Cómo afronta la infanta Cristina el fin de condena de Urdangarin: su renovada actitud
El exduque cumple este 9 de abril sus cinco años y diez de meses de condena más lejos que nunca de su exmujer
Cómo se enfrenta Cristina al fin de condena de Urdangarin
Iñaki Urdangarin termina, este 9 de abril, su contienda con la justicia. El que un día fuera duque de Palma completa su pena de cinco años y diez meses por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias. Fue a principios de 2021, cuando el exjugador de balonmano recibió el tercer grado, por lo que comenzó a hacer una vida más cercana a la realidad. En esta nueva etapa, Urdangarin está más alejado que nunca de la infanta Cristina, con quien firmó los papeles de divorcio hace unos meses y más cerca de su novia, Ainhoa Armentia. A la hija del Rey le costó, en un primer momento, asumir su situación personal pero, ahora, tiene una renovada actitud.
En estos últimos días, la Infanta ha estado presente en varios eventos públicos. El primero de ellos fue la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo el pasado 6 de abril. Al enlace acudieron varios miembros de la Familia Real como el rey Juan Carlos, Sofía, las Infantas y sus hijos. De esta manera, vimos a Cristina llegar junto a su primogénito, Juan Valentín, saludando con una gran sonrisa al nervioso novio que se encontraba a las puertas de la iglesia. Después, este mismo lunes, la que un día fuera duquesa de Palma acudió al funeral de Fernando Gómez-Acebo, su primo, en Madrid, donde coincidió con los reyes Felipe y Letizia, y en el que también estuvieron presentes sus padres.
El fin de condena de Urdangarin
Fue a principios de 2022 cuando la revista Lecturas publicó una portada con unas imágenes que darían la vuelta al mundo. En la misma, los protagonistas eran Iñaki Urdangarin y la que todo apuntaba que era su nueva pareja, Ainhoa Armentia. Mucho se había hablado en esos últimos meses sobre la posibilidad de que el matrimonio había roto su compromiso y que su relación estaba totalmente rota. Una versión que se desvaneció cuando ambos aparecieron juntos, de la mano, con sus hijos, celebrando el tercer grado del exdeportista. Además, otro de los gestos que hacía pensar que en su relación estaba todo como siempre era que la Infanta todavía seguía portando su anillo de compromiso.
Aún así, de puertas para adentro parece ser que las cosas no estaban tan bien como se intentaba mostrar. Aunque ni Iñaki ni Cristina confirmaron que se habían separado, sí que es cierto que Urdangarin comenzó cada vez a hacer más planes con Ainhoa, una mujer que había conocido durante su trabajo en un bufete de abogados en Vitoria. Es más, lo que detonó su separación sentimental y física definitiva fue la firma de los papeles de divorcio. Una decisión que no fue fácil de tomar, sobre todo por parte de la Infanta quien se negaba a asumir esta nueva realidad. Tampoco fue sencillo el reparto de todos aquellos bienes que habían acumulado durante sus años de matrimonio así como la situación personal de sus hijos.
La nueva vida de la infanta Cristina
Aunque sí que es cierto que todos ellos son mayores de edad, sí que siguen dependiendo, económicamente, de sus progenitores, por lo que era de vital importancia esclarecer este extremo. Una vez que todos estos temas bien atados, finalmente, Iñaki y Cristina firmaron la consumación de su matrimonio. Una decisión que permite a ambos pasar página. Probablemente quien más lo necesitaba, sobre todo teniendo en cuenta su situación personal, es Iñaki Urdangarin, quien ya ha consolidado su relación con Ainhoa. Es por eso que este era el último fleco que le faltaba por pulir, contando, también, con su puesta en libertad.
Quien se ha quedado en una situación más complicada es la infanta Cristina. No porque, por lo que sabemos, no haya rehecho su vida sentimental, sino porque sus hijos han abandonado el hogar familiar. Aunque sí que es cierto que tanto Juan como Pablo lo hicieron ya hace algún tiempo, debido a sus compromisos profesionales y a sus estudios, la Infanta se tendrá que acostumbrar a su vida en Ginebra sola. Sí que es cierto que Miguel acudió hace unas semanas hasta el país para examinarse para ser profesor de esquí. En una de estas pruebas sufrió una caída que hizo que tuviera una lesión en la rodilla. Es por eso que, previsiblemente, se quede en Ginebra, acompañando a su madre y recuperándose.
La última que ha volado del nido ha sido Irene. La joven, a principios de este mismo año, tomó la decisión de marcharse de voluntariado a Camboya. Será en el país asiático donde se mantenga en los próximos meses, ayudando a muchas personas. Lo hace después de haber acabado su etapa formativo en Ginebra y siguiendo la estela de su hermano Juan, quien también disfrutó de un año sabático. Sí que es cierto que parece ser que la Infanta se enfrenta a esta nueva etapa en solitario de forma optimista, deshaciéndose de sus anillos de compromiso y, además, con la presencia de su padre, quien está dispuesto a viajar a Suiza más que nunca. Esto se debe a varias razones; acompañar a su hija, las amistades que tiene en el país y las reformas que están haciendo en su casa de Abu Dabi.
Además, como ha hecho siempre, la Infanta se mantendrá siempre al lado de su progenitor y de su hermana, a quien está muy unida. También, suele hacer planes con Alexia de Grecia, su prima, que vive en Canarias. Eso sí, será Urdangarin quien note más cambios en su vida. Esto se debe a que, hace unas semanas, se quedó sin escolta y tampoco tendrá que rendir cuentas a la justicia. De esta manera, podrá vivir en plenitud su relación con Ainhoa Armentia, en la casa a la que se han mudado y con quien pretende comenzar una nueva etapa alejada de la Casa Real, los medios de comunicación y la presión mediática.
