THE OBJECTIVE
Francisco Sierra

Bildu y sus votos de sangre

«Esta decisión no se toma por ética o por rechazo al pasado asesino de ETA, sino por simple cálculo electoral»

Opinión
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Bildu y sus votos de sangre

Otegi interviene junto a Arkaitz Rodríguez, Bakartxo Ruiz y Unai Urruzuno en la sede de Bildu en San Sebastián. | EP

La decisión de los siete asesinos que iban en las listas electorales de EH Bildu de no tomar posesión de sus cargos si son elegidos es un paso más en la vomitiva trayectoria de reescribir la historia del terrorismo y del post-terrorismo, retorciendo la verdad y la ética. Por cierto, en un proceso que en los últimos años ha tenido el apoyo entusiasta del Gobierno vasco y la pasividad entusiasta del Gobierno de Pedro Sánchez. 

La decisión de Bildu es vomitiva. Vomitiva porque no se eliminan de las listas y pueden seguir haciendo campaña y ser votados. Bildu no renuncia por tanto a vender sangre. Los asesinos seguirán en las listas de esos pueblos. Porque además la presencia de los siete asesinos y la de los otros 37 condenados por terrorismo, parece que hacen crecer sus expectativas de voto en las localidades donde se presentan. 

Pero Arnaldo Otegi, otro condenado por secuestro terrorista, no lo olvidemos nunca, sabe también que la unánime critica a la presencia de los asesinos en la lista les puede dañar el intento de superar al PNV como primera fuerza política en el País Vasco. Por eso esta decisión no se toma por ética o por rechazo al pasado asesino de ETA. Lo hacen por simple cálculo electoral. Saben que tienen el apoyo de esas decenas de miles de personas que no solo no han rechazado la presencia de asesinos y terroristas de ETA, sino que la han jaleado durante décadas por las calles del País Vasco. Esos votantes que no han tenido ni un gesto para las familias de las víctimas de ETA e incluso en algunos casos ejercieron un acoso inhumano a las familias de los asesinados.

Van a seguir votando al único partido que nunca ha condenado el terrorismo y que tampoco ha pedido un perdón real, en uno de los hechos más inmorales de la Europa democrática de las últimas décadas. Ni un amago de rechazo, ni un gramo de compasión por los familiares y amigos de las víctimas mortales. Bildu es un partido que no ha condenado la sangre porque así lo quieren sus votantes.

«Cínicas va a ser las justificaciones que se avecinan de los trompeteros de la Moncloa, que nos insinuarán la decisión histórica de Otegi, ese gran humanista»

En este hipócrita juego de hacer como que les importa el rechazo social, eso sí, solo cuando termine la campaña, no van a tardar a encontrar socios abrazafarolas. Y me temo que algunos de esos mensajes vendrán volando desde las cercanías del propio gobierno de España. Porque cínico fue el silencio del Gobierno Sánchez durante dos días desde que se conocieron las listas de los asesinos. Y forzada la escueta crítica del presidente Sánchez en los aparcamientos de la Casa Blanca. Sólo una frase en la que venía a decir que era legal, pero no era decente. Y punto.

Cínicos han sido también los socios de Podemos cuando hablaban de que ETA era el pasado. Lo decían con más de trescientos asesinatos sin resolver o ser juzgados todavía. Cinismo de un Gobierno que permitió que la ley de la Memoria Histórica la decidiese la propia Bildu que consiguió ampliar el franquismo hasta incluir al gobierno de Felipe González, el primer presidente socialista de nuestra reciente democracia. Cínico que en esa Memoria Histórica se excluyeran como si nunca hubiera ocurrido todo el terror asesino de ETA. Todo por un puñado de votos para que Sánchez siguiera en el poder. 

Y cínicas va a ser las justificaciones que se avecinan, al tiempo, de los trompeteros de la Moncloa, que nos insinuarán la decisión histórica de Otegi, ese gran humanista, demócrata y defensor de las libertades. Esperando estoy a Zapatero, que volverá a poner otra vez piel de oveja a EH Bildu. Y atentos a lo que tarda Sánchez en arrogarse en la campaña que ha sido el gobierno el que ha forzado la decisión. Y la verdad es que podría ser Otegi el que le venda a Sánchez que el favor se lo ha hecho él. Porque el gran perjudicado de la bronca política estaba siendo el presidente por sus pactos con Bildu. A lo mejor ahora dejan de huir de la foto con Sánchez los barones socialistas.

De momento los siete asesinos candidatos de EH Bildu han negado en el comunicado que su presencia en las listas tenga por «objeto legitimar a ETA». Pero ninguno de ellos, ninguno, ha pedido todavía perdón a sus víctimas ni ha condenado la actividad terrorista en la que participaron. La mayoría ni siquiera ha pagado a las víctimas las indemnizaciones económicas que marcaban las distintas sentencias.

Lo han olvidado. No lo olvidemos nosotros.

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