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El consumo de heroína cae en España y el hachís y la cocaína toman el relevo

Esta sustancia proviene en la mayoría de los casos de Holanda, pero su origen está en Afganistán

El consumo de heroína cae en España y el hachís y la cocaína toman el relevo

Fardos de heroína incautados. | Chaiwat Subprasom, Zuma Press

El consumo de drogas como la heroína está en declive, frente a la cocaína y el hachís, que continúan siendo líderes de sustancias estupefacientes en España. Por otra parte, los puertos del país han dejado de ser por los que más droga se introduce en Europa, superados por los de Bélgica.

La cocaína y el hachís son las dos principales drogas consumidas en España, a pesar del auge de nuevas sustancias como la cocaína rosa, el polvo de mono o el fentanilo. El hachís, que viene principalmente de Marruecos, entra a España por el estrecho de Gibraltar, aunque tal y como informan fuentes policiales a THE OBJECTIVE, no siempre desembarcan en el Campo de Gibraltar, ya que «cada vez entran más por el Guadalquivir y por la costa de Huelva», con motivo de la presión de las autoridades en los puntos andaluces clave para la lucha contra el tráfico de drogas.

La cocaína, por su parte, es la droga con más salida en España y con la que más dinero ganan las mafias, según confirman estas fuentes. Su principal vía de entrada es el mar, bien a través de puertos por los contenedores, bien por embarcaciones. A pesar de que el principal productor de cocaína sigue siendo Colombia, en los últimos meses está viniendo a España con mayor frecuencia desde Perú y Ecuador. Pero estas sustancias no solo se incautan a través de vías portuarias, sino que en los aeropuertos también se introduce puntualmente la droga mediante ‘mulas’.

Las propias organizaciones criminales utilizan empresas tapadera para meter contenedores con droga en los puertos españoles, tal y como apuntan estas fuentes. Otras drogas como la heroína cada vez son menos comercializadas en el mercado negro y consumidas en España. Esta sustancia proviene en la mayoría de los casos de Holanda, pero su origen está en Afganistán y otras zonas del sur de Asia. En el caso de las drogas sintéticas, ocurre lo mismo: la mayor parte de las sustancias interceptadas llegan desde Países Bajos, aunque cada vez se construyen más laboratorios para su producción ilegal en España.

El consumo de sustancias ilegales no cesa

Según datos recogidos por el INE, en los últimos cinco años, las drogas que más se han consumido en España, además del hachís, han sido la cocaína, las anfetaminas y el éxtasis. Por otra parte, un informe del Ministerio de Sanidad revela que más de 620.000 personas al año consumen habitualmente cocaína en el país, con datos de 2022 y 2023.

La llegada de nuevas sustancias estupefacientes como el tusi o el karkubi ha hecho que se asienten en España nuevas formas de consumo a raíz de la pandemia. El tusi es una mezcla de ketamina con metanfetamina y cafeína, que es popularmente conocida como ‘la cocaína rosa’. En cuanto al karkubi, algo más desconocido aunque con un consumo en auge, es una mezcla de harina de hachís con clorazepam, de efectos alucinógenos a la que en ocasiones se añade pegamento. En lo referente a la forma de consumo de estas drogas, el tusi se esnifa, mientras que el karkubi es ingerido en pastillas.

Holanda y Bélgica

A nivel europeo, las drogas se introducen con mayor regularidad por los puertos de Róterdam (Holanda) y Amberes (Bélgica). Los miembros de las organizaciones criminales que operan en estos países son en su mayoría neerlandeses y belgas, con ascendencia magrebí. Esto favorece el trato y el contacto con los transportistas de la droga, llegados en embarcaciones ilegales desde las costas de África, habiendo recogido los paquetes de origen americano y/o marroquí. Concretamente, Amberes se ha situado como la mayor puerta de entrada de cocaína en Europa.

Tal y como informa la Comisión Europea, la actividad delictiva en este puerto cada vez es mayor, llegando hasta el punto de registrar ataques por parte de los narcotraficantes, con el fin de recuperar la droga incautada por las autoridades. Annelies Verlinden, ministra del Interior en el país, reconoce que «se infiltran en la Policía, en la Justicia, en las empresas que transportan». En 2023, un total de 116 toneladas de ‘coca’ fueron interceptadas por las autoridades belgas.

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