Esto es lo que deben hacer las mujeres maduras que dejan de disfrutar con el sexo
Al cruzar la barrera de los 40 años, muchas mujeres dejan de experimentar tanto placer sexual, pero hay remedio
Las mujeres de más de 40 años suelen dejar de sentir interés y de disfrutar tanto con el sexo. Esta situación podría estar relacionada con la aparición del síndrome genitourinario de la menopausia (SGM), que es «un conjunto de signos y síntomas asociados a la disminución de estrógenos y otras hormonas sexuales e incluye cambios tanto en la vagina y los genitales externos como en la uretra y la vejiga urinaria», detallan desde la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Lamentablemente, como el SGM está socialmente normalizado, muchas mujeres no buscan o no reciben el asesoramiento adecuado para abordar una situación que afecta su calidad de vida.
Problemas para disfrutar del sexo a partir de los 40 años
El síndrome genitourinario es una condición común, a menudo subestimada, que afecta la salud, la calidad de vida y la sexualidad de muchas mujeres a partir de la perimenopausia y durante todo el climaterio, lo que puede significar un tercio de la vida de la mujer.
Una vez establecida la menopausia, a partir de los primeros años, y de forma creciente, hasta cerca del 45% de las mujeres va a experimentar sequedad genital, escozor, picor y dolor en las relaciones sexuales. Una vez transcurridos los primeros 5 años, ese porcentaje será mucho mayor, alrededor el 80%.
«No es que las mujeres tengan menos deseo sexual a partir de los 40 años, todo lo contrario, pero sufren problemas para disfrutar del sexo. El síndrome genitourinario tiene un impacto muy significativo en la sexualidad y en la calidad de vida de las mujeres, pero a pesar de su prevalencia sigue rodeado de tabués y desinformación», explica la Dra. Raquel Campos, reputada ginecóloga directora de la Unidad de la Mujer Proaging de IM CLINIC, así como presidenta de la Sociedad Española de Ginecología Estética Regenerativa Funcional (SEGERF).
Así, el SGM tiene un impacto significativo en la sexualidad de la mujer. La sequedad vaginal y el dolor durante las relaciones sexuales pueden reducir el deseo sexual y causar angustia emocional. Además, los problemas urinarios pueden generar incomodidad y vergüenza, afectando la calidad de vida y las actividades cotidianas. Muchas mujeres asumen que son problemas ‘normales’ con los que lidiar y no suelen acudir a un especialista por creer que son un efecto inevitable del envejecimiento.
Tratamientos disponibles
A través de la educación y el acceso a tratamientos efectivos, se puede mejorar notablemente la salud y el bienestar de las mujeres durante esta etapa de la vida. Entre los tratamientos más efectivos para el SGM, destacan, según la Dra. Campos:
- Terapia de estrógenos vaginales: aplicación local de estrógenos en forma de cremas, anillos o tabletas que ayuda a restaurar la salud del tejido vaginal.
- Terapias hormonal con hormonas bioidéntica: en determinadas pacientes, el uso de tratamiento con hormonas bioidénticas mejora, entre otros síntomas, los derivados del síndrome genitourinario de la menopausia.
- Medicamentos no hormonales: fármacos que alivian los síntomas sin utilizar hormonas, como por ejemplo, lubricantes y humectantes vaginales (hidratantes), productos que alivian la sequedad vaginal y mejoran la comodidad durante las relaciones sexuales.
- Terapia regenerativa: tratamientos que estimulan la reparación y regeneración de tejidos dañados mediante tejidos de la propia paciente. Como serían:
- Láser vaginal de CO2: uso del láser de CO2 para para promover la regeneración del tejido vaginal, en colágeno e hidratación, y mejorar su elasticidad.
- Radiofrecuencia vaginal: uso de energía de radiofrecuencia para estimular la producción de colágeno en el tejido vaginal.
A pesar de que la menopausia es una etapa en la que la mujer va a vivir más de un tercio de su vida, siempre ha sido un tema tabú. En muchas culturas, su llegada de la menopausia era vista como el final de la feminidad y la vitalidad, lo que estigmatizaba a las mujeres y las obligaba a sufrir esta etapa en silencio. Ahora, sin embargo, existe un movimiento creciente para normalizar la conversación al respecto y educar a las mujeres sobre los síntomas y tratamientos disponibles.