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Cibervoluntarios: dos décadas acercando y democratizando la tecnología

Cibervoluntarios, la organización que ayuda de forma gratuita anualmente a más de 60.000 personas a adquirir competencias digitales, cumple ahora 20 años

Cibervoluntarios: dos décadas acercando y democratizando la tecnología

Cibervoluntarios

Los que nacimos con internet en ciernes lo adoptamos con relativa facilidad. Y no digamos los nativos digitales. Sin embargo, las generaciones anteriores lo tuvieron más complicado. Algunos aprendieron rápido, supieron –o pudieron– adaptarse. Para otros no fue tan evidente. Para estos últimos nació, en el año 2001, la Fundación Cibervoluntarios. 20 años después, ayuda anualmente a 60.000 personas, acercándoles la tecnología, democratizándola. Lo hacen, además, en un mundo cada vez más conectado, en el que para hacer las gestiones más básicas ya hay que estar en la red. Casi no queda otra.

«Somos una ONG española con alcance internacional, pionera desde 2001 en voluntariado tecnológico, que promueve el uso y conocimiento de la tecnología para mejorar la vida de las personas a través de las competencias digitales y la transformación digital con impacto social», explica a The Objective Yolanda Rueda, presidenta de la Fundación Cibervoluntarios.

La organización presta ayuda gratuita gracias a su red de 1.800 cibervoluntarios, colaborando directamente con más de 1.000 organizaciones. ¿Su misión? «Que todas las personas tengan igualdad de oportunidades para acceder, conocer y utilizar las tecnologías como medio para mejorar cualquier aspecto de su vida y la de su entorno. Creemos firmemente en que la tecnología es la herramienta más potente que tiene la ciudadanía para generar impacto y transformación social, ampliando de esta forma los derechos y oportunidades de participación de miles de personas», explica Rueda.

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Yolanda Rueda, presidenta de Cibervoluntarios. | Foto cedida por la Fundación Cibervoluntarios

De 2001 a 2021 hay un largo trecho. Son dos décadas en las que la transformación social ha ido de la mano de la digital. Mucho ha llovido, aunque su labor –nos dice Rueda– permance intacta: «Ayudar en la transformación digital a todas aquellas personas que nos necesitan para mejorar su día a día gracias a la tecnología». «Bien es cierto –matiza– que ahora son otras las necesidades porque la tecnología ha cambiado sustancialmente, pero nuestro objetivo sigue siendo el de conseguir que todas las personas tengan las mismas oportunidades gracias a la tecnología, que sea la palanca de cambio para su progreso y desarrollo personal y profesional».

Las revelaciones de la pandemia

Buen testigo de todo esto ha sido la crisis del coronavirus, una crisis que ha revelado como nunca antes una gran brecha tecnológica. El COVID nos ha obligado a confinarnos físicamente, a vivir a través de una pantalla durante meses. Teletrabajo, clases online, gestiones digitales… un temporal que algunos han capeado mejor que otros. «La pandemia ha cambiado la vida de muchas personas y se ha hecho más evidente la brecha tecnológica», confirma la presidenta de Cibervoluntarios. «Esta situación ha demostrado que existen muchas personas en situación de vulnerabilidad digital, porque tienen acceso a la tecnología pero carecen de competencias digitales», sentencia.

El aislamiento forzado por la pandemia ha hecho que nos demos cuenta, por ejemplo, «de la importancia de la tecnología para comunicarnos y para nuestra vida diaria», cuenta Yolanda Rueda. «Y es que tener un buen teléfono inteligente no significa que sepamos usarlo», prosigue. Especialmente, lo han notado «en lo que se refiere a la sostenibilidad de las PYMEs y otros pequeños negocios, especialmente en las zonas rurales. O en la soledad que han afrontado las personas más mayores. Es impresionante ver cómo mejora su calidad de vida al aprender a hacer videollamadas». Ellos, claro está, también tuvieron que adaptarse. «Al inicio de la pandemia, pudimos trasladar con facilidad toda nuestra actividad a formato virtual, ofreciendo nuestras ciberformaciones, ampliando el número de formaciones hasta llegar a una media de 80 a la semana», nos cuenta la responsable de Cibervoluntarios.

Cualquiera puede ser cibervoluntario o pedir ayuda

El de los cibervoluntarios es un perfil amplio: «Cualquier persona que quiera compartir su conocimiento con los demás puede convertirse en cibervoluntario o cibervoluntaria, no hace falta ser un experto en el ámbito tecnológico. Les ofrecemos formación para impartir cómodamente los talleres tecnológicos. Cada persona elige su grado de implicación y los programas y temas que le interesan». Si alguien está interesado en prestar su ayuda a los demás, puede hacerlo a través de la página web de la Fundación Cibervoluntarios o en el teléfono 915422900.

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Algunos ‘cibervoluntarios’. | Foto cedida por la Fundación Cibervoluntarios

En cuanto a lo que pide quien busca ayuda, hay un poco de todo. «Hay quien nos pregunta si una web es segura para hacer compras, pero también resolvemos dudas sobre teletrabajo, educación a distancia o gestión de citas médicas, por ejemplo», explica Yolanda Rueda. Su labor está especialmente enfocada en los más vulnerables. «El perfil del que busca nuestra ayuda suele ser una persona que necesita conocer herramientas tecnológicas que le permitan mejorar su calidad de vida en su día a día, bien sea para su trabajo o para su vida en general. Queremos que las personas le saquen el máximo partido a la red, especialmente aquellas que por diferentes razones –género, edad, entorno profesional y social, falta de motivación o recursos– puedan tener mayores dificultades».

Una iniciativa española de carácter internacional

Fundación Cibervoluntarios, una iniciativa pionera en el mundo y creada en España, es también de ámbito internacional. Lleva involucrada en proyectos de la Unión Europea desde el año 2008 y cuenta con socios de países como Irlanda, Italia, Grecia, Bélgica, Holanda, Portugal, Francia, Reino Unido, Austria, Chipre o Lituania.

Entre las acciones internacionales en las que participa la fundación, su presidenta destaca, entre otros, proyectos como NADINE, «para el desarrollo de una plataforma de Inteligencia Artificial que promueva la inclusión de migrantes y refugiados en Europa; PROVENANCE, centrado en desarrollar una solución tecnológica con Blockchain que ayude a generar confianza y participación ciudadana en la detección de fake news; o TRUST AWARE, que tiene como objetivo mejorar de la seguridad digital, la privacidad y la confianza en el software por parte de ciudadanos de toda Europa», expone Rueda.

Más allá de tips tecnológicos: conectando lo rural

En Cibervoluntarios ofrecen gratuita en distintas competencias digitales, desde lo más básico (cómo hacer videollamadas o cómo mandar correos electrónicos), hasta cuestiones más avanzadas como técnicas de ciberseguridad, cómo crear una tienda online para emprendedores o aprender a usar herramientas para el análisis de datos.

«Cerca del 25% de nuestras actividades son en zonas rurales», asegura Yolanda Rueda, que explica que estas acciones las realizan «en colaboración directa con entidades, siempre utilizando herramientas tecnológicas como medio para resolver necesidades de forma innovadora». «De esta manera –sigue-, ayudamos a las personas mayores al manejo del teléfono móvil, a impulsar los negocios de las mujeres emprendedoras del entorno rural, a la búsqueda de empleo de las personas migrantes, al manejo de herramientas tecnológicas de personas con diversidad funcional y en el ámbito educativo, ayudamos a sacar el máximo partido a la tecnología a docentes, estudiantes y sus familias».

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Las personas mayores, uno de los colectivos más ayudados por la fundación. | Foto cedida por la Fundación Cibervoluntarios

Empleabilidad y emprendimiento, ciberseguridad, innovación social, herramientas para desarrollar la marca digital, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y la Agenda 2030 y las nuevas formas de participación son algunas de las temáticas que aborda la fundación actualmente.

Financiación público-privada

En cuanto a su financiación, Cibervoluntarios recibe subvenciones públicas y donaciones privadas. «Como toda organización, para sostener nuestra actividad y a nuestro equipo, necesitamos fondos. Unos fondos que, principalmente, son públicos: un 35% de la UE; un 25% de la casilla del 0,7% de la declaración de la renta y otro 25% de colaborar con empresas como Google o Facebook».

«Uno de nuestros objetivos en 2021 es que todo el mundo sepa que puede colaborar. Por eso hemos creado la pestaña ‘Dona’, para que cualquiera, desde 10 euros, pueda ayudarnos. Por ejemplo con 10 euros ayudas a menores a navegar de forma segura, o con 20, puedes ayudar a personas mayores a hacer gestiones online». ¿Quieres colaborar o participar? Recibe más información en su página web.

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