El acuerdo alcanzado en Argel resulta muy vago. El objetivo del pacto es reducir en cerca de un millón de barriles de crudo la producción actual del cartel y dejarla en 32,5 millones de unidades diarias. El problema estriba en el reparto de las cuotas, que se definirá en la próxima reunión formal del grupo, prevista el 30 de noviembre en Viena. Pese a la falta de definición, el mercado respondió positivamente y el precio del barril de crudo se impulsó más de un 6%, hasta alcanzar los 49 dólares.
Arabia Saudí, principal exportador de la OPEP, con 4,6 millones de barriles diarios, había manifestado su intención de reducir su producción hasta alcanzar las cifras de principios de año de 4,2 millones de barriles día. Pero bajo la condición de que su principal rival, Irán, adoptase una medida similar. Sin embargo, Teherán insiste en seguir elevando la producción hasta alcanzar niveles previos a las sanciones internacionales desde 1979, por lo que no está dispuesto a reducir su producción hasta lograr los 4 millones de barriles diarios.