Este es el tradicional aperitivo extremeño que tomaban los campesinos
El consumo de esta receta contundente de origen humilde se ha extendido en los últimos años
En la rica gastronomía española, hay platos que trascienden el tiempo, arraigados en la tradición y el corazón de sus regiones. Uno de estos tesoros culinarios es la cachuela extremeña, un plato emblemático que ha perdurado a lo largo de los siglos, si bien es cierto que hace años era un alimento considerado de clases más humildes, hoy su consumo se ha extendido por toda Extremadura.
¿Cuál es su origen?
La cachuela, también conocida como cachuelo, es una receta que se remonta a tiempos ancestrales en la región de Extremadura, situada en el suroeste de España. Su historia se entrelaza con la vida cotidiana de los habitantes de esta tierra, puesto que se trata de un plato muy calórico, ya que la costumbre era que lo tomaran a la hora del aperitivo los campesinos para reponer fuerzas.
Se cree que la cachuela nació como una forma de aprovechar al máximo los recursos disponibles en los hogares extremeños. Con ingredientes sencillos y económicos, los campesinos y habitantes de la región elaboraban este plato tan contundente que calentaba los fríos días de invierno y llenaba los estómagos de quienes trabajaban arduamente en el campo.
Ingredientes
La cachuela extremeña se caracteriza por su simplicidad y su delicioso sabor. Los ingredientes básicos de este plato son fácilmente accesibles y reflejan la cocina campesina de la región. Entre los componentes esenciales se encuentran: las mollejas de cordero o cerdo, que aportan una textura suave y un sabor característico que define el perfil gustativo de la cachuela. Es recomendable cortarlas en trozos pequeños y cocinarlas lentamente hasta que estén tiernas y jugosas. El pimiento rojo y verde para añadir color y frescura al plato. Los pimientos hay que cortarlos en tiras finas y saltearlos junto con las mollejas para aportar un toque de dulzura y un contraste de sabores. La cebolla y ajo, que son la base aromática de la cachuela. Se deben de dorar lentamente en aceite de oliva hasta que estén caramelizados, aportando profundidad y complejidad al guiso.
Otro ingrediente fundamental de la cachuela extremeña es el pimentón de la Vera. El pimentón es la base de la cocina extremeña y le confiere a la cachuela su característico color rojizo y su sabor ahumado inconfundible. Se añade al guiso junto con las verduras para potenciar su aroma y sabor. También es indispensable añadir pan duro para espesar la salsa de la cachuela y darle una textura más consistente. Se remoja en agua y se añade al guiso, absorbiendo los sabores y aportando una suavidad única. Además, si en vez de agua utilizamos caldo de carne para cocinar los ingredientes y crear una base sabrosa el plato tendrá mayor sustancia. Puede ser casero o comprado, pero siempre se busca que sea de buena calidad para realzar el sabor de la cachuela.
Receta de la cachuela
La preparación de la cachuela extremeña sigue un proceso meticuloso que requiere paciencia y atención a los detalles. Aunque existen variaciones regionales y familiares, la receta tradicional se mantiene fiel a sus raíces. En primer lugar se cortan las mollejas en trozos pequeños y se salpimientan al gusto. Después se pican las verduras en juliana y se parte finamente la cebolla y el ajo.
A continuación, empezamos con la elaboración del sofrito. Para ello, en una sartén grande o una cazuela de barro, se calienta aceite de oliva y se añade la cebolla y el ajo picados. Se doran lentamente hasta que estén caramelizados y se ponen los pimientos cortados. Y se cocinan hasta que estén tiernos. Una vez que las verduras estén listas, se añaden las mollejas sazonadas a la sartén y se doran ligeramente. Y se espolvorea el pimentón de la Vera sobre los ingredientes y se remueve bien para que se mezclen los sabores.
Más tarde se añade el pan duro remojado en agua y se vierte el caldo de carne sobre los ingredientes. Se deja cocinar a fuego lento durante aproximadamente una hora, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo de la cazuela. Es muy importante probar el guiso para rectificar el sabor y el punto del sazonado agregando más sal, pimienta o pimentón según el gusto personal.
La cachuela extremeña se sirve caliente, acompañada de un buen trozo de pan crujiente para mojar en la sabrosa salsa. Es un plato contundente que se disfruta mejor en buena compañía y con una copa de vino tinto de la región.