Cuenta Juan Cruz en Primeras personas que Manuel Rivas (A Coruña, 1957), o Manolo, era un joven recién salido de la adolescencia cuando estuvo a punto de ver su carrera marcada por las malas artes de algunos compañeros: cubriendo en 1978 unas votaciones sindicales en Galicia para El País, dio por hecho el resultado antes de tener el anuncio. Lo hizo movido por el consejo de algunos veteranos de la redacción, que le aseguraron que aquello “estaba cantado” y el episodio podía darse por cerrado. Ante el disgusto de ver que los resultados no fueron los que se presuponían y más solo que la una, pues aquellos compañeros lo abandonaron, el joven Manuel tuvo que viajar a Madrid convocado de urgencia por Cebrián, dispuesto a recibir una reprimenda de época y un despido justificado.