El PSOE confía en que Illa «fagocite» a Sumar y sea capaz de formar un Gobierno en solitario
Los socialistas ponen en la diana a su socio minoritario para las elecciones catalanas: «Les estamos absorbiendo»
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La campaña no empieza hasta el viernes, pero el PSOE ha puesto ya toda la carne en el asador. Moncloa y Ferraz trabajan a pleno rendimiento para coordinar sus argumentarios, en la confianza de que éstos sirvan para encumbrar a Salvador Illa como presidente de la Generalitat a partir del próximo 21 de mayo. Es la batalla crucial de la legislatura, la baza a la que Pedro Sánchez fía la estabilidad del Gobierno, motivo por el cual el presidente se implicará personalmente con una presencia «importante» en Cataluña. En el PSOE existen serias dudas de que sea posible, pero en los próximos días los temores y recelos se ocultaran tras las certezas con el objetivo de maximizar las posibilidades electorales del PSC. Y la primera estrategia en marcha es la de terminar de «fagocitar» a sus socios de Sumar, según confiesan fuentes socialistas a THE OBJECTIVE.
En el juego de las apariencias, el Gobierno manifiesta preocupación por la caída en picado de los resultados electorales de Sumar, por la descapitalizacion institucional de la plataforma que lidera la vicepresidenta segunda del Ejecutivo, Yolanda Díaz, a quien incluso se le pidió el lunes en Ferraz hacer «una reflexión» al respecto. Una muestra inequívoca de que, más que preocupación, hay satisfacción, puesto que supone una de las principales fuentes de crecimiento del PSC de cara a las catalanas el 12-M. La encuesta de 40dB para el diario El País del pasado lunes arrojó un pronóstico de 38 escaños para Salvador Illa y siete para los Comunes. Sin embargo, los datos de Ferraz elevan a Illa hasta los 40 escaños y rebajan a la fuerza de Ada Collau hasta los 5-6 representantes en el Parlament.
Un vaso comunicante entre ambos que, según Moncloa, podría incrementar el caudal del voto prestado tras el resultado de este domingo en el País Vasco. La idea es que la aparente desintegración del espacio morado, fuerza ganadora de las elecciones generales de 2015 y 2016 en el País Vasco, provoque un efecto arrastre entre los votantes progresistas. Una apuesta a caballo ganador que favorezca que el exvotante de Podemos se integre a partes iguales en el PSOE y en otras fuerzas de la izquierda nacionalista e independentista con mayor representación electoral, rentabilizando más los votos progresistas y ensanchando el espacio de izquierdas. «Vamos a superar por mucho las encuestas», auguró Patxi López desde el Congreso.
«Illa está fuerte»
Así lo creen en el Palacio de La Moncloa, donde sostienen que «vemos a Illa fuerte» ante la necesidad de la ciudadanía catalana de «pasar página» y consumar la llamada reconciliación de Cataluña. «Nosotros tenemos grandes esperanzas de que Salvador Illa saque un magnífico resultado que nos permita gobernar y abrir un nuevo ciclo», solemnizaba este martes María Jesús Montero en los pasillos del Senado. «Una importante mayoría quiere y apuesta por un Cataluña que avanza en materia de educación vivienda y con esa esperanza de abrir una esperanza para su territorio». En perfecta coordinación, unas horas antes, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, y el portavoz parlamentario, Patxi López, repetían el argumentario sobre la imagen que Salvador Illa desplegó en la comisión de investigación del caso Koldo en el Congreso de los Diputados.
«Ayer quedó muy claro el sentido de esas comisiones de investigación. Los ciudadanos que pudieron seguir la comparecencia del señor Illa reforzaron la buena opinión que tienen sobre el mismo, por el ejercicio de solvencia y de transparencia, reforzado su gestión en los peores momentos que ha vivido nuestro país en la pandemia del covid 19», solemnizó Alegría. «Illa ha sido una referencia de honestidad de saber hacer las cosas. Ayer dejó muy claro que ese comportamiento también esta avalado por los hechos y documentos oficiales», añadió López. Dos relatos de una misma estrategia que explica el llamamiento del PSOE a Salvador Illa como primer compareciente a su comisión de investigación. Primero, para distanciar sus explicaciones al máximo de la campaña catalana que se inicia este viernes; y segundo, para «vender gestión, solvencia e institucionalidad», según fuentes gubernamentales, «y alejarnos del barro del PP».
La «gran incógnita» del 12-M
No obstante, la inquietud de Moncloa en privado es doble. De un lado, si Illa logra una «victoria importante», incontestable en términos cuantitativos, y que suponga un golpe cualitativo por ser la segunda vez que gana las elecciones, tras el 14-F de 2021. Del otro, la «incógnita de si suman los independentistas y quién queda primero en el bloque». Ferraz señala que la de 40dBp para El País «no les da la mayoría por un solo diputado» y «ninguna encuesta lo ve claro». Pero si llegaran a los 68 de la mayoría absoluta, el PSOE sólo ve posibilidades de un gobierno independentista su Junts no consuma el sorpasso a ERC: «Si suma el bloque con Junts por delante habrá demasiada presión para que apoye ERC». Y si los republicanos repiten en segunda posición y sumaran, «Junts va a apoyar un gobierno», escenario que anticipaban fuentes posconvergentes a este diario.
Sin embargo, el escenario más factible para el Gobierno es que el independentismo se quede a las puertas de la mayoría e Illa pueda aspirar a un gobierno en solitario, con abstenciones y apoyos externos. Moncloa sólo descarta dos opciones: la de una repetición electoral y la de una reedición del tripartito con ERC y los Comunes. Sea como fuere, los socialistas ven partido en la pugna entre el bloque independentista porque «el efecto soufflé de Puigdemont está bajando». Algo que apunta a que su otro vaso comunicante, el de ERC, podría mantenerse por delante de Junts, pese a sufrir una caída de entre tres y seis escaños que irían a parar a las arcas socialistas. Dos vías de crecimiento, Comunes y ERC, que en el cuartel general de los socialistas han puesto en el blanco de su diana electoral.
