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Con las mezquitas cerradas y sin reuniones: arranca un Ramadán sin precedentes

Los dos millones de musulmanes en España se preparan para celebrar un Ramadán atípico que sí altera su esencia: la vida en comunidad

Con las mezquitas cerradas y sin reuniones: arranca un Ramadán sin precedentes

Los musulmanes de todo el mundo han comenzado el mes de ayuno y oración de Ramadán en plena pandemia del nuevo coronavirus, lo cual les privará de las reuniones de familia y de las oraciones en las mezquitas, aunque hay países decidieron no aplicar estas medidas.

Este año, el Ramadán será particularmente difícil y triste para muchos fieles en Asia, Medio Oriente y África del Norte.

A causa de la pandemia se han impuesto reglas generalizadas que obligan a las mezquitas a cerrar sus puertas. Al caer la noche, el ‘iftar’, la ruptura del ayuno con una comida festiva y familiar, también deberá celebrarse de forma mucho más íntima y menos alegre.

Ramadán en España

Los dos millones de musulmanes en España se preparan para celebrar un Ramadán atípico y sin precedentes, que sí altera su esencia: la vida en comunidad.

Si algo caracteriza a este mes es la intensa vida social de los musulmanes, especialmente cuando se pone el sol y se rompe el ayuno. Las mezquitas se abarrotan por las noches y los fieles pasan los días con familia y amigos compartiendo suculentos banquetes, tras horas sin comer, beber, fumar ni tener relaciones sexuales. Desde el alba al ocaso.

«Piensa como si fuera un 24 de diciembre, ahora imagínate los cambios y aplícalos no a un día, sino a un mes», esa es la fotografía que dibuja a Efe Mohamed Ajana, secretario de la Comisión Islámica de España, que vivirá un Ramadán atípico, el primero de su historia sin su líder, Riay Tatary, fallecido por coronavirus.

Dicen los expertos que será «un Ramadán excepcional», sin precedentes en la historia del Islam porque si bien es cierto que a lo largo de los siglos ha habido pandemias, nadie podría imaginarse una situación así a nivel mundial. «No ha sucedido antes», cuentan. Porque en Ramadán se juntan aspectos religiosos individuales con otros colectivos, que serán los modificados por el COVID-19.

«Son ritos y hábitos que acompañan al ayuno, como estar con los amigos y hermanos, hacer el ‘iftar’, la oración del ‘tarawih’, frecuentar las mezquitas, son asuntos de carácter social», dice a Efe Sami el Mushtawi, jefe del departamento cultural del Centro Cultural Islámico de Madrid, popularmente Mezquita de la M30.

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