentar su nuevo álbum, ‘Desde Una Ventana’: «el disco más alegre de toda mi vida», confesaba entre risas el cantautor con el humor gallego que le caracteriza. Porque además de cantar y bailar, los asistentes al concierto rieron, y mucho.

Y sonó ‘Walt Disney’, acompañado sólo y únicamente de una guitarra y con Marino Saiz al violín, el teatro de La Luz Philips enmudecía para escuchar una de las canciones más emocionantes de este nuevo álbum. Después, junto al resto de los miembros del «bándón» –como él llama a los integrantes de su grupo–, Andrés Litwin (batería), Luismi Baladrón (bajista) y Ovidio López (guitarrista), arrancaba un concierto lleno de luz y cuyas primeras canciones se recibieron con reposo, con tranquilidad.

Así, tras minutos de cierta calma y agradeciendo a Madrid, al que siente como su segunda casa desde que cantaba en los vagones del metro de la capital, sonaba ‘Ahí va la Niña’, acompañado de la voz de una inmensa multitud que poco a poco hacía grande –más grande– al ferrolano, que recién acaba de recibir el alta tras una operación de hernia  que casi le obliga a suspender su gira hasta comienzos de 2018. «Vosotros habéis hecho que me recupere tan rápido, por vosotros estoy aquí», agradece visiblemente emocionado y bajo la promesa de no llorar para no hacer así «el vídeo más visto de su carrera musical», dice entre risas.

Y tras varias canciones del ayer y de hoy, como ‘Tal vez te acuerdes de mí’, ‘No saben de Ti’ o ‘Ahora ya Fue’, llegaba uno de los momentos más emocionantes del espectáculo. Dejando a un lado la guitarra, y poniéndose al mando del piano, Andrés, acompañado una vez más del inmenso Marino Saiz, llenaban solos el escenario con ‘Voy a Volver a Quererte’. Uno de los mejores momentos vividos anoche en este teatro por el cual ya sólo mereció la pena asistir al concierto. Entre tanta emoción, subió al escenario la  poetisa, escritora y filóloga Elvira Sastre para interpretar uno de los poemas del primer libro del cantautor, ‘Más allá de mis canciones’. Un trabajo que reúne 18 relatos ilustrados además de varias canciones inéditas y que en algo más de dos semanas en venta ya va por su tercera edición.

Sentido homenaje el que hizo a su tierra, Galicia, tras los devastadores incendios de las últimas semanas que han arrasado miles de hectáreas y han acabado con la vida de cuatro personas. «Han intentado destruirnos por mar –haciendo alusión al desastre del Prestige– y por tierra, pero no lo han conseguido». Comenzaba así, entre vítores y aplausos, ‘Así Fue’, de su álbum más reconocido hasta el momento, ‘Moraima’. Y cuando solo eran guitarra y él, cantó a sus abuelos y a sus amores de verano, y en este momento, sin darse cuenta, más allá del espectáculo y las luces, reivindicó el lugar que la música siempre debería tener. El de la música en directo, sin arreglos: el músico y la voz solos frente a su público.

El tiempo se detuvo cuando tras cantar ‘Así Fue’ y abandonar el escenario, apareció junto al ‘bandón’ con un invitado estrella: Diego Cantero, vocalista del grupo Funambulista, con quien interpretó ‘Ya Verás’, para el de Ferrol «una de las mejores canciones» que ha interpretado. Pero aquí no terminaron las sorpresas. El tiempo se detuvo cuando subió a escena María Rozalén, con quien cantó ‘Desamiga’.  Bella versión, prodigioso momento.

Entre el público, dejando a sus espaldas el escenario y acompañado de su banda pero con la única melodía que la de su guitarra y su voz, Andrés iba concluyendo este espectacular encuentro con su público madrileño brillando a dos metros de distancia. Y para despedir, una atronadora versión de ‘320 Días’, un regalo de canción esta vez entregado a su banda. Un momento cumbre en el que Andrés se mereció ese teatro y diez mil más grandes.

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