“Jacques Delors me explicó que el Presidente Mitterrand le dijo un día: “Écoutez, Delors; Jacques, écoutez. Usted no será nunca Presidente de Francia”. Yo creo que lo hubiera podido ser perfectamente, lo que pasa es que Delors tiene algún otro defecto, que no es este que voy a explicar ahora; de hecho, lo admiro mucho y le tengo afecto, entre otras cosas, por lo que les voy a explicar ahora. “Monsieur le Président, ¿por qué no puedo ser Presidente de Francia?”, le preguntó Delors. “Porque usted es cristiano”, le respondió el Presidente. Por supuesto, su respuesta no hay que tomarla al pie de la letra, pues lo que le venía a decir era: “Usted no es un killer, y como usted no es un killer, usted no puede ser Presidente de Francia”. Evidentemente, Mitterrand era un killer político. Por supuesto, no ha asesinado a nadie, al menos que sepamos, pero era un killer en el sentido político de la palabra. La política no será eficaz si no conserva un elevado grado de nobleza, que probablemente no será del cien por cien, porque todos, en algún momento de nuestra vida política, hemos sido un poco killers…”