Núria Marín se confiesa: «El final de 'Sálvame' lo viví entre la estupefacción y la aceptación»

Núria Marín es divertida, se ríe y siempre intenta afrontar sus inconvenientes -sobre todo los profesionales- con una actitud envidiable. Nos espera en el centro de Madrid, en la casi colapsada Gran Vía por el tránsito de los tractores, en plena promoción de su libro, Soy Afrodita. Una novela, que tal y como nos aseguran desde la editorial, es una «comedia mitológica contemporánea con grandes dosis de humor, amor y salseos». Sobre esto último, Núria es toda una experta y le avalan sus años de experiencia entre Cazamariposas, Sálvame y Socialité, los programas que marcaron su vida televisiva.

Ahora, la presentadora, quien también se despidió del programa de Jorge Javier Vázquez en junio y que fue relevada de sus funciones en Socialité hace dos meses, ha encontrado un nuevo camino. Y ha sabido diversificar el trabajo, renovarse, encontrar nuevas formas de seguir haciendo periodismo. Algo que nos asegura que siempre ha sido «vocacional». La catalana comenzará a presentar un nuevo programa en TV3 en unos días, ha escrito un libro -lo que nos ocupa- y, además, triunfa en TikTok, la red social de moda, donde tiene casi dos millones de seguidores.

La presentadora Núria Marín presenta su primer libro, ‘Soy Afrodita’

Núria nos espera en el lugar en el que nos hemos citado con ella, un hotel en el corazón de Madrid, donde la periodista está atendiendo una de las muchas entrevistas telefónicas que tiene para ese día. «Está cansada», nos cuentan. «Está teniendo un gran despliegue en su promoción», nos aseguran. Y es que quién iba a decir que una de las presentadoras más divertidas de Telecinco, esa que se erigió como la sustituta perfecta, se interesara por escribir sobre mitología. «Fue en un viaje a las islas griegas», confiesa. «Me vino la idea hace muchos años y empecé a escribirlo. En ese momento, ya le puse el título de Soy Afrodita, pero todo quedó ahí», explica Núria sobre el comienzo del proceso para crear su propia novela.

«Sabía muy bien que quería que hubiese dioses encarnados […] Luego, también me vino la idea del mundo de los influencers y todo eso creó una Afrodita moderna, pero reivindicando la mitología», explica la periodista. Porque en su libro, aunque en un primer momento se pueda pensar que se ciñe a lo histórico, también hay muchos tintes de actualidad. De esa actualidad que, a lo mejor, solo viven los más jóvenes, que está formada por influencers, comparaciones, «la falta de autoestima», la soledad y «las relaciones tóxicas».

Porque, actualmente, muchas jóvenes quieren ser María Pombo, ¿no?

«Yo creo que esas comparaciones se crean porque muchas veces siempre se hace lo mismo», responde Núria. «Yo lo que pido a la gente, que se dedica a las redes sociales, es que intente ser lo más genuina y original posible porque lo contrario alimenta las comparaciones», explica. «Ellas también lo dicen muchas veces, que no muestran su parte bonita […] Te dicen ‘no te compares conmigo porque mi vida tiene otras cosas que no te estoy enseñando‘ y eso te va a llevar a que tú te acabes frustrando porque nunca vas a tener una vida perfecta», aclara.

No hay que compararse en las redes sociales, hay que inspirarse

Como ella misma indica, compararte con alguien siempre es algo «natural». El problema es hacerlo con las personas que se muestran en redes sociales siempre perfectas, aquellas que no te van a contar el momento más complicado que han tenido en su día, las discusiones con su pareja y nunca van a compartir una imagen en la que salgan con mala cara. «En la vida y en las redes sociales hay muchas cosas que no son reales o son inalcanzables», apunta Núria. «Hay que inspirarse en el mundo de las redes, pero no compararse, porque si no, vas a salir perdiendo», apostilla. Unas redes sociales de las que la presentadora forma más parte que nunca, sobre todo desde que ha encontrado en TikTok un nicho que explorar y explotar.

En su perfil de TikTok, la presentadora acumula 1,9 millones de seguidores. En sus vídeos, Núria habla de todo un poco. Lo hace de su vida profesional, pero sin entrar en aspectos personales, pero, sobre todo, se graba contando las últimas novedades de los famosos. Poniendo un especial foco a las casas reales, sus favoritas.

¿Tu crees que en TikTok hay edadismo, ese tan comentado últimamente? Todos los referentes, Lola Lolita, la Rivers… tienen una edad determinada.

«Yo creo que la gente de mi edad piensa que esa red no es para ellos. Están equivocados. Yo les invito a todos a que se hagan la cuenta, a que prueben. Y si no funciona, siempre pueden dejarlo o probar otra fórmula. Yo creo que TikTok no tiene edad, nunca me he planteado que eso fuera un problema», cuenta, contundente, la presentadora. Lo que sí ha vivido Núria, sobre todo durante sus primeros años en televisión, ha sido el síndrome de la impostora. Un problema relacionado con la falta de autoestima que «lleva a dudar de tu trabajo» que también lo sufre la protagonista de su libro, Paula.

@nuriasecret #greenscreen Y es que formar parte de la familia real no siempre tiene ventajas… #RoyalSalseo ♬ Get You The Moon – Kina

«En la industria del entretenimiento parece que el éxito tiene que llegar muy joven, ¿no?», se pregunta Núria. «Yo en mi caso empecé en Cazamariposas cuando tenía 31 años y, ahora, pienso que era muy joven. En ese momento, yo ya pensaba que era mi último tren», nos cuenta Núria. «Yo sí que siento que he ido despacio, pero estoy muy contenta de haberlo hecho así porque he llegado a una cierta posición, a una madurez y una preparación que me enorgullece», se explica sobre el éxito, la edad y las suposiciones. Porque aunque se estrenó «tarde», Núria siempre tuvo claro que quería dedicarse a los medios de comunicación y, sobre todo, al papel couché.

Siempre quise escribir en ¡Hola! y tomarme un té con Isabel Preysler

¿Qué fue lo que marcó un antes y un después en tu vida? Aquello que leíste y pensaste ¡Me quiero dedicar al corazón!

«Fue con la portada de la revista ¡Hola!, en la que salía la casa que se acababan de comprar Isabel Preysler y Miguel Boyer», rememora la catalana. «Posaban los dos sentados… Esa fue la portada que yo dije ¡quiero trabajar aquí! Y, también, tomar el té en casa de Isabel», ríe Núria. «Sí, desde luego, eso también lo querría yo», respondo. A pesar de que, en estos años, no ha conseguido trabajar en la revista ¡Hola!, sí que lo hizo en una de esas publicaciones que marcó a toda una generación, la Super Pop. Porque, ¿quién puede olvidar los rumores de relación entre los protagonistas de Física o Química? ¿los test de compatibilidad imposibles con tu crush? o ¿esos montajes tan disparatados? Pues Núria estaba detrás de casi todos ellos.

Con el desarrollo tecnológico, la Superpop acabó desapareciendo. Luego, Núria encontró su lugar en Cazamariposas, un programa fresco, centrado en noticias del corazón, un formato rápido y que puso el foco de la importancia en sus reporteros y colaboradores. De allí también salieron muchos de los protagonistas de Telecinco que lo fueron durante años. Tras la cancelación de Cazamariposas, Núria comenzó una etapa en Mediaset, siendo presentadora en Sálvame y Socialité. Unos sueños que se vieron truncados con la ruptura de La fábrica de la tele con Telecinco justo después de que el programa de Jorge Javier Vázquez desapareciera de la parrilla. Luego, le llegó el turno a Socialité que cambió de productora. Y de presentadoras.

He superado ya la cancelación de ‘Sálvame’, siempre sigo adelante

¿Crees que has superado ya la cancelación de Sálvame y el relevo en Socialité?

«Claro, yo siempre sigo adelante. Siempre voy a tener mucho cariño a esa etapa y siempre me va a dar pena lo que ha pasado», cuenta sobre su etapa en Telecinco. «Ahora estoy bien anímicamente y emocionalmente y pienso ‘esto ya ha pasado, ya no va a servir de nada pensar en el pasado’. Sigo con mis cosas. Lo acepto», cuenta Núria. Lo cierto es que la ruptura entre Mediaset y La fábrica fue especialmente traumática para sus colaboradores, presentadores y, en general, para toda la plantilla. De la cancelación de Sálvame se enteró su directiva en pleno directo gracias a un artículo de un medio de comunicación que confirmaba la noticia. Este fue el principio del cambio de rumbo en la cadena que se consolidó con la desaparición de todos los rostros de referencia como el de Belén Esteban o Kiko Matamoros.

Ahora, con todo lo que estamos viviendo de Antonio Tejado, sería fundamental tener Sálvame en nuestras pantallas, ¿no crees? ¿Piensas que en Telecinco fueron muy injustos con el formato?

«A mí me gustaría que eso lo dijeran ellos porque son quienes lo decidieron hacer así. Sus razones tendrán. Y ya está», explica, escueta. «Yo no voy a entrar a valorar en si se equivocaron o no, si lo hicieron bien o si lo hicieron mal. Yo solo puedo hablar de cómo lo viví».

No entendía nada, simplemente lo viví desde la estupefacción

¿Y cómo lo viviste?

«Yo no lo entendía, no comprendía qué estaba pasando. No sabía por qué, de repente, se quería ir hacia otra línea», cuenta Núria. «No entendía nada, no entendía nada», insiste. «Yo estaba en Barcelona y tampoco quería preguntar, no quería contaminarme porque no quería pasarlo peor», apunta. «Simplemente lo viví desde la estupefacción y, luego, desde la aceptación. ¡A otra cosa mariposa! Ese es mi lema», se confiesa. Quienes también se quedaron estupefactos fueron sus compañeros de programa quienes, desde entonces, han tenido que buscarse la vida para sacarse las castañas del fuego. Unos se fueron a Netflix, mientras que otros apostaron por TVE y, también, por la mayor competencia, Antena 3.

He visto que en tu novela hablas del valor de la amistad. ¿Crees que en la televisión se pueden hacer amigos de verdad?

«Sí, tengo muchos amigos en televisión. Es que, además, es algo necesario porque hay cosas que pasan que solamente entienden las personas que trabajan en televisión», puntualiza. «Yo tengo muchos amigos que no son de televisión y hay veces que es complicado ponerles en contexto. También, no sé si sabrán comprender algunas otras cosas que son emocionales, que solamente lo entiendes si has vivido esa presión, tensión, inseguridades…», cuenta Núria sobre la amistad y la pequeña pantalla. «Yo guardo muy buena relación con Germán -González-, Nando, Javi de Hoyos o Laura -Roigé-».

Me iría a tomar un café con todos mis compañeros de ‘Sálvame’

Y, ¿de Sálvame? ¿con quién te irías a tomar un café?

«Con todos, claro, con todos. Les quiero muchísimo»

Y, ¿con María Patiño?

«Absolutamente sí, sí. Con María tengo muy buena relación como siempre, la verdad. Sí, genial», cuenta.

Yo separo mi vida profesional de la personal; no enseño a mi novio en redes

Otro de los pilares fundamentales del libro de Núria es el amor, sobre todo lo que se sufre en su «búsqueda» o de esa idea preconcebida de encontrar, a la desesperada, a tu media naranja o ser desafortunada. Algo por lo que, aparentemente, no ha pasado ella. Sobre todo porque mantiene una estable relación desde hace más de veinte años con su pareja que es totalmente anónima. Porque así lo ha querido ella, que ha sabido separar su vida laboral de la personal, y, sobre todo, no publicar información que pudiera comprometer tanto a ella como a su pareja.

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Afrodita es la diosa del amor, de la sexualidad… ¿Te consideras una persona afortunada en el amor?

«Absolutamente sí. Yo tengo un novio desde hace 22 años. Me siento muy afortunada en ese sentido porque con mi chico llevo mogollón de tiempo, nos llevamos fenomenal, estamos súper bien», cuenta. «Podemos estar un fin de semana en casa sin salir, que no necesitamos nada, ni nada ni a nadie», explica.

¿Crees que nos han venido el amor con mucho marketing?

«Sí, el amor y el sexo siempre se ha mitificado. Es que parece un bien de consumo más que una emoción», opina Núria. Porque en su novela también habla del amor y de las redes sociales. «Las relaciones no pueden ser un contenido en sí […] Por eso, muchas veces, hay parejas de famosos que les cuesta mantener sus relaciones porque, al final, te lo están contando como si fuese una novela y no una realidad», se explica la presentadora.

El otro día veía que Violeta compartía que a su hija le habían detectado un quiste… Y pensé ¡ostras! Esto va a llevar a que la gente le diga cosas

Y tú, en redes, ¿cómo has sabido separar?

«Mi novio no sale nada. Es algo privado. Si lo hago, la gente va a tener derecho a juzgar y, entonces, no quiero. Hay cosas que luego me pueden doler, ¿no?», pregunta. «El otro día veía que Violeta compartía, cuando estaba embarazada, que a su hija le habían detectado un quiste en un ovario… Y pensé ¡ostras! Eso te va a llevar a que venga gente y te diga cosas que, a lo mejor, te pueden rallar», apostilla. «Y eres tú quien ha dado esa materia prima para que eso pase», añade. Un mundo de privacidad, relaciones personales y comparaciones a las que, también, se tiene que enfrentar Paula, la protagonista de Soy Afrodita. Un mundo movido por aquellas noticias que no difiere entre lo que interesa y lo que es interesante. Un mundo por el que se ha movido, también, Núria Marín.

¿Crees que el salseo es muy importante en nuestras vidas?

«Es importante desde la prehistoria, yo creo que lo mueve absolutamente todo. […] Siempre estamos pendientes de lo que hacen los demás y eso también tenía que estar en este libro», cuenta. Porque en su novela hace referencia a influencers, que son quienes sostienen los hilos del panorama actual entre lo más jóvenes, sobre todo en lo que tiene que ver con rupturas, crisis sentimentales y nuevas relaciones, unos rumores que han llegado a afectar hasta a la propia Casa Real y, más concretamente, a la princesa Leonor, de quien Núria se ha confesado muy fan. O incluso se ha llegado a frivolizar con la operación de Kate Middleton o las apariciones públicas de la reina Letizia. Todo se reduce a lo mismo.

Ahora que están tan de moda, ¿cómo definirías a Letizia, Leonor y Kate Middleton con una palabra?

«Para mí Leonor es la responsabilidad en persona; Letizia, la fortaleza y Kate Middleton, la incoherencia», apostilla. Tres adjetivos que también podrían definir la vida de Paula, la columna vertebral de su novela, la de Núria y la de cualquiera de nosotros. Porque, ¿quién no ha sentido que, en momentos, es fuerte, otros actúa con menos coherencia y, en otros, intenta tomar las riendas de su vida?