Ni perder peso ni perder grasa: los otros beneficios de hacer entrenamiento de fuerza
Más allá de la importancia en reducir tallas: los beneficios adicionales del levantamiento de pesas en tu rutina

Entrenamiento de fuerza | Canva
Cuando hablamos de perder peso, muchos se enfocan únicamente en las calorías quemadas durante el ejercicio y su relación con la dieta. Aunque la pérdida de peso está en la mente de muchos, lo cierto es que el entrenamiento de fuerza, a pesar de no ser la modalidad que más calorías consume durante o después del ejercicio, tiene un impacto mucho más profundo en nuestra salud y bienestar de lo que parece. Y no solo es importante para perder peso, sino para muchos otros beneficios que muchas veces se pasan por alto.
Por qué perdemos grasa con estos entrenamientos
Es común que se asocie el entrenamiento de fuerza con la pérdida de grasa debido a lo que se conoce como efecto postcombustión o EPOC (Excess Post-Exercise Oxygen Consumption). Este efecto se refiere al gasto calórico adicional que se produce después de hacer ejercicio debido a la necesidad de recuperación de los músculos, que sigue trabajando durante un tiempo tras haber finalizado la actividad. Aunque el entrenamiento de fuerza no quema tantas calorías como actividades aeróbicas como correr, estudios publicados en Obesity Reviews y Journal of Sports Science explican que, aunque el EPOC tiene cierto impacto, no se relaciona directamente con la cantidad de calorías quemadas durante el ejercicio, sino con la intensidad y el tipo de entrenamiento.
De acuerdo con Aitor Zabaleta-Korta, doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, el entrenamiento con pesas puede ayudar a gastar entre 150 y 300 calorías por sesión, mientras que actividades como el CrossFit o el correr pueden llegar a consumir entre 500 y 1.000 calorías, dependiendo de la intensidad del ejercicio. A pesar de esto, las pesas no son la opción más efectiva para la pérdida de grasa inmediata.
Quemamos más calorías en reposo
Aunque el gasto calórico directo no sea tan elevado, el entrenamiento de fuerza tiene un impacto significativo en el cuerpo a largo plazo. Fomentar el desarrollo de la masa muscular es clave para mejorar la salud física y metabólica, con efectos que van más allá de lo estético. Tener más músculo incrementa el metabolismo basal, lo que significa que quemamos más calorías en reposo. El músculo, en definitiva, es sinónimo de salud. Además, la masa muscular es fundamental para el bienestar funcional. El fortalecimiento muscular mejora la postura, la movilidad, la resistencia y la prevención de lesiones, lo cual, a su vez, mejora la calidad de vida en general. También contribuye a la salud ósea, al disminuir el riesgo de osteoporosis, y tiene un impacto positivo sobre la salud cardiovascular.

Beneficios adicionales del entrenamiento de fuerza
El entrenamiento de fuerza es ampliamente reconocido por sus efectos sobre la musculatura y el rendimiento físico. Sin embargo, más allá de su impacto en la fuerza muscular y la apariencia física, este tipo de ejercicio ofrece una serie de beneficios que van mucho más allá de lo evidente. Si bien mejorar la forma física y aumentar la masa muscular son objetivos comunes, los efectos positivos de este entrenamiento pueden influir profundamente en aspectos clave de nuestra salud, bienestar y calidad de vida.
- Mejora del sueño: un entrenamiento adecuado y constante de fuerza puede contribuir a una mejor calidad de sueño. Al aumentar la fatiga física de manera saludable, el cuerpo se prepara mejor para descansar durante la noche.
- Prevención de enfermedades crónicas: fortalecer los músculos y los huesos puede prevenir enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión y la obesidad. Además, ayuda a reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares y mejora el perfil lipídico.
- Mejora de la salud mental: el entrenamiento de fuerza está asociado con una mejora en el bienestar psicológico, la reducción del estrés, la ansiedad y la depresión. Al igual que otros tipos de ejercicio, la liberación de endorfinas durante el entrenamiento genera sensaciones de bienestar.
- Aumento de la calidad de vida: tener más fuerza física mejora la capacidad para realizar actividades diarias con mayor facilidad, desde cargar compras hasta subir escaleras, lo que impacta directamente en la calidad de vida.