Ébola
Dimisión o pandereta
Sanidad admite que debería haber aislado a la enfermera con los primeros síntomas de ébola y es que la trabajadora informó de sus síntomas hace 7 días, pero no fue aislada y siguió de vacaciones.
Emergencia
Voy a esforzarme en escribir con prudencia y sentido común, algo que se presupone al periodista pero no siempre cumplimos. Esto es porque como humanos se nos escapa la imperfección entre tecla y tecla, más si leemos en la fotografía emergencia.
El virus del miedo
No se trata, pues, de una histeria sino de una historia estúpida más o menos bien urdida para desgastar al gobierno del PP. En las redes sociales se llega, incluso, a pedir la dimisión de la ministra Ana Mato.
Insignificantes
Decía Aristóteles que la naturaleza nunca hace nada sin motivo. Y no hay nada más espectacular que apreciar sus procesos, de los que nosotros formamos parte. Una ínfima parte. Jamás superiores a ella, sólo un eslabón de la cadena.
Presunto sentido común
Ni soy médico ni experto en epidemiología, lo cual me sitúa en un plano parecido al de la Ministra de Sanidad. De tal forma que mi acercamiento a lo que sucede con el ébola lo hago desde mi presunto sentido común, si es que lo tengo.
De mal en peor
Ya no puedo más. Estoy empezando a perder la paciencia y la confianza en el ser humano. A veces pienso en emigrar a cualquier pueblo de esos medio abandonados, y pasar de este perro mundo que parece no tener remedio.
En todas partes
Ver a los niños clamar por una cura. Si sabrán lo que significa el ébola en su continente: una devastación humana que ya tiene casi 3000 muertos en su saco.
Una sonrisa difícil de esbozar
Stop ebola pide un niño con un cartel. Que paren este infierno, quiere gritar esa inocencia diminuta que desde que llegó a la vida solo ha visto muerte. Porque esto no para, y si sigue así (por ahora nada parece apuntar a lo contrario) esta criatura habrá vivido más años en el infierno que en el cielo.
Padre Manuel
Es muy fácil escribir sobre el Hermano Manuel, pero muy difícil en un momento como este. No porque Manuel esté enfermo de ébola, porque además se curará, sino porque tenemos la mala costumbre de dramatizar y matar al protagonista antes de tiempo.
Morir como perros. Vivir como santos
La incultura es el mayor peligro para el propio hombre. El exceso de cultura a veces también. Algunos que luchan contra ciertos dogmas pagan con sus vidas verdades muy difíciles de cambiar.
La lucha del miedo y la piedad
El horror ante la enfermedad despoja de humanidad a los sanos. El miedo mata la piedad. Por esoss on algo más que héroes quienes han acudido en socorro de los abandonados y desahuciados en los países más afectados y desafían allí el contagio y la muerte.
Un texto de bar
Los problemas mundiales se viven siempre, pero no muchos tenemos la ‘suerte’ de sufrir asesinatos terribles y decisiones tremendas: «Obama quiere acabar con el IE: bombas sobre Siria y 475 militares para apoyar a Irak».
Linchar, linchamos todos
Sólo buscaba comida. Tenía hambre y sólo buscaba comida. Se escapó de un hospital de Liberia y salió a la calle a buscar algo que llevarse a la boca. Pero su estado le delató. Quizá fuera la altísima fiebre, que le hacía deambular mareado.
Voluntarios
El 90 por ciento de nuestros compañeros de planeta no lo encuentra un lugar muy habitable y en las casi inimaginables, para la mayoría de nosotros, capas más profundas del subsuelo de la miseria sólo se encuentran acompañados por una suerte de ángeles.