paternidad

Tener hijos no te hace mejor

Tener hijos no te hace mejor

«Ser padre es tan egoísta como no serlo. Y además los hijos pueden convertirse en un escaparate de nuestras virtudes, ‘sparring’ de nuestras frustraciones, explicaciones de nuestros fracasos, o, lo peor, nuestro proyecto vital»

La mirada de Telémaco

La mirada de Telémaco

En nuestro mundo, Edipo se enfrenta a Telémaco. Esta es la tesis central del psicoanalista italiano Massimo Recalcati, cuyos libros me descubrió hace un tiempo Antonio G. Maldonado. Edipo refleja el odio parricida del hijo hacia su progenitor, de una modernidad enloquecida –diríamos– ante el peso del pasado. “Sus crímenes –explica Recalcati– son los peores de la humanidad: matar al padre y poseer sexualmente a la madre. La sombra de la culpa caerá sobre él y lo empujará al acto extremo de sacarse los ojos”. Telémaco, en cambio, es el hijo esperanzado de Ulises; el joven cuya mirada se dirige hacia el horizonte de la definitiva restitución, cuando el padre regrese del mar y de la guerra, y el duelo haya terminado para siempre. En otra orilla del Mediterráneo, un eco lejano de esa justicia resuena en la parábola evangélica del hijo pródigo. Un muchacho –tal vez el propio Edipo– decide marcharse de casa y dilapida su herencia hasta terminar mendigando. Día tras día, desde lo alto de una atalaya, el padre intenta columbrar el retorno de su hijo –la esperanza que alimenta el sentido. En el Evangelio –como en la Odisea– se producirá el reencuentro que sane la herida, pero la modernidad no admite con facilidad esa misma paleta de colores. Como padres y como hijos, la opacidad del destino forma parte del misterio que define nuestras vidas. Nadie es dueño del tiempo ni de sus consecuencias.

Las bajas de paternidad y maternidad igualitarias pasan el primer filtro del Congreso

Las bajas de paternidad y maternidad igualitarias pasan el primer filtro del Congreso

El Congreso ha dado el primer paso para igualar los permisos de paternidad a los de maternidad hasta alcanzar las 16 semanas y que sean intransferibles y remunerados al cien por cien, tal y como ha planteado Podemos en una proposición de ley que ha recibido el respaldo unánime de todos los grupos, informa Efe. La propuesta que el grupo confederal registró hace más de un año y medio ha recibido este martes el espaldarazo unánime del pleno, que ha apoyado su toma en consideración tras haber superado dos vetos del anterior Gobierno popular, ha recordado durante su defensa el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias. Aunque “desgraciadamente” ha llegado tarde, ha dicho, su debate ha traído la oportunidad de demostrar que el Parlamento “ha echado al PP del Gobierno” y que a partir de ahora el “Congreso de los Diputados y las Diputadas manda”.

Tener o no tener

Tener o no tener

En España cada vez nacen menos niños. Somos un país viejo en el que ni siquiera se garantiza la tasa de reposición. Tener hijos da pereza y es normal. Dan mucho trabajo, suponen un gran esfuerzo económico, personal y suelen venir acompañados de un sacrificio de las carreras profesionales de las mujeres –cada vez más, también de los hombres–. Normalmente quienes tienen hijos no lo hacen pensando en levantar la natalidad de su país. Lo hacen para satisfacer un deseo personal, por repetir un modelo y, en parte, por cierta ignorancia, o inocencia. Quiero decir que no hay épica en la decisión de ser padres, hay inconsciencia. Y es más fácil dejarse llevar por el lado inconsciente en un arrebato que si hay que empezar un proceso de inseminación artificial o de adopción. En eso, las mujeres heterosexuales con pareja llevamos ventaja sobre el resto. Pero no en mucho más. No es que no suponga un coste para nuestras carreras o que siempre hayamos alcanzado la estabilidad cuando decidimos tener hijos. A veces, es solo que nos dejamos llevar por un momento de pasión. También puede ser una decisión muy consciente y meditada y sopesada, claro. No debería haber nada heroico en el hecho de tener hijos. Y sin embargo, yo también miro con cierta admiración (a veces con envidia) a otros padres y madres: ¿cómo lo hacen?, me pregunto. ¿Tendrán familia en Madrid? ¿Podrán ir al cine algún día juntos? ¿Irá alguien a recoger al colegio a sus hijos? ¿Cómo resuelven los dos meses y medio de vacaciones de verano? La respuesta pasa por el dinero.

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