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Junts rebaja la amnistía de Díaz a una maniobra de promoción personal y se centra en el PSOE

Puigdemont quiere negociar con el PSOE y los suyos desligan el pacto al que se está llegando de la propuesta de Sumar

Junts rebaja la amnistía de Díaz a una maniobra de promoción personal y se centra en el PSOE

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz. | Europa Press

Junts per Catalunya, la formación que lidera Carles Puigdemont y que es clave para la investidura de Pedro Sánchez, agradece los movimientos de Yolanda Díaz a propósito de la amnistía a los encausados del 1-O, pero sabe que es mucho ruido y pocas nueces. Fuentes conocedoras de las conversaciones desde el lado independentista sostienen que el plan que Díaz presentará este martes en Barcelona, y cuyo contenido ha sido sustancialmente desvelado en los últimos días, no se corresponde al texto que se está hablando -y posiblemente pactando- con el PSOE. Se trata más bien de un plan para buscar protagonismo en el marco de una negociación que los independentistas están desarrollando con discreción desde hace tiempo y solo con los socialistas.

Puigdemont es consciente de que el viaje de Díaz a Bruselas el pasado 4 de septiembre ha tenido un notable valor simbólico. La vicepresidenta segunda, el tercer cargo más importante del Ejecutivo, viajó a la capital de Bélgica para evitar que Puigdemont pudiera avanzar en un diálogo con el PP (la ministra y su acompañante, Jaume Asens, preguntaron explícitamente por ello a Puigdemont y Antoni Comín) y, sobre todo, para conocer de primera mano las intenciones del expresident de la Generalitat, fugado en Bélgica desde 2017. El mensaje que Díaz trasladó a Puigdemont se centró, entre otras cosas, en que deben otorgar a Sánchez un margen de confianza, tal y como desveló este diario después del encuentro.

Los principales dirigentes de Sumar creen que el pacto de investidura es difícil de alcanzar, pero siguen creyendo en ello. Trasladan a sus personas de confianza su optimismo. Pero necesitan jugar en dos tableros a la vez. El primero se centra en intentar demostrar su trabajo en una negociación en la que, en realidad, participan de forma muy residual. Y el segundo consiste en avanzar algunas propuestas para demostrar a la opinión pública que si finalmente la negociación salta por los aires, los responsables del fracaso han sido el PSOE o los nacionalistas.

Carles Puigdemont
Carles Puigdemont

Fuera de la negociación

Aunque Díaz anunciará este martes su propuesta de amnistía, lo cierto es que, según ha podido saber este diario de fuentes conocedoras de la negociación que se está desarrollando con la máxima discreción, el papel de Díaz y de Sumar es poco más que simbólico. Puigdemont y su entorno quieren hablar directamente con los socialistas, y buscan en ellos las garantías de que aunque Sánchez no aborde el asunto de la amnistía antes de la investidura, sí lo hará después. Exigen un relator o una figura que sirva de garantía para los acuerdos. Díaz está dispuesta a secundar esta exigencia, aunque sabe que es el PSOE quien debe dar el visto bueno definitivo.

Los nacionalistas «agradecen» a Díaz sus esfuerzos. Pero también saben que se trata de una táctica dirigida a seguir impulsando su figura en un contexto en el que su partido, Sumar, cuenta más bien poco. Pablo Iglesias había logrado que Podemos ejerciera de puente entre fuerzas como Bildu y ERC durante la pasada legislatura. Ese fue uno de sus objetivos políticos principales: paliar la debilidad parlamentaria de Unidas Podemos (35 diputadas) con una entente con las dos fuerzas nacionalistas y crear por la vía de los hechos un macrogrupo de diputados capaz de influir en las decisiones del PSOE.

La operación fue eficaz en algunos momentos claves. Por ejemplo, cuando Sánchez amagó con buscar el apoyo de Ciudadanos en los presupuestos de 2020. Iglesias, ERC y Bildu frenaron ese viraje al centro que algunos dirigentes del PSOE iban preparando. A la salida de Iglesias, Yolanda Díaz heredó la entente especial con Bildu y ERC. Pero en Podemos creen que la vicepresidencia no cuidó esta alianza y que ahora su papel y fuerza de negociación con el PSOE está por debajo de las expectativas.

Un texto «muy diferente»

Los morados resumen esta idea en la «falta de autonomía» de Sumar, y en su vocación cada vez más fuerte de acercarse al PSOE, que deja atrás el impulso a la lucha hegemónica en ese espacio. La hiperactividad que muestra Díaz en estos últimos días confirmaría esta tesis. Y los nacionalistas involucrados en la negociación de la amnistía sostienen que Sumar no tiene un papel preponderante en la misma. Afirman que el texto que se está elaborando con el PSOE es «muy diferente» del que Díaz envió la semana pasada a Puigdemont. Y reducen el planteamiento de Díaz a una maniobra comunicativa y de marketing político que ni el PSOE ni los nacionalistas tienen en cuenta.

No hay que olvidar que Junts llegó a la negociación con Sánchez estudiando un escenario parlamentario parecido y también el encaje de una amnistía que debe convertirse en la gran victoria simbólica del expresident sobre el «Estado español». Sánchez, que se presentó por primera vez a la secretaría del PSOE envuelto en una enorme bandera española, sabe cambiar de opinión y no le da importancia a los símbolos. Este es otro encaje que puede permitir que la investidura de noviembre tenga éxito. Y ante este escenario, también Díaz busca salir en la foto, aunque su propuesta de este martes no esté sobre la mesa de los equipos negociadores.

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