Unicaja lanzará el 28 de abril la hoja de ruta para defenestrar a su CEO

Tras la junta general de Unicaja Banco celebrada el pasado jueves, todo está listo y dispuesto para renovar la cúpula ejecutiva de la entidad con la salida del actual consejero delegado (CEO), Manuel Menéndez. La defenestración está cantada desde hace tiempo y lo que faltaba por conocer era el cronograma de la destitución anunciada que empezará formalmente el 28 de abril y deberá sustanciarse en un plazo máximo de cuatro semanas.

Antes de finales de mayo estará concluido el proceso que supondrá, cuando menos provisionalmente, la concentración de todos los poderes ejecutivos en la persona de Manuel Azuaga como presidente del banco fusionado con Liberbank. En una segunda fase, Unicaja tiene previsto nombrar un nuevo CEO, pero todavía no está claro si se buscará un fichaje de relumbrón en el mercado o se optará por una solución interna con la promoción de alguno de los directivos de plena confianza del actual presidente.

Lo que ya no arroja dudas es el futuro de Menéndez fuera de la entidad. El antiguo presidente de Liberbank fue objeto de cierto repudio en la junta general durante las intervenciones de algunos de los accionistas y, entre otros, de los representantes sindicales. Este clima de tensión laboral es uno de los argumentos que ahora se manejan como novedoso parámetro de la reevaluación a la que tiene que ser sometido el consejero delegado y que supondrá, de hecho, la puntilla para el que estaba llamado a convertirse en primer ejecutivo de Unicaja Banco de acuerdo con los pactos iniciales de fusión.

El primer gran error de Menéndez

Hace dos años, los negociadores de ambas entidades, Unicaja y Liberbank, acordaron con el Banco Central Europeo (BCE) un proceso de transición que termina el próximo mes de julio y que estaba principalmente orientado a la separación de funciones en la cúpula ejecutiva. Los reguladores de Fráncfort exigen que los presidentes de las entidades financieras vayan cediendo funciones ejecutivas a sus consejeros delegados, lo que abocaba a un traspaso de poderes de Azuaga en favor de Menéndez. Como contrapartida se estableció la conveniencia de que de manera paralela el CEO fuera sometido a un proceso de reelección que requería dos tercios de apoyo del consejo de administración.

Manuel Menéndez se negó a pasar por el trance, pero cedió la posibilidad de someterse a una revaluación para la que solo necesitaba mayoría simple de votos. Probablemente éste fue su primer error porque, a la vista de los hechos, la revaluación en cuestión se va a convertir en su ‘tumba particular’ como consejero delegado de la entidad. Cabe recordar que buena parte de los accionistas asturianos de Unicaja depositaron su confianza en el proyecto guiados por la garantía profesional que aportaba el papel de Menéndez como futuro primer ejecutivo.

La reválida del CEO se formalizará sobre la base de los trabajos preparatorios llevados a cabo desde hace meses por la empresa de headhunting Korn Ferry. El marco de evaluación no dejaba en principio mayor resquicio para la segura aprobación del examen por cuanto que estaba enfocado en aspectos de sobra elocuentes en el historial del propio afectado. Es previsible que ahora las variables a tener en cuenta sean convenientemente adaptadas de acuerdo con la nueva composición del consejo de administración de Unicaja.

Búsqueda de tres independientes y mujeres

Los cambios adoptados en la junta general han modificado el equilibrio de poder del máximo órgano de gobierno del banco fusionado cuya estructura se define con siete administradores afines al bloque malagueño de la antigua Unicaja, cuatro representantes asturianos de la desaparecida Liberbank y una consejera coordinadora independiente como es Carolina Martínez-Caro. Con este reparto no es muy difícil predecir que la sentencia está echada y que Menéndez no tiene la más mínima posibilidad de superar la prueba. Otra cosa es el modo y manera en que se justifique su destitución sin crear problemas adicionales para culminar una fusión que está bajo vigilancia extrema del BCE.

La ‘nueva’ Unicaja con su flamante consejo de administración nacerá el 14 de abril, fecha en la que está prevista la reunión del máximo órgano de gobierno con la incorporación de los cuatro consejeros dominicales nombrados a instancias de la Fundación Bancaria. Dos de ellos tendrán que recibir formación acelerada en materia financiera por decisión del BCE, pero eso no impedirá que se sienten en el consejo con el certificado de calidad ‘fit and proper’ que emite el organismo regulador. 

Unicaja deberá también poner en marcha un proceso de selección de tres nuevas consejeras independientes para cubrir las vacantes tras la dimisión de María Garaña y la no ratificación de Isidoro Unda y Maite Costa. Dicha tarea se iniciará el 21 de abril y una semana después, el 28 de abril, se emprenderá la ‘operación salida’ de Manuel Menéndez. El objetivo consiste en culminar todo el programa de actos antes de finales de julio, siempre y cuando el BCE no conceda alguna prórroga que ajuste a conveniencia el futuro modelo de gobernanza.