Como tantos otros escritores, académicos e intelectuales españoles, Américo Castro hubo de abandonar España a causa de la Guerra Civil. En julio de 1936 Castro tenía 51 años: catedrático de la Universidad Central, uno de los principales discípulos de Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos y miembro fundamental del mismo, antiguo embajador en Alemania, relevante figura en los ambientes de la Institución Libre de Enseñanza y la Residencia de Estudiantes, reconocido colaborador en prensa y autor de un libro fundamental sobre Cervantes.