Urdangarin, a punto de cumplir condena: así será su vida con Ainhoa y sin rastro de la Infanta
El exduque de Palma fue condenado a prisión en 2011 en el marco del ‘caso Nóos’; el próximo 9 de abril, cumplirá condena
La nueva vida de Urdangarin | Europa Press
Iñaki Urdangarin cumplirá condena el próximo 9 de abril. El exmarido de la infanta Cristina verá la luz al final de ese túnel en el que ha estado durante más de doce años. Fue a finales de 2011 cuando fue imputado, en el marco del caso Nóos, por malversación, fraude, prevaricación, delitos fiscales y tráfico de influencia. Ahora, lejos de todo ese proceso que, en la actualidad, era meramente administrativo, el exdeportista comenzará una nueva vida. Lo hará de la mano de Ainhoa Armentia, una joven vasca con la que comenzó una relación hace tres años y muy lejos de la infanta Cristina, con quien firmó su divorcio hace unos pocos meses.
Fue, también, unas semanas antes de firmar ese ‘adiós’ definitivo cuando Iñaki y Ainhoa se mudaron juntos. Aunque eso sí, no lo harán como un matrimonio totalmente independiente, ya que la mujer tiene que abandonar su vivienda unas semanas al mes, debido a que comparte la custodia de sus hijos con su exmarido. Aún así, la relación entre Urdangarin y Armentia es totalmente sólida, prueba de ello es que, más allá de esas fotos que conocimos paseando juntos por una playa de Francia, ahora han decidido comenzar una vida en común. También, la infanta Cristina ha empezado una nueva etapa en Ginebra, donde vive sola después de la marcha de su hija Irene a Camboya.
La relación de Iñaki y Ainhoa
Con todo, ambos se enfrentan a momentos que cambiarán su vida para siempre. Sobre todo para Urdangarin, quien romperá todos los lazos con la Justicia, aquello que añoraba tanto desde hace mucho tiempo. Fue en marzo de 2022 cuando el que un día fuera jugador de balonmano consiguió la libertad condicional. Tras esto, el juez dictó que tenía que ir a firmar cada quince días. En ese momento, tanto Cristina como Iñaki se mostraron más unidos que nunca, unas instantáneas con las que querían desviar la atención del fin de su matrimonio y, sobre todo, de esa incipiente relación con Armentia. Lo cierto es que su ingreso en prisión fue uno de los momentos más complicados en la vida del exempresario.
Por aquel entonces, tanto Urdangarin como su familia vivían en Ginebra, donde se habían refugiado de la presión pública. Una vida que tanto sus hijos como su mujer siguieron en al ciudad suiza, a pesar de que Urdangarin se trasladó hasta la prisión de Brieva, en Ávila. Allí estuvo durante tres años y, en todo ese tiempo, la infanta Cristina le visitó en varias ocasiones. Una vez que llegó la pandemia, la hija del rey Juan Carlos tuvo que frenar sus incursiones a la prisión porque estas, como todo el resto del mundo, estaba totalmente aisladas. En septiembre de 2019, Urdangarin consiguió un permiso y empezó un voluntariado en una ONG. Un año y medio más tarde llegó su tercer grado. Luego, vino la libertad condicional.
Su nueva vida tras cumplir condena
Una vez adquirida esta, decidió trasladarse a Vitoria. Allí es donde siempre ha residido su madre y donde ha encontrado su refugio. Una decisión que llamó especialmente la atención sobre todo porque era muy lejos de donde la que era su mujer residía. Su propia familia le encontró trabajo en una gestoría, donde conoció a Ainoa. En enero de 2022, la revista Lecturas publicó la primera imagen de la pareja, paseando por un paseo marítimo de la mano. Unas imágenes que dieron la vuelta al mundo y rompieron la estabilidad de la Familia Real. En ese momento, tanto Iñaki como Ainhoa se convirtieron en las dos personas más buscadas. Ninguno de los dos quiso dar declaraciones, intentando mantener esa relación, que estaba en sus comienzos, en un segundo plano.
En ese momento, ya se habló que el matrimonio estaba totalmente roto. Aún así, la Infanta sorprendía portando su anillo de compromiso. Mucho se comentó de que había sido la propia Cristina, debido a sus convicciones, quien decidió llevarlo y, sobre todo, darse un tiempo hasta que tomó la decisión de su divorcio. Probablemente también fue por sus hijos, a quienes les costó aceptar la separación de sus padres. No fue hasta finales de 2023 cuando Iñaki y Cristina acudieron a una notaría de Barcelona donde firmaron el último capítulo de su relación. En el trato hablaron de quién se encargaría de la manutención de sus hijos, que recayó en la Infanta, y, también, del único piso que tenía en común; el de Bidart.
Esta localidad francesa ha sido el refugio del matrimonio durante muchos años. Es allí donde el exdeportista ha disfrutado de sus vacaciones durante muchísimos años. Es más, en la misma urbanización tiene una casa también su hermana. Es por eso que el matrimonio decidió comprarse una casa en esta parte de Francia, muy cerca del País Vasco. Un apartamento que ahora ha sido clave en su divorcio. Tal y como contamos en THE OBJECTIVE, la expareja decidió que fuera la Infanta quien disfrutara de la vivienda, aunque Urdangarin también podrá hacer lo mismo siempre que coincida con sus hijos. Fueron sus cuatro retoños quienes peor lo pasaron durante el divorcio, aunque siempre se han mantenido al lado de su padre.
Ahora, Iñaki se enfrentará a una vida más tranquila. Sobre todo después de que ya no tenga la compañía de sus escoltas. Ahora, su intención es vivir una nueva etapa junto a su pareja, Ainhoa, siendo una persona lo más anónima posible y alejada de todos los escándalos y problemáticas que puedan surgir dentro de la Familia Real y sobre su propia persona.
