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Viento nuevo

Hola, mascarilla

«La principal arma contra los bichos respiratorios es la vigilancia. No cuesta nada un trocito de tela en el bolsillo»

Hola, mascarilla

Mascarillas. | Maskmedicare Shop (Unsplash)

La echábamos de menos. Ya está aquí. Adiós, covid. Hola, mascarilla. Progresivamente empieza a ponerse de moda. Mil casos por cada cien mil habitantes, buen promedio. Las comunidades autónomas van por delante del Ministerio de Sanidad. Todas hablan de la obligatoriedad de la mascarilla en centros sanitarios y sociosanitarios. Valencia la exige hasta para ir al baño. Valencia está en mil quinientos casos por cada cien mil habitantes, la segunda más alta de España, solo por detrás de Castilla La Mancha. En Cataluña, sí, Manuel Balcells tampoco quiere bromas. Y allí Carmen Cabezas, secretaria de Salud Pública de la Generalitat, dijo que para todo a partir del lunes en hospitales. Murcia también pide mascarilla fija en centros sanitarios. Aragón un híbrido, sí y no.

Madrid y Baleares descartan volver a exigirla, Galicia la recomienda. Todas las comunidades, de una forma u otra, a personas mayores, inmunodeprimidas y niños con síntomas, quieren ponérsela. La ministra dice que sólo donde haya aglomeraciones. Realmente, lo que nadie cuenta, es que los virus respiratorios son muy difíciles de definir y a veces el covid cursa como Gripe A y viceversa. La Atención Primaria está un poco más baja, cuatrocientos casos por cada cien mil habitantes, lo que tampoco es una broma. Los niveles no asustan pero hay un pánico heredado, porque sabemos bien cómo empezó la pandemia. Los hospitales españoles –esa es la realidad- van lentamente saturándose. Con la vuelta al cole irá a más en todo el territorio nacional. Los niños son bombas víricas y siguen teniendo el poder en sus manos de matar a sus abuelitos. Solo la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) dice muy clarito y a las bravas que esto no es una broma. El sindicato quiere medidas ya. El sindicato dice que el ministerio está durmiendo la mona. El sindicato quiere protocolos y prevención. Otro organismo, Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc) dice que esto no es una broma: la mascarilla debe estar en todos los hospitales y centros sanitarios. La Organización Médica Colegial premia a quienes así lo hacen. 

Los técnicos no quieren oír hablar de mascarillas y explican cómo el «cubrebocas» es indispensable allí donde hay aglomeración. Todos están muy preocupados por la Gripe A, con sus autopistas hacia la temida covid, pero de lo que nadie habla es de Mycoplasma. La OMS dijo muy bajito, apenas un susurro, que la próxima pandemia está ahí. En principio, sí, es un virus gordo que lleva a la neumonía, pero China y seis países del continente ven ya otra pandemia. Los niños a partir de cuatro años vuelven a ser las bombas que la contagian por doquier. Con mascarilla no hay pandemia, la ecuación es simple. Las restricciones suponen un avance de la enfermedad. Europa quedó colapsada el invierno pasado por el virus sincitial, pero ahora está muy acojonada con el llamado mycoplasma pneumoniae: bacteria que es aislada en la universidad de Eaton por primera vez en 1944. No solo China, sino el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC) es el que cuenta y monitoriza los avances de esta lepra. Seis países notifican su aumento: Francia, Países Bajos, Irlanda, Dinamarca, Suecia y Noruega. 

Al parecer la Gripe A es una broma al lado del Mycoplasma. El bicho, según expertos, no tiene pared celular, lo que le permite deformarse e infiltrarse por las barreras de las defensas naturales del organismo con asombrosa facilidad. Esta peculiaridad la hace inmune a muchos antibióticos, caso de la penicilina, por poner el ejemplo más fácil. Los médicos de Microbiología en el Hospital Germans Trias de Badalona ven al bicho de cerca y siguen sus pistas. Se comporta a medio camino entre virus y bacteria. Parece un virus, sí, pero coloniza como las bacterias las vías respiratorias bajas y el terreno a donde nos lleva es la neumonía plena, que sigue siendo letal en muchos casos. Solo los antibióticos llamados «macrólidos» le hacen daño al enemigo: azitromicina, eritromicina. Entre medias, el neumococo sigue ahí, entre el covid, la Gripe A y el Mycoplasma. El Myco, cuentan por lo menudo, coloniza la faringe de forma asintomática, por ahí desciende hacia los pulmones de manera cautelosa, tiene sus ciclos y el pico sucede cada dos o tres años, no hay inmunidad para ella y cualquier paciente puede volver a contagiarse una, dos y tres veces de la misma. El Myco, sí, no es grave en sí misma pero lleva a cuadros severos. Realmente, es un patógeno todavía desconocido.

La mascarilla nos libra de todos los anteriores y, al menos dentro del mogollón, nos permite salud y libertad. Cada vez más gente joven la lleva en el bolso como una bala. Se la pone solo en casos de mucha gente alrededor. ¿Qué nos cuesta? Nada. El problema vuelve a ser moral: pensar en los demás. Los demás son tus padres, tus abuelos, tus seres queridos mayores, llevar la muerte a domicilio de modo gratuito e inesperado. ¿Qué nos cuesta? Llevas la mascarilla en el bolso y te la pones y quitas según cautelas varias. La principal arma contra los bichos respiratorios es la vigilancia. No cuesta nada un trocito de tela en el bolsillo. Prevenir es curar. La aglomeración es la gran bomba vírica unida a los niños pequeños. En una aglomeración puntual, el personal inteligente se pone la mascarilla y no pasa nada. Los virus respiratorios son una gran mafia. Hola, mascarilla.

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