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El ictus, primera causa de muerte en mujeres españolas, es prevenible en el 90% de los casos

La educación y la concienciación para saber cómo actuar frente a un ictus son clave para afrontar esta enfermedad en la que cada segundo cuenta

El ictus, primera causa de muerte en mujeres españolas, es prevenible en el 90% de los casos

El ictus es la primera causa de muerte en las mujeres españolas, según ha revelado una encuesta a 400 pacientes y cuidadores de 30 hospitales españoles impulsada por Freno al Ictus, dentro del proyecto Ictus y Mujer. 

El resultado ha dejado en evidencia que no hay un conocimiento adecuado sobre esta enfermedad entre la población, incluso por parte de aquellos que ya lo han sufrido: un 12% de pacientes no saben definirlo. Además, uno de cada tres pacientes no solicitaría atención urgente ante los síntomas.

Julio Agredano, Presidente de Freno al Ictus, explica a The Objective que, aunque la gente piensa que no se puede hacer nada por evitarlo, un 90% de los ictus son prevenibles. Agredano fue víctima de esta enfermedad con 39 años. Nos explica su caso: «103 kg de peso, colesterol, vida sedentaria, estrés laboral, hipertenso… Es un tema de suma de factores, como cuando te vas a la tómbola y compras papeletas para que te toque algo», cuenta. Clarifica también que no solo afecta a la gente mayor, y que, por lo tanto, la mentalidad de «ya me preocuparé cuando llegue a una edad» no es válida. 

El tiempo y el entorno, aliados contra el ictus 

Como principales aliados contra esta enfermedad, Julio apunta al tiempo y al entorno del paciente. Cada segundo cuenta, no solo a la hora de avisar a los servicios de emergencia, sino también durante la recuperación. «El periodo más intenso de recuperación son los primeros meses. Por eso el tiempo de luto tiene que ser lo más corto posible. Una vez que lo superas te das cuenta de donde estás, aceptas la enfermedad e intentas trabajar en la medida de lo posible mejorar tu caso», explica. 

En cuanto al entorno, Julio señala que tiene que ser positivo y motivador en lugar de condescendiente. “En mi caso, el entorno fue fundamental. El apoyo de mi mujer y de mis padres. Por fortuna tengo una mujer que es vasca y por eso ya tiene un punto de no empatizar en exceso, de forzar. Desde el principio me daba caña, me decía que me levantase y me pusiese a hacer algo, me mandaba a por el pan. Si le decía que no podía, entonces pan, leche y huevos y deprisa», nos cuenta entre risas. 

Los principales síntomas de un ictus son la alteración del habla o el entendimiento, la pérdida de sensibilidad en un lado del cuerpo y la torcedura de boca. En cuanto a los factores de riesgo, la tensión arterial, el tabaquismo y el colesterol elevado son los mayores responsables. 

Cabe destacar que solo una cuarta parte de los pacientes se reincorpora a su actividad previa. Sufrir un ictus repercute en la vida cotidiana a la hora de andar deprisa, realizar tareas domésticas, subir escaleras, llevar objetos pesados, aguantar lo orina o incluso vestirse. 

La situación actual es la siguiente: el número de personas que padecen un ictus aumentará, porque está aumentando la esperanza de vida y el riesgo de ictus se acrecienta con la edad. Lo que se persigue es que, a través de la educación y la concienciación, el número de muertes y de secuelas graves disminuya.

La importancia de saber cómo actuar 

Faustino Blanco, Secretario General de Sanidad y Consumo del Ministerio de Sanidad, incide en la importancia de que los pacientes se sientan apoyados por las instituciones. La implantación de la Estrategia Ictus en el Sistema Nacional de Salud fue el pistoletazo de salida, pero son las Comunidades Autónomas las que deben encargarse de su ejecución. Las primeras en implantarlo han sido las que cuentan con más recursos.

Según cuenta María Alonso, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, en Andalucía ha tardado más de lo normal en aplicarse. “Se está extendiendo, pero todavía queda mucho por hacer”, añade.

Julio Agredano añade que, aunque existen servicios de emergencia muy efectivos para actuar ante un ictus, la gente nos los usa como debería. «El protocolo del Código Ictus solo se activa si se llama al 112, y mucha gente no lo hace». Explica que muchos pacientes van al médico por su cuenta o, simplemente, se acuestan a dejar que los síntomas se vayan por si solos, y eso es muy contraproducente.

En palabras de Victoria Prego, Presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid y víctima de un ictus, «La lucha contra el tiempo es capital para frenar un ictus. Uno puede salvar su vida y sus capacidades. Entre morirse y quedarse totalmente dependiente hay una diferencia muy estrecha”, explica. 

 

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