En busca de la Atlántida
«En estos tiempos atormentados resulta imprescindible el mantener sueños e ilusiones. Y la Atlántida, quimera o realidad, es de los más hermosos»
«En estos tiempos atormentados resulta imprescindible el mantener sueños e ilusiones. Y la Atlántida, quimera o realidad, es de los más hermosos»
«Si la derecha se quiere armar de verdad, en lugar de convertir la batalla cultural en un intercambio de zascas con la izquierda, debe comenzar a generar ideas»
«¿Se da cuenta de que es usted el único que parece desconfiar de la justicia y no aceptar las reglas del Estado de derecho y rebelarse contra ellas?»
El escritor habla de su más reciente libro, ‘La figura del mundo’, sobre su padre, el filósofo Luis Villoro
«Madrid es el espejo en el que debería mirarse el PP para ofrecer un proyecto político sin complejos que pueda devolver la ilusión a millones de electores»
«En bares o charlas cotidianas su nombre remite al pesimismo o se usa como coletilla de risa garantizada»
El profesor y periodista barcelonés publica el ensayo ‘Contra la actualidad’ sobre el peligro de convertirnos en autómatas
Volker Spierling recorre la historia de la Filosofía en el sugerente ensayo ‘Nada es más asombroso que el hombre’
Procurar parecer más plebeyo y más tosco de lo que uno es se convirtió en un asunto de masas a partir de los años 60
Abandonar la lectura implica abandonar nuestra relación con los muertos, con sus palabras y sus pensamientos
«La viralidad no es un engendro específico de la sociedad de la información: siempre ha habido refranes, muletillas y frases hechas»
El filósofo francés usó un procedimiento hoy general: enmascarar conceptos para que no muestren al desnudo su verdad
«Constitucionalistas, liberales, católicos, rebeldes antisistema: todos pueden convivir en la lucha contra el avasallamiento del izquierdismo-separatismo»
«Larra escribió ‘El Día de Difuntos de 1836’ unas semanas antes del pistoletazo. Su pesimismo le hizo decir: ‘Aquí yace media España; murió de la otra media’»
El filósofo y columnista aborda en ‘La banalidad del bien’ la hipócrita explotación política y comercial de los ‘valores’
«Esta severidad con el presente fue la puerta de entrada de una revisión objetiva del pasado. Así nace la historia como disciplina»
Todos los políticos construyen un papel del que ya no pueden desprenderse hasta la muerte
Con permiso de Sartre y Heidegger, fue el filósofo más influyente del tormentoso siglo XX
Los políticos no tocan la realidad ni en los peores momentos porque les ampara su comedia tejida de frases hechas
No es la economía ni una ola conservadora. Una mayoría de españoles percibe la gestión de Sánchez como una sucesión de timos a su identidad y dignidad
«El Gobierno más radical de nuestra historia ha aprobado leyes que no solo van contra la fe cristiana, sino contra las bases mismas de nuestra civilización»
En ‘Sabios, ignorantes y felices’, Daniel Tubau pone a disposición de los lectores un entusiasta alegato en favor de los filósofos escépticos grecolatinos
Salamandra publica una nueva y cuidada edición de la obra de Yevgueni Zamiatin, inspiradora de ‘1984’, con prólogos de Orwell, Margaret Atwood y U. K. Le Guin
«No vamos hacia esa sociedad apocalíptica de la que nos habla el historiador-profeta. Somos incapaces de de crear una inteligencia más compleja que nuestra mente»
«Toda la charlatanería sobre ‘valores éticos’ puede abocar, en unos casos, a relativistas morales; en otros, a meros moralistas y en otros, a fanáticos»
Lo tienen difícil las autoridades educativas para convencernos de que reduciendo contenidos y privilegiando «habilidades socioemocionales» mejore la enseñanza
«Las culturas encerradas en sí mismas, que no conocen la derrota y por tanto no anhelan más Verdad, son culturas condenadas al fracaso definitivo de la mentira»
Los ‘chatbots’ han creado un espacio para ‘conversar’ con autores antiguos que nos permita conocerles mejor e intentar dilucidar cómo pensarían hoy
«El mundo no está como para seguir solo ironizando; aprendamos a distanciarnos de nuestra distancia, a apostar por esto o aquello, a apasionarnos, una u otra vez»
Decía Platón, en el diálogo Menón, que las opiniones, si no tienen una prueba al lado sólida, son como las estatuas de Dédalo: muy bellas, pero que se esfuman al no tener una base firme que las mantenga en pie
«Cuando la sinceridad es una virtud moral y la vida privada se politiza, solo queda desplegar los avíos y abrirse de capa»
«Los acusadores de Sócrates eran ciudadanos bien intencionados que, como ciertos neocomunistas actuales, proponen la vuelta a la praxis política concreta e, incluso, al antagonismo violento»
Así pues, la utopía es indeseable: o bien por inalcanzable y frustrante, o bien por alcanzable y totalitaria
«El gallo más famoso de la filosofía, sin duda, es el de las últimas palabras de Sócrates que, según leemos en el Fedón de Platón, fueron las siguientes: ‘¡Oh, Critón, debemos un gallo a Asclepio, no te descuides!’”
Aseguraba Platón que existe una “una antigua querella” entre la política y la poesía cuyo campo de batalla es el alma del ciudadano y, más en concreto, esa parte del alma sensible al encanto de los versos, a la que caracteriza por los siguientes rasgos: es receptiva a la novedad; está siempre en tensión consigo misma y ama la diversidad y variedad. Es una paleta de colores entremezclados que aspira a ser pintura o, si se quiere, es algo informe que aspira a la salud de la forma. Platón la llama “tò aganaktêtikón”, que podemos traducir por “lo emocional”.
Precaución: en la actualidad muchos entienden que la filosofía entera se resume y acaba en la filosofía política, con alguna extensión a la ética y a la epistemología
¿Por qué nos cuesta tanto ahorrar para nuestra jubilación, si sabemos que en unos años lo agradeceremos jubilosos?
Yo estoy doctorado en baja autoestima. Hay facetas de mi vida de las que huyo como las avestruces, hundiendo la cabeza en el olvido para no verme a mí mismo. Es lo que me pasa, por ejemplo, con los bailes de salón.
Paquiro era la síntesis de lo español: imprevisible, valiente, impetuoso, ignorante de convenciones y antiutilitarista. Me gusta el español porque es el tipo; no es copia de nadie. Será el último tipo de Europa, decía Stendhal.
Permítame el lector rogarle que, por unos instantes, se figure la siguiente escena. Un caminante, de no muchas luces, se topa, mientras atraviesa un frondoso bosque, con un río que debe por fuerza franquear si de llegar a su destino se trata. El hombre empero vacila, pues siente miedo de la corriente y no divisa ni aguas arriba ni aguas abajo vado alguno que le facilite el tránsito.
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