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El legado de Manzanita, más vivo que nunca

Numerosos artistas del ‘trap’, la música urbana y electrónica reivindican la obra del autor de ‘Un ramito de violetas’

El legado de Manzanita, más vivo que nunca

Manzanita durante un concierto. | Archivo

José Ortega Heredia, conocido popularmente como Manzanita, fue considerado por muchos el primer «cantautor gitano». El cantaor, sobrino del famoso Manolo Caracol, a menudo no tenía el respeto de los flamencos más ortodoxos. En alguna entrevista comentó: «Me decían que era el primer cantautor gitano. Llegué a un tipo de público muy progre, a la gente de la universidad… Todo eso me ayudó mucho». Tras dejar el grupo Los Chorbos, encontró su fórmula para hacer música, manteniendo su esencia flamenca a la vez que bebía de las voces más aterciopeladas de algunos cantautores portugueses e italianos. ¿Quiénes eran las influencias de Manzanita? Lucio Battisti, Riccardo Cocciante, Francis Cabrel. También interpretó temas de Bob Marley y Rubén Blades en su último disco La cucharita (2004), antes de retirarse por completo de la música. Pero, sin duda, una de sus canciones más famosas fue Un ramito de violetas, una versión de la tan emblemática de Cecilia: «Quién te escribía a ti versos, dime, niña, ¿quién era? ¿Quién te mandaba flores por primavera? Cada 9 de noviembre, como siempre sin tarjeta, sí, te mandaba un ramito de violetas».

Siguiendo sus letras esa temática propia del amor y el desamor, destacó por el componente desgarrador a la hora de tratar las emociones, triunfando con otras canciones como La quiero a morir y el popular Verde inspirado en el poema Romance sonámbulo de Federico García Lorca. Además, cantó a otros poetas como Bécquer, Sor Juana Inés de la Cruz, José Zorrilla y Luis de Góngora. De hecho, alguna vez confesó que fue Enrique Morente quien le inculcó la afición a la literatura cuando le acompañó con la guitarra en su disco Se hace camino al andar (1975). Pero, si estas fueron las influencias de Manzanita, ¿cuál ha sido su legado en cantantes posteriores? Muchos artistas flamencos, como es de esperar, han bebido de su obra y versionado canciones suyas, como es el ejemplo de la cantaora Concha Buika en Ni contigo ni sin ti, uno de los temas de desamor más desgarradores de Manzanita. De hecho, también fue cantada por el grupo catalán de rumba, soul y funk Achilifunk Sound System en su álbum Super Soul Gitano (2022). Además, en el ámbito internacional es popular la versión del estadounidense Romeo Santos de La quiero a morir.

Portada de Ramito de violetas

Si nos detenemos en la escena española de música urbana, podemos comprobar cómo muchos de los artistas beben del flamenco, encontrando guiños a nombres como Camarón, Parrita y Ray Heredia, entre otros. El trapero granadino Dellafuente publicó en los inicios de su carrera Gitana [prod. Shockbeats] (2014), una reescritura de Gitana, que también fue incluida en el recopilatorio Fruit¥ Mafia (2015) en forma de rework junto a Nico Misery —ahora más conocido como Nico Miseria—. Este tema, Gitana (rework), combina el estribillo de la de Manzanita con algunos versos reescritos que mantienen la estructura de la original («Sabes que te quiero, no trates tú de alabarme, lo mismo que te quiero soy capaz hasta de agobiarte») con otros más tajantes («Yo no tengo leyes, yo no creo en la palabra, amiga, al próximo le rajo la barriga»), en una letra que juega a mezclar la ironía con el desamor.

Fusión

Quien también reivindicó Gitana fue el rapero Khaled en colaboración con el grupo de productores Cooking Soul, en su tema Cookin hardala (2016), que cuenta con más de cuatro millones de visualizaciones en Youtube y es uno de sus temas más conocidos. La canción revive samples de la original, a lo que el cantante añade «Desde que te fuiste de mi lado mi vida es un fandango, dicen que la droga es mala pero malo fue tu engaño» y proclama «¡Dale, Manzanita!», siguiendo también ese mensaje de desamor. Khaled forma parte a la primera escena del trap surgida en Granada, al igual que el anteriormente mencionado Dellafuente y la considerada hoy como una de las reinas de la música urbana: La Zowi. Su primera mixtape, Ama de casa (2018) estaba formada por seis canciones de trap oscuro donde hablaba sin tapujos sobre la sexualidad femenina y el desamor desde un punto de vista a veces desafiante, y que en su momento dio lugar al debate en torno al tratamiento del feminismo dentro de lo urbano. Si te pillo, el último tema en colaboración con Albany, canta: «Si te pillo por la calle voy a hacerte trizas, no te me adelantes, niño, yo no tengo prisa; estoy en el barrio, escucho al Manzanita».

Si nos centramos en artistas más recientes, el cantante Dellachaouen —que a menudo mezcla los sonidos de la música urbana y el flamenco, y que acaba de publicar su primer álbum Joyitas de prestaoinauguró su obra hace dos años lanzando su primera canción titulada Un ramito de violetas, donde cantaba «Tú y yo nos conocimos en un mercaíto […] Te traje un ramito de violetas como Manzanita». El navarro Hofe, que forma parte de la nueva ola de lo urbano que experimenta con sonidos de la electrónica y el post-punk —y que ha colaborado con grupos como Chill Mafia y La Élite—, publicó hace un año su primera mixtape, Amodioa, de la mano de 4:40; en MzMz(Tek), la segunda pista dedicada al amor y con sonidos cercanos al pop, canta: «Si quiero reírme escucho a Manzanita, si quiero llorar escucho a Manzanita, con nervios como en una primera cita, no puedo decirle que no a esa carita». Esta mixtape, que utiliza la electrónica como hilo conductor entre géneros dispares, también abarca el flamenco a la hora de construir una amalgama de sus influencias.

Para terminar, no podemos olvidar el papel del propio hijo de Manzanita —que lleva su mismo nombre, José Ortega—, que se dedica a la música y a seguir difundiendo el legado de su padre. De hecho, grabó un tema junto al cantante Moncho Chavea llamado Homenaje a Manzanita, una interesante fusión entre rumba y reguetón, donde ambos recuerdan canciones como El trovador («Yo quiero ser el trovador que canta en tus sueños, yo quiero amarte como si fuera tu único dueño»). ¿Manzanita para reír? ¿Manzanita para llorar? El cantaor, a veces aparentemente infravalorado o incluso relegado al olvido, es una pieza fundamental que supo fusionar el flamenco con estilos tan variados como el jazz, la salsa e incluso el reggae. Un espíritu de innovación que también reivindican todos estos nuevos artistas que integran guiños a su obra en sus canciones y que se sienten identificados con sus desgarradoras letras a la hora de tratar las emociones, al igual que él ya se inspiró en muchos otros anteriormente.

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