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Mandos policiales tramaron en 2011 montarle un caso de corrupción a Zaplana

El exjefe de la UDEF José Luis Olivera abordó la idea de perseguir al político del PP en un audio de Villarejo

Mandos policiales tramaron en 2011 montarle un caso de corrupción a Zaplana

Eduardo Zaplana. | Europa Press

Una vez más, los audios del comisario José Manuel Villarejo tienen cabida para entender causas de corrupción que se iniciaron antes de ser detenido e imputado en la Audiencia Nacional y que ahora llegan a su fase final: la del juicio. En esta ocasión, se trata de una reunión celebrada el 12 de abril de 2011, cuatro años antes de que la Unidad Central Operativa (UCO) comenzara a investigar el caso Erial, en la que varios altos mandos policiales, algunos aún en servicio en aquel entonces, tomaron parte. Durante el encuentro, se abordó la idea de perseguir al político del Partido Popular Eduardo Zaplana por presunto cohecho, aunque el entonces jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), José Luis Olivera, reconoció que no existían pruebas al respecto.

THE OBJECTIVE ha obtenido acceso a uno de los fragmentos de audio grabados de manera abrupta en una comida a la que asistieron el propio comisario José Manuel Villarejo, que entonces estaba en activo en la Policía Nacional; José Luis Olivera, en aquel momento era jefe de la Unidad de Delincuencia Económica |y Fiscal (UDEF); Juan Cotino, exdirector general de la Policía Nacional y en esa fecha vicepresidente tercero de la Generalidad Valenciana y consejero de Medio Ambiente; y, por último, el exdirector Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional entre 1996 y 2004, Pedro Díaz-Pintado.

Audios de Villarejo

Durante la charla, se aborda la cuestión de un yate que supuestamente frecuentaba Zaplana, y Cotino comparte una anécdota ocurrida alrededor del año 2001, cuando la organización terrorista ETA aún perpetraba sus atentados. Según relata en el encuentro, el expresidente valenciano contactó con el comisario Segundo Martínez, quien en ese momento era jefe Superior de Policía en Valencia, para que indagara quién le estaba fotografiando. En ese momento, Olivera interrumpe para subrayar que el delito clave para que el juez le investigara sería el cohecho, aunque él mismo lo había investigado y no había hallado evidencia alguna.

«Un día estando Segundo en Valencia, Zaplana le llamó a Segundo, un domingo o un día de fiestas. Me lo contó Segundo a mí. El tema es que estando en el yate había un tío, escondiendo en un coche, haciendo fotografías. Entonces, el tema es que alguien tomó la matrícula del coche e hicieron un seguimiento y era de un periodista de El Levante o El País. Y, entonces Segundo fue a Zaplana a contarle la película, a venderle la moto», asegura en la cinta Juan Cotino.

El entonces jefe de la UDEF, José Luis Olivera, interrumpe y concluye que a Zaplana «se le puede imputar» si logra demostrar el cohecho en relación con el yate que le prestaban. «Se le puede imputar, porque el delito clave para el juez, para taparse el culo, es el cohecho. Si yo le demuestro el cohecho, no hay… Entonces, he anticipado que cohecho en principio no hay. Pero, tenemos unas serias dudas y las tenemos que aclarar», manifiesta.

Además, en otro registro sonoro al que este medio ha accedido, se escucha una conversación entre Juan Cotino y el comisario Villarejo, donde el primero menciona: «En el caso de que le llegue algún mensaje con el que le podamos tocárselos a Zaplana…» a lo que el segundo responde afirmativamente. Cotino agrega: «Zaplana y Pedro J. son los que están haciendo la estrategia, Zaplana y Pedro J. Toda la vida lo han sido… total».

Fuentes consultadas explican que «los audios demuestran que las relaciones entre Cotino y Zaplana eran de total enemistad, por lo que era poco probable que mantuvieran negocios comunes, como intentaron hacer ver los investigadores con los papeles que el sirio Imad entregó al exgerente de Imelsa Marcos Benavent, conocido como yonki del dinero, y que dieron origen al caso Erial».

Esta y otras cintas, que obran en poder de este periódico, corroboran la versión de Zaplana en el juicio del caso Erial. El expresidente valenciano ha defendido que «jamás» habló con el expresidente de Les Corts y ex director general de la Policía Juan Cotino sobre las adjudicaciones de las ITV y ha asegurado que se llevaban «fatal» desde 2003. «Rompí relaciones en la Comunitat Valenciana con el gobierno de Francisco Camps. Fue un episodio bárbaro desde el punto de vista político y mediático», manifestó.

Investigación de la UCO

Cuatro años después de este diálogo, en 2015, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil inició una investigación contra Zaplana. Villarejo, quien ha testificado en el caso Erial, afirmó que el entonces jefe de la UCO le transmitió que tenía interés especial en recabar información contra el político del Partido Popular. «Le dije que era un error utilizar malas artes para imbricar este tema», ratificó Villarejo durante el juicio.

El testigo clave del caso Erial, Fernando Belhot, que asegura ser el testaferro de Eduardo Zaplana, sin aportar ni una sola prueba documental que corrobore su testimonio, ha revelado en una conversación privada que agentes de la UCO, al frente de la investigación, le confesaron que querían ir a por el exministro del PP. «Sólo nos interesa el político», le manifestó uno de los investigadores en un bar, cerca de la calle Salinas del Rosio donde se encuentra la unidad, mientras tomaban «una copa».

El testigo clave de la UCO

El testaferro involucrado en otras causas de corrupción como Odebrecht, que se instruye en la Audiencia Nacional, y vinculado a nivel internacional en tramas como la de Lava Jato, Petrobras, BPA o los papeles de Panamá de Mossack & Fonseca, captó la insinuación que le lanzó el agente. En ese momento, el uruguayo acababa de declarar en las diligencias previas 91/2016 del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional sobre el caso Lezo. El interrogatorio fue el 23 de junio de 2017 y afirmó que Zaplana nunca le había solicitado sus servicios ni él se los había proporcionado.

Pero el agente –según contó el propio Belhot en una conversación privada– se lo llevó a tomar una copa a un bar en las inmediaciones de la sede la UCO y en un ambiente distendido le dijo: «Nosotros queremos al político». Belhot recordó que cuando los investigadores le transmitieron que estaban interesados en el político, respondió con una frase esquiva alegando que «él no sabía nada, sólo era un enamorado de España». Y más tarde cambio de opinión y aseguró ser el testaferro de Zaplana sin aportar ni una sola prueba.

Se da la circunstancia de que los agentes con números de la Tarjeta de Identidad Profesional (TIP) T21318X y U64013X que tomaron declaración a Belhot en la sede madrileña de la UCO por la trama Lezo, ya estaban investigando en secreto a Zaplana en el marco del caso Erial. De hecho, ambos agentes del Grupo de Delitos contra la Administración de Justicia de la UCO intervinieron las comunicaciones telefónicas de los móviles del investigado Miguel Barceló sólo unos meses después, tal y como lo ordenó la instructora del caso Erial, la juez Isabel Rodríguez.

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