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Elecciones catalanas

El PSC teme que la jugada de Sánchez sea un «bumerán» que afecte a las perspectivas de Illa

Si la carta del presidente dio alas al partido en Cataluña, su desenlace sin dar explicaciones resta «credibilidad»

El PSC teme que la jugada de Sánchez sea un «bumerán» que afecte a las perspectivas de Illa

El candidato del PSC, Salvador Illa.

Si la carta de Pedro Sánchez catapultó en un primer momento al PSC a las elecciones, ya que se abría una suerte de plebiscito sobre «Sánchez o la derecha», su vuelta sin consecuencias políticas (ni moción de confianza ni propuestas concretas sobre la dirección a seguir), podría tener un efecto contraproducente para los intereses de Salvador Illa. Fuentes de la formación consultadas por THE OBJECTIVE quieren que el presidente del Gobierno forme parte de la campaña, pero de puertas adentro también temen un efecto «bumerán» por el desenlace de su actuación.

La reflexión del presidente del Gobierno congeló el inicio de la campaña electoral en Cataluña, y ahora hay que recuperar el terreno perdido. Para atajar la crisis desatada, Sánchez ha irrumpido por sorpresa a la Feria de Abril de Barcelona este miércoles, donde se ha dado un baño de masas. Los gritos en su contra han sido anecdóticos, explican fuentes ahí presentes. No obstante, creen que una parte de sus potenciales votantes pueden sentirse defraudados y que el personalismo de Sánchez afecte también a la imagen de Illa como líder previsible, solvente y capaz de influenciar en Madrid. Sobre todo, porque la crisis no se ha zanjado con los independentistas votando a favor del líder del Ejecutivo en una cuestión de confianza que le reforzara de cara a las catalanas.

A tenor de lo que proyectan los sondeos demoscópicos, el PSC parte de la mejor posición posible en estos comicios, pero son conscientes de que sus rivales directos, ERC, Comuns e, incluso, Junts+, explotarán esta actuación de Sánchez para debilitar a Illa como candidato a la presidencia. El exministro de Sanidad había vendido estabilidad y solvencia, después de diez años de tensión e inseguridad jurídica derivada del procés. Sin embargo, toda la estrategia de Sánchez puede haber afectado a su «credibilidad», añaden.

Dimisión o cuestión de confianza

En el partido siguen defendiendo la figura de Sánchez y no hay consenso sobre qué efecto habría tenido una dimisión para sus intereses. «Este jueves hará campaña en Sant Boi», explican desde el PSC para confirmar que sigue siendo un reclamo en la campaña socialista. Lo cierto es que buena parte del partido creyó que Sánchez iba a dimitir o, al menos, que iba a presentar una cuestión de confianza que tuviera un efecto plebiscitario sobre su figura e, indirectamente, beneficiara a Illa en las urnas.

A esta jugada de Sánchez se le une que ERC y Junts endurecerán su discurso contra Illa después de haberse sentido engañados. El candidato de ERC, Pere Aragonès, se solidarizó con el jefe del Ejecutivo, le pidió no dimitir y, tras conocer su decisión de seguir sin más, ha tenido que dar un giro y criticarle duramente por hacer «comedia».

La traducción práctica de la crisis de Sánchez es que Illa pasará a estar en la diana de los ataques de ERC y Junts+ de forma más vehemente. Por un lado, buscarán cuestionar su gestión como ministro de Sanidad durante la pandemia y, por el otro, le reprocharán esta forma de hacer política tan personalista «de su jefe en Madrid», que es capaz de dejar en interinidad las instituciones.

Volatilidad en Madrid

Más allá de lo que hagan los partidos que pugnan con Illa, en el PSC ven un riesgo evidente que el votante moderado no entienda o censure la actuación de Sánchez. Si bien es cierto que Illa sigue gozando de popularidad entre figuras del mundo de la cultura y la academia, quienes han suscrito un manifiesto para apoyarle y a favor de un gobierno que se dedique a gestionar y «represente al conjunto de la ciudadanía», temen que también les pueda pasar factura en las urnas.

La sensación que ha dejado la reflexión de cinco días de Sánchez es que el Gobierno es más débil de lo que parece. Y que aunque en Cataluña pueda haber un ejecutivo moderado liderado por Illa, la política nacional puede seguir viviendo turbulencias. Los socialistas catalanes quieren una campaña en la que se hable de financiación, sequía o incluso de seguridad para frenar la inquietud que tienen muchos ciudadanos con la inmigración. Y si bien el plebiscito planteado por Sánchez podía ser útil para sus intereses, la forma en que ha concluido (sin derivadas políticas) no lo es. Su objetivo ahora es que la campaña vuelva a centrarse en los problemas de los catalanes y no en el papel del presidente del Gobierno.

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