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Diego Amador, el quejío de los ritmos latinos

Diego Amador, el quejío de los ritmos latinos

Sólo alguien con su garra interpretativa, en la voz y en las manos, logra lo que otros creerían imposible: que la espontaneidad y lo salvaje se unan para llegar, desde la primera nota, directos al corazón. Diego Amador es uno de los máximos exponentes del nuevo flamenco y del flamenco de siempre. Algunos lo definen como ‘el Mozart gitano‘, algo que le halaga, aunque él prefiere definirse como «metódico, perfeccionista y muy ‘mijitas'», me cuenta entre risas desde el otro lado del teléfono, a sólo unas horas de partir a México donde comenzará la promoción de su nuevo disco ‘Soy de las 3.000’, que desde hoy, 6 de marzo, ya se puede adquirir en forma digital en iTunes y Google Play. Una joya indiscutible, donde flamenco y ritmos latinos se fusionan para dar lugar a un trabajo titánico. «‘Soy de las 3.000’ es un trabajo compuesto para que llegue a todo el mundo, no sólo a los amantes del flamenco. Es un disco muy alegre, para que la gente lo pase bien», apunta Diego, quien añade: «Con mi voz, la guitarra flamenca y arreglos de Alain Pérez nadie podrá dejar de bailar».

Diego Amador, el quejío de los ritmos latinos
Carátula álbum ‘Soy de las 3.000’. | Foto: Alacran Records

 

Una nueva etapa musical comienza en la carrera artística de Diego en la que el salero andaluz y los ritmos latinos se abrazan para dar lugar a algo estremecedor. Una maravilla artística que, de la mano del reconocido músico y arreglista cubano Alain Pérez, tiene como resultado su disco más biográfico.  «A pesar de que me fui muy joven del barrio gracias a la ayuda de mi padre y familia para cumplir mi sueño, cada vez soy más ese niño de las 3.000, más relajado, más tranquilo. He pasado muchos años trabajando muy duro, sin apenas comer ni dormir, sólo vivía para crear. Por eso quiero rendir homenaje a mis raíces«, apunta rememorando esos duros años de trabajo. Y es que, a pesar de venir de una familia de grandes artistas y genios del flamenco,  asegura que no lo ha tenido fácil. «Hay gente a quien le dan las cosas hechas. Ese no ha sido mi caso. Yo he tenido que trabajar mucho para ser hoy día quien soy». Diego, que prácticamente nació con una guitarra en la mano, es considerado hoy un pilar del flamenco, llevando el arte gitano a todas partes del mundo, bien en presentaciones personales o bien acompañado a grandes figuras, como Diego El Cigala, Camarón, Tomatito o Joaquín Cortés.

 

«‘Soy de las 3.000’ es el mapa de donde vengo»

 

‘Soy de las 3.000’ recoge nueve temas «innovadores», siendo el pilar del recopilatorio el tema del mismo nombre que el álbum, con el cual ha querido homenajear al barrio donde se crió. «Es una rumba flamenca donde hablo de mi familia, de mi barrio, de todo lo que pasa en las 3.000. Le tengo mucho cariño. Es el mapa de donde vengo«. Con él surgió la idea de dar un vuelco a su carrera artística y crear algo totalmente diferente a lo que Diego nos tiene acostumbrados. «Con la ayuda de Alain, compuse la canción Soy de las 3.000, de mismo nombre que el álbum, el resultado fue fantástico y decidí crear un disco completo fusionando ritmos latinos y flamenco».

Sin embargo, el tema punta de lanza de este material es La Sandunguita. Junto al venezolano Oscar D’León, ‘El Gran Faraón de la Salsa’, nos brindan una camaradería musical contagiosa y explosiva que hace bailar frenéticamente.

 

Pero en este disco no sólo cuenta con la colaboración del Gran Faraón.  Junto a Alejandro Sanz interpreta Regálame la silla donde te esperé,  una llamarada musical donde dos de las voces más íntegras del mundo hispano dibujan un pentagrama en el que el nuevo flamenco fulgura en su máximo esplendor. «Alejandro me invitó un día a su casa y me pidió grabar una guitarra para el tema que canta junto a Marc Anthony, Deja que te bese. Me dio esa oportunidad y yo me atreví a pedirle que colaborara conmigo», nos apunta con una gran sonrisa. «Me dio una sorpresa muy grande y siempre le estaré agradecido. Es un genio».

 

 

Nueve temas son los que conforman su nuevo álbum, entre los que también encontramos hits como Dos Gardenias, de Antonio Machín, Ahora Quién, de Marc Anthony, o El Son de la Madrugada, una emotiva canción que ya había grabado dos décadas atrás con la popular artista cubana Omara Portuondo.

 

Diego Amador, el pianista jondo

Diego no es un purista cuando se trata del flamenco, más aún si tenemos en cuenta que su principal instrumento no es tradicional del género. Si algo ha caracterizado a este Mozart gitano es ese don para tocar el piano flamenco que se ha convertido en su gran sello y lo ha llevado a consagrarse como uno de los grandes del estilo flamenco – jazz.

 

Ese espíritu libre y vigoroso con el que interpreta este instrumento le ha hecho ganarse el apodo del ‘Ray Charles Gitano’. Pero, ¿de dónde le viene a un gitano nacido y criado en la ‘zona cero’ del flamenco esa pasión por el piano y el jazz?

Fueron sus hermanos, Raimundo y Rafael, que en su día fundaron el grupo Pata Negra, los causantes de ese ‘gusanillo’ que le invitaba a hacer algo diferente. “Mis hermanos fueron los pioneros en el nuevo flamenco, las fusiones del rock, el pop y el blues. Un día trajeron a casa discos de jazz y blues y me encantaron. Ahí fue cuando dije: ‘yo quiero hacer eso'»

«El único conservatorio que conozco es el de la calle» 

 

Autodidacta, la única universidad a la que ha asistido es a la de la calle. «La única escuela que conozco es mi familia, y el único conservatorio, la calle», cuenta orgulloso. Y es que casi al mismo tiempo que aprendía a hablar, comenzaba a tocar la guitarra en los brazos de su padre.

Como miembro de una familia gitana, con cinco o seis años ya aprendió a tocar los primeros acordes, poco después pasaría a tocar otros instrumentos como la batería, el bajo y el piano. «El arte lo he mamado desde muy pequeño. A mi casa venían todos los grandes, como Camarón».

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Hasta el 8 de abril, Diego se encontrará de gira promocional por América. | Foto: Rubén Martín / Alacran Records

La música, el arte, los instrumentos fueron su mejor coraza en uno de los barrios más marginales de Sevilla, y mientras muchos jóvenes se perdían en el mundo de la droga, Diego pasaba largas horas encerrado en su casa haciendo música. «Yo le diría a todos esos chicos que viven allí que las cosas no vienen solas, hay que trabajar muy duro», e insiste: «el arte no te lleva a ser grande, lo que te lleva a ser grande es el esfuerzo y el estudio». Y eso fue, el esfuerzo, la constancia, la dedicación lo que han llevado a este monstruo musical a grabar con importantes iconos como Chick Corea, considerado una de las máximas voces del piano jazz. «Ahora sueño con hacer una colaboración con Stevie Wonder o Alicia Keys«.

Desde el 6 de marzo hasta el 8 de abril, Diego estará de gira promocional por toda América: Mexico, Puerto Rico, Argentina, Chile, Perú y Estados Unidos, para en mayo comenzar con sus conciertos en estos países. Así, con más de veinte años de carrera, este niño gitano de las 3.000 se confirma como uno de los máximos exponentes del flamenco, dando paso a un horizonte musical donde la buena música y el sentimiento más puro se abrazan apasionadamente.

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